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Impulso eólico en México

La necesidad de invertir en energías renovables ha impulsado a México a trabajar en importantes proyectos eólicos eficientes y amigables con el medioambiente. Oaxaca, Tamaulipas y Coahuila presentan algunos de los avances más importantes en el ramo.

Aprovechar fuentes de energía renovables favorece la colaboración entre empresas privadas, población y gobierno.

Por Manuel Merelles.

Hoy en día, México presenta un entorno ambiental y económico que plantea la necesidad de producir la energía necesaria para alcanzar el crecimiento económico deseado, así como hacerlo de manera que se minimicen los efectos nocivos de la generación y consumo de energías fósiles como el carbón, el petróleo o el gas natural, fuentes sumamente dañinas para el medioambiente y que no se regeneran por procesos biológicos, por lo que en algún momento se acabarán. Es por esto que cobra relevancia el uso de nuevas tecnologías para aprovechar las fuentes renovables disponibles, entre las que se encuentra la energía eólica.

La energía eólica es aquella que se obtiene a partir del viento. Es energía cinética generada por poderosas corrientes de aire que se transforma en distintos tipos de energía para el consumo humano. Se origina por el calentamiento diferencial de masas de aire provocado por el sol, gracias a las diferencias en la latitud o en el terreno.

Esta fuente de energía se emplea desde hace más de 5 mil años en beneficio de la humanidad; por ejemplo, se tiene registro de embarcaciones que utilizaban velas para trasladarse por el río Nilo, las cuales aprovechaban las corrientes de aire presentes en la zona. También existe documentación de que durante el siglo VI hubieron máquinas eólicas con un eje vertical, conocidas como Panémonas, utilizadas para moler granos y bombear agua en Sijistan, región ubicada entre Irán y Afganistán. En la actualidad, se utilizan aerogeneradores generadores eléctricos movilizados por una turbina que se acciona por la intervención de las corrientes de aire y soplidos del viento? para obtener energía utilizable.

Aprovechar estas fuentes renovables ha dado origen a la colaboración entre empresas privadas, poblaciones locales y órganos gubernamentales. Este trabajo en equipo se ve reflejado en diversos proyectos que pretenden aprovechar las bondades de la energía eólica en distintas entidades de la República Mexicana, entre las que destacan Tamaulipas, Oaxaca y Coahuila, donde se han incubado proyectos de parques eólicos que buscan maximizar el potencial regional para generar eficientemente energía limpia que beneficie a todos.

En 1994 se instaló la primera central de este tipo: el parque eólico La Venta en el Istmo de Tehuantepec, proyecto que convirtió a Oaxaca, de acuerdo con un documento que publicó la Asociación Mexicana de Energía Eólica, en uno de los estados con mayor participación en cuanto a generación por este tipo de energía y en el principal sector de aprovechamiento del país gracias a las fuertes corrientes que originan los vientos alisios provenientes del Golfo de México, único paso interoceánico de baja altitud en México, razón por la que existe un continuo impacto de vientos de gran velocidad que alcanzan los 25 m/s durante la mayor parte del año.

Según el Global Wind Energy Council, el Istmo de Tehuantepec cuenta con capacidad de clase mundial al generar más de 6 gigawatts de energía, equivalente a una quinta parte de la generación alcanzada por el líder en el ramo, Estados Unidos, que genera alrededor de 25 mil 174 gigawatts, suficiente para abastecer a cerca de siete millones de hogares y hacer frente al 1 por ciento de la demanda total de energía del país norteamericano. Después de Estados Unidos, el segundo país con mayor producción de energía eléctrica por medios eólicos es Alemania, con aproximadamente 23 mil 903 gigawatt, seguido de España con 16 mil 754 gigawatts.

Actualmente, en Oaxaca se ubican 15 centrales eólicas en operación: La Venta; La Venta II, Parques Eólicos de México, Eurus, Bii Nee Stipa, La Mata-La Ventosa, Fuerza Eólica del Istmo, Oaxaca II, Oaxaca III, Oaxaca IV, Bii Nee Stipa II, La Venta III, Oaxaca I, Fuerza Eólica del Istmo-Fase II y Piedra Larga Fase I.

