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La geotermia en las subastas de energía

En la edición de junio de 2016 de esta revista comenté los resultados de la primera Subasta de Largo Plazo de energías limpias, en la que se obtuvo un precio ponderado promedio del MWh más CEL (Certificado de Energía Limpia) de 47.8 dólares. Concluí, entonces, que este era un precio demasiado bajo e inalcanzable para una planta geotermoeléctrica, pero que resultaba sesgado porque no tenía en cuenta el carácter constante o firme de la generación eléctrica de origen geotérmico, mientras que las plantas solares o las eólicas generan de manera intermitente y prácticamente impredecible.

Desde entonces a la fecha, se han convocado otras dos subastas públicas similares, y hacia marzo de 2018 deberá convocarse la cuarta. Antes de conocer los resultados de la tercera subasta,  cabe destacar que en la segunda el precio ponderado promedio de energía más CEL resultó aún más bajo (33.5 dólares), y, contra mi pronóstico pasado, una planta geotermoeléctrica consiguió colarse entre los ganadores de la subasta. Esta última fue la planta de Los Azufres III, Fase 2, de 25 MW de capacidad neta, que entrará en operación en 2018 y que ofertó la empresa CFE Generación VI. Hasta donde sé, este proyecto fue el primero de tipo geotérmico que logró quedar entre las ofertas ganadoras en las subastas de energía realizadas en el mundo.

No es un logro menor, pero conviene mencionar que se trata de un proyecto de expansión, en el que la nueva planta reemplazará a otras tres unidades más antiguas y menos eficientes que aún están operando en el campo de Los Azufres. Por tanto, utilizará vapor geotérmico producido por pozos ya existentes y que, actualmente, alimenta a las unidades antiguas. Por ello, el precio ofertado por la CFE no tuvo que incluir el costo de perforación de los pozos productores del vapor requerido, ni en su caso el de los pozos inyectores que dispondrán de la salmuera residual. De haberlo hecho, no hubiese quedado entre las ofertas ganadoras de la segunda subasta.

Por otro lado, la CFE también presentó (y ganó) una oferta de potencia con la misma planta de Los Azufres. En esa segunda subasta, lo mismo que en la primera, se solicitaron ofertas de venta de potencia por un total de 1,483 MW anuales, de los cuales se asignaron finalmente 1,188 MW, a un precio medio de 32,216 dólares anuales por MW. La planta de Los Azufres proporcionará 25 de los 1,188 MW, lo que le representará a la CFE un ingreso anual de más de 800 mil dólares adicionales.

Así, mi conclusión del año pasado sigue siendo válida: con precios unitarios tan reducidos y sin valuar su carácter de generación constante, los proyectos geotermoeléctricos no resultan competitivos en las subastas de energía. Y menos aún, si se añade el mayor tiempo que estos proyectos requieren para concluirse, partiendo desde las etapas iniciales de exploración en campos nuevos hasta su puesta en servicio, y el mayor riesgo inherente con respecto a proyectos solares o eólicos.
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Luis Carlos Gutiérrez Negrín
Ingeniero geólogo egresado de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del IPN, con más de 30 años de experiencia en el tema de la geotermia. Trabajó en la Gerencia de Proyectos Geotermoeléctricos de la CFE. Actualmente es director de Geocónsul, S.A. de C.V., coordinador de Difusión y Negocios del CeMIE-Geo, miembro del Grupo Director del Proyecto GEMex y editor de IGA News.

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