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A un año de la Reforma Energética, ¿qué?

En agosto de 2014, el presidente Enrique Peña Nieto promulgó 21 leyes secundarias a la Reforma Energética, lo que generó un cambio histórico en el panorama de la industria nacional. A un año de este evento, expertos cuentan con opiniones encontradas respecto de los posibles beneficios de esta transformación

Por Redacción / Manuel Merelles, fotografías

Con la promulgación de las 21 leyes secundarias, el 11 de agosto de 2014, se dieron los primeros pasos para establecer las reglas del juego en el nuevo esquema de mercado impuesto por la Reforma Energética.

Expertos en el tema han encontrado pros y contras en la nueva legislación. Algunos opinan que los esfuerzos que ha realizado el gobierno representan claras oportunidades para un crecimiento en la economía de México y para que aquellos empresarios que tomen el reto; otros vislumbran grandes peligros derivados de la Reforma.

Para Enrique González Haas, presidente y director General de Schneider Electric México, este breve periodo ha servido para establecer metas claras sobre el rumbo que las autoridades esperan que tome el país. “En algunas reuniones en las que he tenido la oportunidad de participar, el secretario de Energía, junto con el secretario de Hacienda y los encargados de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y de Petróleos Mexicanos (Pemex), han expresado hacia qué se está caminando. Ha habido avances muy importantes en términos de dimensionamiento de las oportunidades y de qué es lo que quieren hacer; en donde están las prioridades, y dónde se lanzarán los concursos y las licitaciones para explotar los yacimientos. Además, las consecuencias de este tipo de transformaciones no se pueden apreciar de manera inmediata”, señala el directivo.

Asimismo, el doctor José Luis Fernández Zayas, director Ejecutivo del Instituto de Investigaciones Eléctricas (IIE), considera que el cambio principal que se ha presentado hasta agosto de 2015, derivado de esta Refroma, se vincula con la capacidad empresarial. “En la experiencia que he acumulado en el último año, percibo que el cambio más importante que se puede apreciar es una creciente atención a los temas de competitividad que, a su vez, tienen que ver con calidad internacional y con un enorme componente tecnológico basado en el conocimiento. El proceso de adaptación a una nueva realidad energética se alinea muy bien con el programa oficial de desarrollo, basado en el conocimiento de la presidencia de la República, el cual es bastante moderno, ya que sigue los lineamientos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos”, señala.

¿Qué se ha modificado?
Uno de los principales aspectos que ha afectado la Reforma Energética es la dinámica que mantiene una de las principales empresas productoras de energía en el país: la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Se han presentado cambios estructurales en la paraestatal, pero ¿cómo cambiará esta dinámica en cuestión de empresas? Para González Haas, aún quedan aspectos por definir. “Posiblemente las reglas del juego sean muy cambiantes, las cuales seguramente madurarán y provocarán que el atractivo que tiene para los generadores independientes sea más alto. Estudiar las reglas de cómo hacer que un usuario se conecte con un productor, si es que quiere abastecerse fuera del entorno de la CFE, será muy interesante; igualmente cómo se van a establecer tales mecanismos de contratación de un usuario normal con los diferentes generadores independientes que quieran actuar en el mercado de comercialización de energía”, comenta.

Por el lado de la investigación, de acuerdo con el doctor Fernández Zayas, uno de los fenómenos provocados por la Reforma Energética ha sido una nueva sinergia entre la investigación y la solución de problemas a través de la innovación. “En México existía un divorcio casi absoluto entre la investigación científica (investigación básica), que se queda en la teoría y que sirve como aportación para publicaciones internacionales, y lo que llamamos tecnología, es decir, la solución de problemas a través de la innovación, que es un fenómeno esencialmente económico que permite hacer un proceso de mejor manera o más competitivo a nivel internacional. Estamos aprendiendo que existe una relación muy íntima entre las capacidades y destrezas de quienes saben realizar investigaciones científicas y quienes voltean a ver dónde están las mejores oportunidades de innovación. Esto es muy afortunado”, celebra.

