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¿Cuál es la mejor forma de mantener un sistema eléctrico?

Un programa de mantenimiento estructurado y planificado puede ayudar a optimizar la vida útil de los equipos, controlar el costo total de propiedad y salvaguardar la vida humana

Por José Luis Gordo

Una red eléctrica es el elemento vital que impulsa las operaciones de negocios. Los operadores de red y los gerentes de las plantas industriales se enfrentan a distintos retos: el mantenimiento de sus redes para garantizar la alimentación continúa cuando aparecen circunstancias como recortes presupuestarios, entornos problemáticos y cuestiones de seguridad.

La reducción de costos a menudo conduce a una merma en los recursos del equipo de conservación y a un enfoque del plan tipo correctivo, aumentando el riesgo de interrupciones no programadas, que se convierten en pérdidas debido a los paros de producción y reparación de equipos. Siendo este un plan arriesgado.

De hecho, la causa principal de las fallas de un sistema eléctrico es la falta de mantenimiento. Todo equipo requiere un cuidado regular para optimizar las operaciones, evitar averías y garantizar la continuidad de servicio, así como la seguridad.

Para complicar más las cosas, el diseño de muchas infraestructuras eléctricas existentes, simplemente, no puede soportar las demandas cada vez mayores de carga de trabajo. A esto hay que añadir que los componentes defectuosos y el uso de equipamiento pesado, programas de cuidado o falta de los mismos, pueden dificultar el rendimiento y la vida útil de los sistemas.

La cuestión no es si se producirá una falla, sino cuándo
La tasa de fallas de aparatos eléctricos es tres veces más alta para los componentes que no están cubiertos por un plan de mantenimiento programado, en comparación con los equipos que sí lo están, según un estudio publicado por la compañía aseguradora estadunidense Hartford Steam Boiler.

Por esto, el desarrollo de un programa de protección eficaz debe tener en cuenta los riesgos y las ventajas de los diferentes tipos de mantenimiento existentes, tal y como se muestra en la figura 1.

Figura 1. Matriz de prácticas de mantenimiento según la criticidad del equipo-valor

Mantenimiento correctivo (bajo demanda)

  • Se caracteriza por esperar a que se produzca la falla de un componente o sistema
  • Reparación de un equipo sin atender las causas de su descompostura
  • No constituye un plan de servicios, por lo que no hay compromiso por parte del proveedor para dar prioridad a esta intervención
  • Sólo debería tenerse en cuenta en aquellos equipos sin criticidad y de poco valor, sin impacto en las operaciones ni que comprometan la seguridad
  • Los costos pueden ser bajos, pero el riesgo de pérdidas importantes que puedan afectar a la empresa es alto

Mantenimiento preventivo

  • Está basado en tiempo y uso de los equipos sin esperar a que éstos fallen
  • Se caracteriza por evitar paradas no programadas
  • Conlleva la sustitución proactiva de componentes por su uso (aunque no sea necesario)
  • Aumenta la vida de los equipos y mantiene los estándares de seguridad
  • El alcance puede ir de básico a exclusivo en función de la criticidad y la periodicidad de la preservación
  • Esta protección alarga la vida de los equipos, minimiza el riesgo de paradas no programadas y de averías, por lo que acaba suponiendo costos inferiores al correctivo

Mantenimiento condicional

  • Está fundamentado en diagnósticos que comparan el estado actual con el de origen de los equipos mediante la realización de ensayos de fábrica que se replican en la instalación del cliente
  • Mide desviaciones de origen que permiten aflorar anomalías que no son visibles en el preventivo
  • Puede dar con las causas que producen desviaciones mecánicas o eléctricas que desembocan en envejecimientos prematuros
  • Evita la sustitución de los componentes que están en buen estado durante el servicio preventivo

Mantenimiento predictivo

  • Está basado en la información que el propio aparato recoge mediante sensores
  • La información es digitalizada y enviada a un sistema que la trata mediante algoritmos para conocer el estado del equipo y anticipar situaciones de riesgo
  • Normalmente está asociado a un grupo de expertos técnicos que monitorea los datos e identifica potenciales riesgos para que el cliente sólo deba preocuparse de la aplicación de las recomendaciones
  • El objetivo es dar el mensaje de alerta al equipo encargado de la instalación y las opciones que tienen a su disposición para evaluarlas y llevarlas a cabo con antelación a un fallo potencial

Un buen plan de servicios debería aportar seguridad y estabilidad presupuestaria al explotador de la instalación mediante una serie de coberturas. Éstas son categorizadas en tres grandes bloques:

Mantenimiento: basado en condiciones (con diagnóstico) siempre que sea posible, o al menos los que son considerados críticos. La periodicidad deberá ser ajustada a cada equipo según su estatus en la red eléctrica, con relación a su criticidad en el proceso productivo

Servicios asociados a correctivos: compromiso de reactividad ante fallos de equipos, soporte hotline y diferentes niveles de cobertura para el coste de las intervenciones bajo demanda (tarifa especial, mano de obra o materiales incluidos, o ambos)

Servicios adicionales: ventajas adicionales del plan de servicios que pueden comprender formaciones al equipo técnico, gestión online de intervenciones e informes, etcétera

Por lo tanto, si es necesario justificar la transición del negocio de una práctica bajo demanda a un enfoque de plan de servicio, se puede comenzar de la siguiente forma:

  • Registrar el número de averías eléctricas y su impacto en los últimos 5 a 10 años. Cuantificar la cantidad de dinero gastado en la corrección de fallas eléctricas a través del mantenimiento bajo demanda
  • Ponerse en contacto con el fabricante de equipos y solicitar un plan de servicio personalizado a la naturaleza del negocio. Este debe garantizar la intervención y entrega de piezas de repuesto para una acción correctiva inmediata en el lugar en caso de avería

Por último, invertir en un plan de servicio permitirá evitar hasta 67 por ciento las posibles averías eléctricas, así como las pérdidas financieras asociadas, mientras que los planes de servicio ayudan a reducir los gastos generales de conservación y prolongan la vida útil de los sistemas eléctricos.

 

José Luis Gordo
Diplomado en Ingeniería Electrónica y MBA por la EADA. Inició su carrera en Schneider Electric en septiembre de 2004 en el departamento de Marketing de Distribución Secundaria en Media Tensión. Actualmente, representa a la compañía en la junta directiva del Clúster de Eficiencia Energética de Catalunya (CEEC).

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