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La interconexión en Mercosur

Para ofrecer acceso y suministro estable, las empresas estatales Uruguay (UTE) y Brasil (Eletrobras) establecieron un acuerdo comercial que permite la venta cruzada de electricidad entre los dos países, una relación bilateral importante para la región a través de la optimización de su gama de recursos energéticos

Por Redacción

Como señala el presidente Ejecutivo de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, Enrique García, el continente “es abundante en recursos energéticos petrolíferos, gasíferos, carboníferos e hidráulicos, así como en una diversidad de recursos energéticos renovables”. Esta riqueza energética puede contribuir a fomentar la cooperación y la integración regional, así como el desarrollo económico y social, tanto de países que hoy son superavitarios como deficitarios de energía. Igualmente, estos recursos hacen que la región sea llamativa para inversionistas, lo cual tiene implicaciones económicas y políticas, nacionales, regionales e internacionales, a la vez que ofrecen oportunidades para que instituciones financieras multilaterales desempeñen un rol proactivo y catalítico en el sector.

Países como Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay han establecido convenios para la interconexión de transmisión o generación compartida de energía eléctrica, en medio del establecimiento de un marco regulatorio al respecto.

Como se detalla en el documento “Nuevas oportunidades de interconexión eléctrica en América Latina”, entre Argentina y Brasil la transacción comercial se rige por el Contrato de Interconexión, Suministro e Intercambio de Energía Eléctrica, celebrado por la ex AEE S.E., (en Argentina) y Electrobas y Eletrosul (en Brasil), mientras que la interconexión entre Argentina-Uruguay se maneja por el Convenio de Ejecución del Acuerdo de Interconexión Energética, el cual fue aprobado por la Ley 23.390.

Por otro lado, la generación de la central Salto Grande está bajo la jurisdicción de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, bajo la premisa de que la repartición de energía debe ser equitativa. Dicha central tiene una potencia instalada de aproximadamente 1 mil 700 MW.

En el tema que concierne a este documento, Brasil y Uruguay estipularon un intercambio que consta de transmisión en alta tensión. Este acuerdo, firmado en 1993, fue un tratado entre la UTE en Uruguay y Eletrobras/Eletrosul, en Brasil, que representó el primer paso para desarrollar proyectos eléctricos de forma conjunta. “Similar a los casos de generación compartida, la línea se usa sólo en casos de necesidad por alta demanda y bajo licitaciones y acuerdos previos. Dada la baja capacidad de la línea (70 MW), ambas partes consideraron la ampliación a una de gran porte”, se detalla en el documento.

Posteriormente, se planteó, en forma, la ampliación de la interconexión entre estos países, desarrollándose conforme a los criterios establecidos en el Acuerdo Marco sobre Complementación Energética Regional entre los Estados Partes del MERCOSUR y Estados Asociados, suscrito en la ciudad de Montevideo, el 9 de diciembre de 2005. Al año siguiente, las dos naciones firmaron un memorándum de entendimiento para fortalecer su integración energética, a través de la construcción de una gran interconexión bilateral. Posteriormente, en 2012, los entonces presidentes de estos dos países, Dilma Rouseff y José Mujica pactaron la creación del Grupo de Alto Nivel Brasil-Uruguay (GAN), con el fin de consolidar el Plan de Acción para el Desarrollo Sostenible y la integración de ambos en sectores como ciencia, tecnología, innovación, comunicación e información infraestructura de transporte, libre circulación de bienes, servicios y personas. Esto derivó en el crecimiento de los proyectos de asociación entre los sectores público y privado, que se ya habían establecido previamente, entre ellos el señalamiento de áreas de oportunidad para intercambios comerciales que incluyen la industria energética.

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El entonces presidente José Mujica junto a autoridades de Uruguay y Brasil suscribieron un acuerdo de interconexión de energía eléctrica

Fue en 2012 cuando el presidente Mujica y los directivos de la compañía estatal de energía eléctrica de Uruguay firmaron este nuevo acuerdo de interconexión con las autoridades de Electrobas, responsable de la generación y distribución de la energía eléctrica en Brasil. Los objetivos de este acuerdo abarcan la diversificación, el comercio internacional de energía eléctrica y habilitar más mercados para la exportación de eventuales excedentes, intensificar la cooperación recíproca en el campo energético, optimizar el uso racional de los recursos energéticos de generación y trasmisión, mejorar la seguridad y calidad de los servicios, además de proporcionar asistencia técnica recíproca.