En cuanto a los temas por investigar, el director Ejecutivo del IIE destaca algunos tópicos relacionados con los trabajos realizados en últimas fechas. «En primer lugar, se encuentra la atención a las fuentes alternas de energía, incluyendo no solamente a las que tradicionalmente se cultivaban en México, como la geotermia y la energía eólica y la solar, sino las diferentes formas de aprovechamiento biológico o bioenergético, incluyendo la explotación económica y energética de la basura y los residuos del campo y las ciudades. La parte orgánica que siempre se consideró basura, en términos peyorativos, ahora representa un insumo de la energía”.

El doctor abunda sobre este tema y recuerda que la potencia mareomotriz y undimotriz del país son un campo inexplorado hasta hora: “Las diferentes características energéticas del mar son un tema de investigación que se ha retomado con fuerza, debido a que se posee un mar territorial equivalente a más del doble de la extensión del territorio seco, en el que existen corrientes, mareas, oleaje y una infinidad de manifestaciones energéticas de muy alto nivel».

Un peligro latente
A pesar de todas las oportunidades que se presumen, también se presentan claros retos, obstáculos y peligros que deben superarse para lograr crecimiento en la industria. Para el director del IIE, uno de los principales por superar es el relacionado con la autoestima de los empresarios mexicanos.

“Creo que hay un obstáculo general que tiene que ver con la falta de autoestima. Se trata de un problema que se viene manifestando desde los años anteriores a la firma del Tratado de Libre Comercio. Tenemos probablemente 25 años o más lidiando con el hecho de que las empresas se ven pequeñas a sí mismas, como proveedoras del gobierno local y no como competidoras de clase mundial. Lo observo también en la industria metalmecánica con mucha preocupación, porque participo en reuniones y congresos donde los industriales se quejan de que el Gobierno mexicano no produce las condiciones de competitividad, que abre las fronteras y permite que entren los competidores extranjeros, los cuales les quitan negocio. Ése es el mejor ejemplo de que industriales mexicanos se ven a sí mismos como un industrial chiquito de clase local. Por otro lado, es afortunado que varias de las empresas en el ramo metalmecánico y eléctrico mexicano se han puesto el nuevo chip de la competencia internacional; salen al mundo a buscar mercados y algunas de ellas son tremendamente exitosas”, asegura.

Para la doctora Leticia Campos Aragón, investigadora titular C del Instituto de Investigaciones Económicas, cuyos proyectos se han enfocado en el desarrollo de la industria eléctrica, “el riesgo mayor va mucho más allá. El riesgo principal es para el consumidor básico; están dejando una CFE que es sólo fierros; sin clientes, sin generación, sin ventas para proteger a los pobres. Lo que seguiría es el riesgo de pasar de la liberalización del servicio a la privatización del servicio, que terminen comprando las plantas y los activos de esa entidad. El subsidio al consumo básico desaparecerá. Entendemos que hay crisis, pero tampoco podemos dejar que todo se caiga”.

Por su parte, el ingeniero González Haas considera que la participación en este ámbito de empresas privadas ha existido desde hace mucho tiempo: “Pienso que las reformas facilitan que exista una clara participación privada y pública, aspecto que representa una oportunidad. La participación privada ha existido siempre, lo que pasa es que las empresas estatales servían como intermediarios; ustedes pueden hallar en el tema petrolero a bastantes empresas privadas que vivían alrededor de Pemex. Lo que se está transformando es que no existirá una entidad única que regule y controle todo eso; se trata, simplemente, de que aquel que desee invertir en la explotación de un recurso lo puede hacer siempre y cuando los beneficios sean una parte para el explotador, pero gran parte para los mexicanos.

“Si nosotros hubiéramos hecho una reforma energética hace 10 o 15 años, seguramente ahora estaríamos disfrutando de una producción petrolera que hubiéramos vendido a 100 dólares el barril y hubiera dado ingresos significativos al país. Pero esa ventana ya la perdimos: ahora tenemos que esperar a que seamos muy eficientes produciendo y que los precios vuelvan a subir para que todas las inversiones que se hagan sean mucho más rentables”, añade González Haas.