Estas centrales son propiedad de ocho empresas entre las que se encuentran la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Iberdrola Energías Renovables, Acciona Energía, Eléctrica del Valle de México, Peñoles y Enel México. En los municipios de La Venta, La Ventosa, Juchitán de Zaragoza, El Espinal, La Mata, Asunción Ixtaltepec, Santo Domingo Ingenio y Unión Hidalgo, se tienen instalados 917 aerogeneradores con una capacidad de producción aproximada de 1 mil 273 megawtts, lo que representa alrededor de 92 por ciento de la energía eólica generada en el país, en una superficie de casi 11 mil 79 hectáreas de terreno, que refleja una inversión estimada en 2 mil 507 millones de dólares totales.

Por otra parte, en Tamaulipas se pretende instalar en el parque eólico El Porvenir, en Reynosa, 30 aerogeneradores con una capacidad de producción de 54 megawatts en su primera etapa, cuya construcción tiene ya un avance de más del 95 por ciento. Sin embargo, al finalizar las tres etapas del proyecto, se espera alcanzar una generación de hasta 126 megawatts con la instalación de 63 aerogeneradores y una inversión privada inicial de 1 mil 600 millones de pesos. El parque se ubicará en un espacio de 2 mil 688 hectáreas.

00a00041260El desarrollo de proyectos eólicos debe lograr el consenso con los propietarios de las tierras donde se prevé llevarlos a cabo

La energía generada en el complejo se entregará a la CFE, que, después de recibirla en sus redes de torres, la enviará al consorcio comercial Soriana, que representa al socio consumidor en el proyecto. No obstante, según la información disponible, el proyecto tiene contemplado producir y vender energía no sólo a socios consumidores, sino a toda la comunidad.

De esta manera, Tamaulipas contribuiría en la reducción del consumo de combustibles de origen fósil y a evitar la generación de gases de efecto invernadero, lo cual representa una ventaja competitiva en relación con otros estados de la República y un factor de atracción para los inversionistas.

Con el proyecto del parque eólico El Porvenir, se espera alcanzar beneficios ambientales, tales como la reducción anual promedio de 90 mil toneladas de dióxido de carbono, evitar el consumo de alrededor de 20 millones 231 metros cúbicos de gas natural anualmente y la quema de aproximadamente 20 mil 145 metros cúbicos de combustóleo por año.

Otra de las medidas amigables con el medioambiente que ha tomado el gobierno de Tamaulipas se dio durante 2013, cuando inició la operación del Proyecto Demostrativo de Aprovechamiento de Energía Eólica en el Parque Bicentenario. Con una inversión de 4 millones 600 mil pesos, se instalaron cuatro aerogeneradores que proveen energía suficiente para cubrir parte del consumo generado por el alumbrado público de las instalaciones del Parque.

Reducir el consumo de combustibles de origen fósil y la generación de gases de efecto invernadero son una ventaja competitiva

Por otro lado, uno de los proyectos más ambiciosos de generación eólica ubicado en el Norte del país es el Parque Eólico Coahuila B&E, desarrollado por Recursos y Desarrollos Eólicos B&E, S. de R. L. de C. V., empresa fundada en 2011. Con una inversión de 1 mil 100 millones de dólares, el parque eólico se desarrollará en los ejidos de Hipólito, Noria de la Sabina, San Antonio del Jaral y Tanque de San Vicente, ubicados en General Cepeda y Ramos Arizpe. Se busca que el parque tenga una impresionante potencia de generación de 1 mil 700 kilowatts de energía, con lo que se eliminará la liberación de aproximadamente 1 mil 714 toneladas de dióxido de carbono anualmente. De igual manera, se busca el desarrollo de la región del Norte del país al generar 2 mil 400 empleos directos, sólo durante la fase de construcción, y una derrama económica que se pronostica supere los 400 millones de pesos para el estado. El tiempo de vida útil del proyecto se estima en 25 años; sin embargo, se prevé que durante la operación exista la necesidad de renovar algunos componentes del parque, por lo que podría extenderse unos años más.

Así, encontramos que entre los inconvenientes del uso de este tipo de energía está la intermitencia del viento en determinadas épocas del año, además de que los parques eólicos generalmente se ubican en terrenos alejados de las áreas de consumo, por lo que es necesaria la instalación de torres de alta tensión y cables de gran capacidad que puedan recorrer grandes distancias para su transportación, proceso en el que, por lo general, se pierde energía. De igual manera, los conflictos que puedan generarse con las comunidades locales es un tema que debe considerarse, ya que es necesaria una gran extensión territorial para su operación y esto puede conllevar a diferencias con los habitantes que están en desacuerdo con el desarrollo de las centrales.
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