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En números, ¿qué representa la iluminación en la Ciudad de México?

Esta pregunta salió de una conversación con amigos de la Cámara de Comercio de la Ciudad de México, y me llevó a hacer algunos cálculos que, sin ser exactos, tienen un margen aceptable como para argumentar algo en cuestiones de energía, costo y emisiones de gases de efecto invernadero. Para empezar,  hablemos de los datos de consumo de electricidad en la CDMX. Estas cifras nos dicen que, para 2015, había poco más de 3 millones de usuarios, 87 % de ellos en tarifa residencial. A su vez, el total de consumidores tiene un gasto de casi 14 mil millones de kWh, con una facturación cercana a los 25 mil millones de pesos, lo cual representa emisiones por más de 7 mil millones de toneladas de CO2 equivalentes por la generación de esa electricidad. Por tipo de usuario y basado en diversas fuentes, consideramos un porcentaje de esa energía para iluminación, por ejemplo: al sector residencial asignamos 30 %, al comercial 40 %, al industrial 10 % y el alumbrado público es todo iluminación. El consumo de iluminación representa, aproximadamente, 35 % de la electricidad, esto es, 5 mil millones de kWh. Esto cuesta a los capitalinos cerca de 8 mil millones de pesos al año y resulta en la emisión de 2.5 millones de toneladas de CO2.

Sumado a esas cifras, surge el cuestionamiento sobre la cantidad de puntos de luz en la CDMX. Para responder a esta pregunta supusimos, para cada tipo de usuario, un tamaño promedio de una lámpara y un número de horas por día de su uso. Con esto, llegamos a la conclusión de que en la ciudad hay poco más de 23 millones de puntos de luz, con tres de cada cuatro funcionando en viviendas y casi medio millón en alumbrado público, cifra confirmada con datos del Gobierno local.

Ante los resultados, surge una nueva pregunta: ¿Y si hiciéramos más eficiente el uso de la iluminación en la CDMX? Si consideramos que la tecnología mejora rápidamente y se abarata, puede convertirse en un recurso  para responder a nuestra duda. Otros dos caminos para llegar a un mejor aprovechamiento del recurso serían  emplear la iluminación sólo cuando se necesita (empleando la luz natural) y disponiendo de la energía en la cantidad en la que se requiere (modulando su intensidad según sea necesario). ¿Cómo lograrlo? De la mano de la tecnología. Es inevitable pensar en la utilización de lámparas LED, las cuales consumen hasta una décima parte de lo que una incandescente requiere para entregar el mismo nivel de iluminación, además de que su precio sigue bajando.  Para los otros dos puntos, es necesaria la implementación de controles que acompañen a las lámparas y luminarias, que incluyan relojes para encendido y apagado, sensores de nivel de iluminación y sensores de presencia, todo acompañado por el llamado Internet de las Cosas (loT), que permite dar seguimiento de su estado y operación.

De esta manera, la CDMX podría reducir su consumo actual hasta 30 %, lo cual representaría ahorrar 2.9 miles de millones de pesos anuales y reducir las emisiones en cerca de 700 millones de toneladas de CO2. Lo más interesante es que ello se podría lograr con inversiones que se pagan en un máximo de tres años, una mayor rentabilidad comparada con los sistemas fotovoltaicos.

Es importante decir que en México la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee) ha expedido y supervisa el cumplimiento de seis Normas Oficiales Mexicanas de eficiencia energética para equipos y sistemas de iluminación, las cuales sirven para garantizar que los equipos vendidos en el mercado nacional ofrecen niveles superiores de eficiencia energética y calidad adecuada.

Odón de Buen
Ingeniero mecánico electricista por la Universidad Nacional Autónoma de México. Estudió una maestría en Energía y Recursos por la universidad de Berkeley, en California. Fue profesor asociado de la Maestría de Ingeniería Energética en la UNAM y autor de diversos reportes técnicos sobre temas de ahorro de energía y energías renovables, publicados tanto en México como en Estados Unidos de América. Actualmente, es director General de la Conuee.

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