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Para algunos, en la Reforma existen claroscuros. La historia, sin embargo, es la que escribirá el resultado

Competitividad
La Reforma ha tenido injerencia en otro aspecto fundamental para el desarrollo de la industria: la competitividad. Para el ingeniero González Haas, la expectativa es que los costos de producción sean cada vez menores, que se reflejen en las tarifas al público, que México, a través de esas mejoras, sea un lugar más competitivo y que cada vez más inversionistas lleguen para crear más infraestructura y empleos, con la finalidad de que México impulse la industria no solamente para el mercado nacional sino también para la exportación.

Asimismo, “queremos que México siga un camino de industrialización; tenemos buena gente y el bono demográfico: los jóvenes, son el futuro del país; son ellos quienes pueden crear un porvenir brillante. Necesitamos esa industrialización para tener buena educación, gente preparada y que las empresas mexicanas y extranjeras encuentren la materia prima y la mano de obra necesarias para hacernos exportadores de bienes y servicios. Debemos entender que la solución en México se halla en el estudio, el trabajo, la preparación y el esfuerzo, y que ése es el camino que tenemos que tomar como nación para salir adelante, señala el ingeniero González.

Igualmente, “la tendencia en competitividad está en la experiencia al cliente. Las empresas que puedan brindar una muy buena experiencia de compra hacia el cliente son las que tendrán mayor preferencia. Hoy en día existen diversas opciones que en una comparativa pueden ser iguales; sin embargo, marcará la diferencia la manera como las empresas se relacionan con los clientes, como conocemos sus necesidades y la forma en atendamos éstas con una experiencia diferente”, aclara.

Mientras tanto, el ingeniero José Luis Fernández Zayas considera que la tendencia apunta a la constante mejora en la competitividad, en empresas mexicanas y extranjeras. “Hay países emergentes potentísimos, particularmente en Asia, que se están siendo muy competentes, lo que significa que producen equipos, servicios y materiales equiparables a los que hay en Occidente y que cada vez son más económicos, de mejor calidad y que se presentan con mayor oportunidad. Eso es lo que caracteriza la competitividad, y para aumentarla tenemos que trabajar con instituciones nacionales y extranjeras, así como para desarrollar los talentos jóvenes y darles oportunidades de desarrollo profesional en esta nueva tendencia.

Otro de los aspectos que el doctor Fernández destaca dentro de la competitividad es la calidad de le energía, que es muy importante, “porque las empresas que producen partes, servicios y equipos en la competencia internacional deberían competir con condiciones similares a las que tienen empresas en otras partes del mundo y el estándar de calidad del abasto energético lo ponen las empresas más competitivas, no sólo las más ricas o los países de mayor producto interno bruto o los que son más competitivos, como India y China, que cuentan con altos niveles de calidad y oportunidad energética, así que nosotros no podemos quedarnos atrás. Por otro lado, está generalmente aceptado que la contaminación ambiental deriva de los combustibles fósiles, un tema de clase mundial, que se mide con parámetros internacionales, y nuestras gasolinas y nuestros combustibles, en términos generales, tienen que parecerse cada vez más a los estándares internacionales”, aclara.

«Tenemos probablemente 25 años o más lidiando con el hecho de que las empresas se ven pequeñas a sí mismas, como proveedoras del gobierno local y no como competidoras de clase mundial»: Fernández Zayas

El doctor Zayas descubre que se le está prestando más atención a la necesidad de ser más competitivos al interior de la CFE. “De repente resulta que un departamento determinado es muy costoso, en parte porque tiene muchos empleados. Eso obliga a que cierto tipo de ingresos y de servicios para la comunidad trabajadora se reduzca, porque está pagando costos de ineficiencia y automáticamente los otros grupos voltean a ver quién está trabajando mal o necesita un curso para mejorar su eficiencia y que sean más competitivos. Ese tipo de reflexiones es algo muy positivo”.