La inversión total del proyecto estuvo estimada en 349 millones de dólares, con una interconexión de redes de 500 kV entre ambos países, con el tendido de líneas de transmisión y la aplicación y construcción de estaciones de transformación. De igual forma, al tomar en cuenta que dichos sistemas operan en frecuencias distintas (50 y 60 Hz, respectivamente), se instaló una estación conversora en el deparamento de Cerro Largo, en las cercanías de la ciudad de Melo, Uruguay, de 500 MW de potencia.

La red de interconexión va desde la subestación de UTE, localizada en San Carlos (en el departamento de Maldonado) hasta la conversora en Melo y desde esta ciudad uruguaya hasta la subestación Presidente Medici en Candiota, al sur de Brasil. Esta línea, operada por Eletrobras, se une a la interconexión entre Brasil y Uruguay, establecida con anterioridad a través de una estación convertidora uruguaya de Rivera, con una capacidad de 70 MW.

Una vez concluidas las obras, las primeras pruebas de la interconexión se realizaron en el primer semestre de 2014, con el fin de lograr un óptimo intercambio energético entre los países y asegurar su abastecimiento, como ha sucedido entre Uruguay y Argentina, desde hace más de 30 años, tras la construcción del complejo hidroeléctrico compartido en Salto Grande. Durante 2015 continuaron los ensayos técnicos para la puesta en marca de la interconexión y fue en diciembre del mismo año que se concretaron los mecanismos comerciales bilaterales, donde se estableció que Uruguay requiere casi un tercio de la energía durante el nivel más alto registrado en invierno, alrededor de 1 mil 700 MW.

Como parte del avance de la interconexión eléctrica entre ambos países de América del Sur, la empresa global GE ha contratado con éxito las instalaciones de convertidores back-to-back de corriente directa de alto voltaje (HVDC), así como las subestaciones existentes extendidas y equipadas para Interconexiones del Sur (ISUR). Instaladas en Melo, al noreste de Uruguay, las instalaciones del convertidor permitirán que este país realice el intercambio de energía con Brasil, aumentando la flexibilidad y la fiabilidad de las redes de distribución entre los dos.

La línea de transmisión de interconexión de 500 kV y 420 kilómetros une la subestación Candiota del Brasil a la subestación de Melo de Uruguay y podría proporcionar hasta un tercio de las necesidades energéticas uruguayas. A su vez, la línea permitirá que los dos países puedan comprar y vender energía limpia, tomando en consideración que la hidráulica y la eólica cubren casi 90 % de la demanda de electricidad en Uruguay, mientras que para Brasil representan cerca de 80 %. Por esas cifras, el World Wildlife Fund (WWF) los designó Líderes de Energías Verdes en 2014.

Es así que el convertidor back-to-back de corriente directa de alto voltaje (HVDC), del negocio Grid Solutions de GE, es requerido a medida que las redes de energía de Brasil y Uruguay tienen diferentes frecuencias eléctricas de 60 Hz y 50 Hz, respectivamente. Además de esto, Grid Solutions amplió la Subestación Melo y suministró equipos de corriente alterna (CA, por sus siglas en inglés) hasta la subestación Candiota, con el fin de mejorar el control de la distorsión armónica en la Red de CA.

Aunado a la comercialización de energía, la interconexión garantiza la seguridad del suministro eléctrico mediante el aumento de resistencia de la red en ambos países sudamericanos, a la par de una potencial reducción de costos cuando el comercio de energía se realiza a precios más atractivos; por ejemplo, Uruguay tiene estimado un ahorro anual de 200 millones de dólares. De igual forma, al utilizar fuentes de energía renovable, tanto Brasil como Uruguay podrán reducir las emisiones de carbono a la atmósfera; para el primero, un objetivo de 37 %, proyectado a 2025 y, para el segundo, un ambicioso 88 % para el próximo año.

“La conexión de los países a través de estas autopistas eléctricas es un elemento clave para garantizar la fiabilidad de las redes eléctricas. La capacidad de negociar las energías renovables va un paso más adelante para promover el costo de la electricidad eficaz y sostenible”, reafirmó Patrick Plas, director General de HVDC y FACTS en Grid Solutions, división de GE Energy Connections. “Las soluciones back-to-back HVDC están siendo consideradas cada vez más como la solución óptima para conectar a los países con diferentes frecuencias”, concluyó.

suramericaBeneficios del proyecto

  • Aumento de la confiabilidad de los sistemas eléctricos y gasíferos de la zona
  • Consolidación y aumento de la capacidad de generación, transmisión y distribución de energía en un área demográfica y de producción industrial densa
  • Diversificación de la matriz energética de los países del Mercosur

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