Cambio climatico

México necesita regular la iluminación de emergencia

Las luces de emergencia son aquellas que saltan cuando hay un corte en la energía eléctrica para evitar que un sitio se quede en penumbra. De igual forma, son de ayuda para evacuar espacios y edificios durante sismos, incendios o apagones. Sin embargo, uno de los retos que México enfrenta es que no hay una normativa clara sobre dónde y cuándo es necesario utilizar estos sistemas. Una de las pocas especificaciones que se encuentran en la Norma Oficial Mexicana es la NOM-025-STPS-2008

Por Pablo Fernández / Fotografías: cortesía de Normagrup

El ser humano tiene miedo innato a la oscuridad. Lo desorienta y hace sentir vulnerable, aumentando el estrés y poniéndolo en riesgo. Es la luz que se divisa en plena oscuridad, la que guía, da un punto de referencia y ayuda a tomar el control de la situación, dando seguridad y firmeza a los pasos.

Algo tan simple como una obra en la calle o un fallo en la red eléctrica puede dejar sin luz casas, hoteles, oficinas, centros comerciales, restaurantes, entre otros espacios. En hospitales y centros escolares es todavía más peligroso.

Los desastres naturales que cada año azotan el país, como huracanes, temblores e inundaciones, suelen ir acompañados por cortes de electricidad, ya sea por seguridad o fallas. En estos casos, la oscuridad puede hacer que cualquiera entre en pánico, mientras que la luz de una lámpara de emergencia podría ser un factor determinante para salvar o no una vida.

Llevar a cabo una evacuación de emergencia en un inmueble con luz, es muy distinto a realizarla en la oscuridad, ya que evita miedos, estrés y accidentes

¿Qué son las lámparas de emergencia?
La iluminación de emergencia se surte de la corriente continua, por baterías individuales o centralizadas y se emplean en situaciones de corte de electricidad de la red principal. Es decir, son aquellas lámparas que se prenden de manera automática e instantánea cuando se presenta algún corte.

Asimismo, son elementos indispensables para garantizar la seguridad de las personas en circunstancias o ambientes de peligro. Esto se debe a que el papel de estas luminarias es fundamental durante la evacuación de un edificio, ya sea por evento grave, alertas sísmicas o cortes eléctricos. Llevar a cabo una evacuación de emergencia en un inmueble con luz, es muy distinto a realizarla en la oscuridad, pues se evitan miedos, estrés y accidentes.

Los dispositivos de iluminación de seguridad (autónomos o centralizados) deben garantizar dos funciones fundamentales. Por un lado, está la iluminación antipánico por medio de una lámpara de emergencia capaz de evitar situaciones de peligro generado por pánico durante una evacuación, asegurando un alumbrado mínimo para facilitar la identificación de una ruta de salida y la intervención de la asistencia.

Por otro, está la iluminación de preevacuación, que a través de una lámpara de señalización es capaz de garantizar la evacuación segura de los ocupantes mediante las vías de escape, señalando el camino y los obstáculos.

La versatilidad que puede ofrecer el alumbrado de emergencia lo hace un elemento indispensable en las modernas instalaciones que exigen diseño, seguridad y eficiencia

Importancia de normativas oficiales
Dada la trascendencia de contar con este tipo de luz en casi cualquier lugar donde se encuentre gente, la existencia de una normativa oficial que regule su colocación y características es esencial.

En la actualidad, en México no existe una normativa clara respecto a las lámparas de emergencia, situación que se contrasta, por ejemplo, con Europa, en donde desde hace años existen organizaciones que regulan estas cuestiones y que todos los países deben cumplir. Chile es otro ejemplo, pues disponen de una Norma Chilena Eléctrica con un apartado específico para alumbrado de emergencia.

La NOM-003-SCFI-2014 y el PROYECTO-NOM-064-SCFI-2017 especifican, entre otras cosas, las características de seguridad que deben cumplir los productos eléctricos comercializados en México, así como los métodos de prueba aplicables a los luminarios para interiores y exteriores, incluyendo las lámparas de emergencia y señalización. La información sobre estos temas es muy precisa en ambas normas, pero en ellas no se regula cómo y dónde utilizar las lámparas de emergencia. Esa es una de las principales dudas en el sector.

En la NOM-025-STPS-2008 se habla de las condiciones de iluminación en centros de trabajo y se especifica que se deben “instalar sistemas de iluminación eléctrica de emergencia, en aquellas áreas del centro de trabajo donde la interrupción de la fuente de luz artificial represente un riesgo en la tarea visual del puesto de trabajo, o en las áreas consideradas como ruta de evacuación que lo requieran”.

Esto resulta bastante ambiguo y la norma debería ser más precisa. Los 50 luxes que requiere esta NOM para la iluminación de emergencia contrastan con la normativa de algunos países en Europa, que exige un mínimo de un lux en recorridos de evacuación y 0.5 luxes de iluminación antipánico. Resulta curioso observar que, en México, se exige 50 veces más de los niveles comprobados que ya funcionan perfectamente en otros países, es por ello que ese dato debe actualizarse.

En comparación con otras normas, como la chilena o española, que son más claras en sus requerimientos, donde las lámparas de emergencia son de carácter obligatorio en lugares como puertas de salida de emergencia, cerca de escaleras, cambio de direcciones en vías de escape, cerca de equipos de extinción o alarmas de incendios, indicándose claramente dónde se deben instalar, cada cuánta distancia y con qué número de luxes necesarios. Además, las lámparas de emergencia deben garantizar una autonomía de una a tres horas, mientras que en México, el tiempo estándar con las que se instalan es de 90 minutos.

Si bien el sector de iluminación es cada día más exigente en México, y son muchos los profesionales de la arquitectura e iluminación que tienen en cuenta la iluminación de emergencia, México posee un gran potencial a desarrollar en esta área, pues el que no haya una regulación clara y exacta dificulta que se exija su uso. Además, no sólo mejoraría la seguridad de la población, ya que nunca nos quedaríamos sin luz, si no que emergería una industria nueva en el mercado, donde hoy existen pocas empresas, generando más empleo y competitividad.

 

Pablo Fernández
Egresado de la licenciatura en Negocios por la Universidad Complutense de Madrid, cursó una Executive MBA en la IE Business School en España. Tiene experiencia en Dirección Comercial y Marketing. Actualmente es director de Normagrup México, empresa española con más de 40 años de trayectoria en iluminación de emergencia y con presencia en más de 50 países.

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