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“Hay países emergentes potentísimos, particularmente en Asia, que se están siendo muy competentes; producen equipos, servicios y materiales equiparables a los que hay en Occidente y que cada vez son más económicos, de mejor calidad y que se presentan con mayor oportunidad. Eso es lo que caracteriza la competitividad”

Ética
Ésta representa uno de los principales aspectos por considerar en la Reforma Energética tras el primer año de aplicación. Para la doctora Campos Aragón, la preocupación de las autoridades debería enfocarse en la defensa de los usuarios de servicio básico ante los vaivenes del mercado.

En su opinión, las 16 categorías en las que probablemente se va a dividir la CFE, según sus 16 divisiones de distribución, deben aprovechar los contratos de cobertura que CFE tiene con alrededor de 16 productores externos para proteger a los usuarios de servicio básico, los cuales representan ventajas tanto para la CFE como para el productor externo. “Por poner un ejemplo, una planta de 500 megawatts (MW), que cuesta 400 millones de dólares, puede lograr tasas de interés muy favorables otorgadas por el banco o por el capital financiero que brinda los préstamos, únicamente porque la empresa que quiere realizar la planta cuenta con un contrato de obra con la CFE. Hay un negocio enorme porque son contratos muy favorables, en los que la CFE está diciendo que todo lo que produzcas te lo va a comprar. Si voy al banco y pido un préstamo y tengo asegurada la venta de toda mi mercancía, el banco por supuesto me dará el dinero; por lo tanto, se asegura un precio bajo de energía: 60 dólares por MW por hora. Son contratos con intereses bajos y muy favorables. Si los contratos se fijan bajo esas condiciones de apertura, se puede ayudar al consumidor de servicio básico”.

La doctora Campos acusa que para los suministradores suprimir el servicio podría ser una herramienta de mercado. “Lo que estamos viendo es que, con la Reforma, el apagón es negocio, se pueden subir tarifas por restaurar servicios. Además, con la apertura, el inversionista se debe a sus accionistas, no a los consumidores, y esto se convierte ya no en un servicio público, sino al público. En la ley no hay un mecanismo como tal que proteja al usuario. Tenemos que comenzar a pensar en el otro: ésa es la ética”, señala la investigadora.

Abunda: “Los principales clientes de la CFE se los está llevando el capital privado. El primer cliente que le quitaron fue Luz y Fuerza del Centro, que era el más importante; después le han quitado a los industriales, lo que tiene un impacto tremendo al activo fijo”.

En este sentido, la investigadora considera que sería importante que los contratos que ya estaban asignados conserven sus términos y condiciones, a fin de que no se dispare el precio de la electricidad. “Cualquier cosa será buena para elevar el precio y eso es lo que hay que proteger. ¿Qué vamos a hacer con la gente? La electricidad es fuerza para trabajar, es fuerza para realizar actividades cotidianas; vamos a disminuir el nivel de vida de la gente. Nosotros queremos que el consumidor básico tenga abundancia, calidad, continuidad, limpieza. Una electricidad que sea abundante. La gente pobre no tiene dinero ni para salir y ¿le van a quitar la televisión? Es un problema de ética, está bien que quieran hacer negocios, pero ¿dónde quedan la ética y la solidaridad?”, cuestiona.

Inseguridad, inestabilidad social e inversiones
Para el doctor Fernández Zayas, últimamente se ha tenido mayor atención a los problemas sociales, no sólo a la inestabilidad. También se han generado nuevos problemas sociales a raíz de la Reforma Energética, que no se habían previsto durante su implantación. “Se presentan problemas sociales en torno a La Venta, La Ventosa y un poco en Juchitán, porque, entre ellos, que se encontraban uniformemente, socialmente y económicamente bien identificados durante décadas, resulta que hay una pequeña fracción que sale beneficiada por cuestiones que no propiciaron ellos. Se trata de un problema que se presenta sin ánimo de fastidiar a nadie, simplemente está ocurriendo. Ahora estamos estudiando esos problemas de manera muy formal; se ha incrementado mucho la participación de los grupos profesionales y de científicos de estudios sociales del país. He estado atento a eso y creo que efectivamente soltamos las cosas, no nos dimos cuenta de algunas de las consecuencias sociales. Sin embargo, en el mediano plazo, lo que ocurre nos prepara para un mejor futuro”, augura el director Ejecutivo del IIE.

