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Eficiencia energética: redireccionar el rumbo

Acciones de la iniciativa privada en materia de eficiencia energética, ahorro de energía y sustentabilidad demuestran que sí es posible cosechar frutos para lograr un mejor uso y aprovechamiento de los recursos energéticos. Al mismo tiempo, organismos gubernamentales se han destacado en los últimos años por la promoción, difusión y cristalización de acciones de eficiencia energética, como la Conuee, fundada en 2008 para promover estrategias de eficiencia y fungir como órgano técnico en materia del aprovechamiento sustentable de la energía.

A pesar de ello, el direccionamiento de las políticas públicas no ha sido el más certero. La CFE abastece energía eléctrica a más de 39.9 millones de clientes; de ellos, 35.4 millones (88 %) son usuarios domésticos. Sin embargo, esa masa de viviendas consume sólo 24.16 % de la energía eléctrica del país. Dicho de otra manera, hay otro actor en el consumo que engloba a los sectores industrial, comercial, agrícola y de servicios, que en cuantía (12 %) es mucho menor que los usuarios domésticos, pero que consume más de 75 % de la producción total de electricidad.

Por otro lado, en lo que se refiere a la reducción o buen uso de la energía eléctrica, las acciones están dirigidas, predominantemente, sólo a una cuarta parte del consumo eléctrico, al enfocarse en sustitución de electrodomésticos, focos ahorradores, lavadoras, planes sectoriales, documentos técnicos y foros. Por esta razón y otras más, la optimización del fluido eléctrico dista mucho de lo que se espera y se requiere en materia de eficiencia eléctrica.

El verdadero incremento en la eficiencia energética y el empleo de energías sustentables debe ocurrir con el consumidor no doméstico; además, las acciones están desfasadas en relación con el momento propicio para instrumentarlas, ya que la visión de hoy tuvo que haberse planeado, sobre todo instrumentado, hace mucho tiempo.

Es estimulante que cada vez haya más edificaciones, tanto nuevas como existentes, certificadas bajo el esquema Leadership in Energy and Environmental Design (LEED); no lo es, en cambio, que representan un porcentaje mínimo en relación con el total de edificaciones de nuestro país, ni que la certificación sea operada por un organismo internacional privado.

En ese sentido, surge un cuestionamiento básico: si las propias entidades gubernamentales conocen las certificaciones LEED, Living Building Challenge o Energy Star for Buildings, ¿por qué la Secretaría de Energía no ha creado un certificado de sustentabilidad de edificaciones no domésticas? En este rubro hay grandes oportunidades de optimizar el consumo energético.

Aun emitida a destiempo, se espera que la Ley de Transición Energética (LTE), expedida en diciembre de 2015, apuntale el incremento gradual de las energías limpias y determine las obligaciones para el aprovechamiento sustentable de la energía y la eficiencia eléctrica. En ella se contempla un Certificado de Energías Limpias, que será otorgado por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y estará orientado hacia los procesos de generación de electricidad, pero no al aspecto de certificación de edificaciones para valorar las mejores prácticas de construcción, diseño, operación y mantenimiento.

Pensemos: si los sistemas de aire acondicionado consumen entre 50 y 70 % de la energía eléctrica en las edificaciones comerciales y de servicios, entonces desde el diseño se puede abatir sustancialmente este consumo, previendo la ventilación natural, la orientación geográfica para su diseño arquitectónico, así como la adecuada selección del equipamiento. Todo su concepto se podría direccionar hacia el ahorro de energía eléctrica. Habrá que estar atentos al contenido del reglamento de la LTE que, entre otros ordenamientos jurídicos, deberá ser expedido a más tardar los primeros días de septiembre.

Víctor M. Rodríguez Reyna
Es ingeniero mecánico electricista por la UNAM y cuenta con un diplomado en Administración Pública. Es especialista en Ahorro y Calidad de Energía Eléctrica a nivel industrial, comercial y del sector servicios. Ha sido colaborador de empresas industriales, comerciales y paraestatales y ha escrito artículos para revistas especializadas en calidad y uso eficiente de la energía. Además, es miembro de AMERIC, UNCE y de ASHRAE Capítulo Ciudad de México. Actualmente, es director General de Capacitores Alpes Technologies México.

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