Por su parte, para el director General de Schneider Electric México, estos problemas no afectarán sobremanera las inversiones en México si se cuidan otros aspectos. “Las inversiones van donde es atractiva la inversión. Hay inversiones en lugares muy complicados, como África; lo importante es que existen otras cosas que deben ir generándose para que la inversión continúe siendo atractiva en México. Actualmente, uno de los atractivos más fuertes es la cercanía con el mercado de Estados Unidos, pero también la buena mano de obra y el talento nacional. Si no existiera eso no habría inversión”.

«Actualmente, uno de los atractivos más fuertes es la cercanía con el mercado de EUA, pero también la buena mano de obra y el talento nacional. Si no existiera eso, no habría inversión»: González Haas

Sin embargo, el presidente de la trasnacional también apunta que existen diversos asuntos que deben atenderse. “El problema es que la población creció más rápido que la capacidad que desarrollamos para darle estudio y trabajo a la gente. Si tuviéramos la capacidad para dar trabajo a las personas, ciertamente la seguridad aumentaría, porque tendríamos menos gente en el mercado negro y en labores ilícitas. Ése es el gran reto, tiene que crecer su producto interno bruto a una tasa de al menos 5 por ciento anual. Todas las reformas y lo que está haciendo el gobierno van en ese sentido. Ahora, hay que organizar muchas cosas para que eso se dé. Quizás menos burocracia y facilidad para llevar a cabo las cosas, pero eso lo iremos aprendiendo como nación”.

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“Ése es el gran reto, tiene que crecer el producto interno bruto a una tasa de al menos 5 por ciento anual. Todas las reformas y lo que está haciendo el gobierno van en ese sentido. Ahora, hay que organizar muchas cosas para que eso se dé, pero eso lo iremos aprendiendo como nación”: González Haas

El desafío latente para la CFE
Uno de los beneficios que advierte el doctor Fernández Zayas en la CFE es que empieza a haber más claridad. “El hecho de contar con empresas competitivas productivas del Estado obliga a que cada participante en dichas empresas tenga mayor rendición de cuentas y mayores referentes internacionales de la calidad, de la oportunidad y de los precios y costos de sus trabajos. Lo he discutido con gente del mundo laboral y sindicatos, y consideran que tener mayor claridad es bienvenido”.

Acerca de la posible pérdida de mercado para la CFE, que presupone la entrada de productores independientes, el doctor Fernández considera que su eficiencia será determinante, ya que no todas presentan una competitividad que represente peligro para el mercado de la CFE. “Veo la entrada de productores independientes, particularmente de plantas térmicas, desde hace muchos años. Con la parte de la Reforma, que se pudo avanzar en 2008 y que dio entrada a la Comisión Reguladora de Energía y a la participación de productores independientes de energía, entraron empresas privadas que eran muy ineficientes”, destaca.

Sobre los nuevos productores independientes, se habla de una tendencia hacia la generación distribuida; esto significa que posiblemente existirían algunos generadores pequeños, pero distribuidos en todo el territorio mexicano y que surtan a una entidad cercana. “Estos productores no estarían usando la red, sino su propio mecanismo de conexión con esos usuarios cercanos y generarían electricidad en escala menor con una entrega más cercana al punto de uso”, explica.

Respecto de las grandes inversiones anunciadas por la CFE, el ingeniero González Haas considera que responden a las propias necesidades de la empresa. “La CFE tiene la necesidad de ser más eficiente en la generación de energía y la producción, con base en combustibles derivados de los excedentes petroleros, como el combustóleo. La conversión de muchas centrales a gas natural representa beneficios en ahorro de costos. Al llevar gas natural, el problema era que no se contaba con una red completa; tenemos una red parcial y las inversiones que se están detonando en este tema es precisamente para completar la red y que cada vez ésta se encuentre más cercana a las centrales que se están transformando de combustóleo a gas natural”, aclara.

“Antes era un poco más fácil porque CFE actuaba como un coordinador. A la CFE le vendían todo y se encargaba de facturarle a usuarios grandes y pequeños. Hoy todo esto entrará en una coordinación de la red donde recibes la generación de todos tus productores y este organismo coordinador se encargará de entregar a las entidades que facturarán la energía y de entregarla a los distintos usuarios. Se trata de un aprendizaje que vamos a tener en el mercado eléctrico en los próximos años”, señala González Haas.

Finalmente, para el presidente de Schneider Electric México, la CFE tiene mucha experiencia y una gran ventaja sobre otros usuarios: la confianza del usuario, debido a que conoce muy bien su red y a las personas a las que atiende. De alguna manera, considera que la CFE podría contar con esta ventaja competitiva sobre los demás actores, en términos de conocimiento. “Obviamente puede haber más jugadores que entren con mayor tecnología y mayor agresividad, pero es parte de la apertura. Unos incursionarán intentando traer innovación, introducir cambios y convenciendo a los usuarios de que se conecten con ellos. La CFE lo que produce es confianza”, afirma el ingeniero.

A0CE0042597¿Qué depara el futuro?
Para el ingeniero González Haas, siempre es difícil hablar de algo desconocido. “Siempre he vivido en un modelo energético como el que conocemos. Experimentar la apertura a la inversión privada en temas de electricidad, petróleo y gas es un mundo que no conocemos”, detalla.

Algo que el ingeniero admira de cuando se llevó a cabo la transferencia de las telecomunicaciones a los privados es que no se despidió a nadie y que se mantuvo el empleo, lo cual pudo haber representado riesgos para las personas. Considera que se debe de tener un buen balance en esta nueva transformación con el objetivo de mantener las cosas en un equilibrio que no genere disturbios.

Por su parte, el doctor Fernández Zayas considera que los empresarios que se están presentando con éxito a las nuevas oportunidades y cambiando su mentalidad son quienes se están internacionalizando y quienes enfrentarán con mejores herramientas los cambios del mercado. En su opinión, ellos son los que leen las revistas internacionales y los que asisten dos o tres veces al año a las grandes ferias para conocer la maquinaria, cómo se presta el servicio y generan una relación con las empresas que les pueden contribuir a modernizarse. Dichas empresas, en poco tiempo, están empezando a exportar y a establecerse en otros países para abastecer otros mercados.

Sin embargo, sentencia que aquellos empresarios que no tomen el nuevo reto y apliquen las medidas necesarias están destinados a quedarse en el mercado local, en el mejor de los casos. “Siempre habrá un mercado de servicios locales que podrá ser apropiadamente remunerado para todos aquellos que no cambien el chip. Déjeme ir a un extremo ofensivo: en los países más ricos del mundo, siempre hay quien tenga que lavar los escusados. Creo que lo que está pasando es que la gente más ambiciosa, que quiere estar más preparada y jugar con más ventaja en el nuevo mundo está viendo que hay otros oficios más atractivos que el que menciono. Ésos probablemente no estén únicamente en el ámbito local, donde usted siempre tendrá la necesidad de que hable su idioma, que venda refrescos o que le pode el pasto de su casa; esas personas, independientemente de que tengan un trabajo de tipo básico en los países más avanzados, ganan buen dinero y siempre tendrán oportunidad de desarrollarse. Pero lo que yo creo que es más atractivo es que a los jóvenes se les dan más opciones aunque estén en una región aislada. Con una tradición de pocos ingresos tienen oportunidades que hace poco no tenían”, finaliza.

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