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¿Para qué es necesario un sistema de monitorización?

La monitorización es una herramienta que, bien utilizada, ayuda a optimizar el consumo energético. Eso sí, supone un coste inmediato. Llegar a un equilibrio entre la información y la inversión necesaria para obtener estos datos es uno de los retos a los que se enfrentan los responsables de la gestión energética de empresas y organizaciones

Por Vanessa Tirado López, directora de Creara México

Un sistema de monitorización es una herramienta diseñada para controlar y gestionar nuestras instalaciones. Para ello, es indispensable implantar una serie de analizadores de redes que permitan recopilar toda la información necesaria. Antes de llegar a este punto es fundamental reflexionar para qué se necesita el sistema de monitorización y qué se espera obtener de él. Desde este punto de vista existen varias áreas donde actuar:

  • Medioambiente y RSC. Orientado al ahorro energético que redunda en una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y otras actuaciones asociadas a la responsabilidad social corporativa. En este punto hay que tener en cuenta que la base de estos ahorros es la medición, no se puede ahorrar lo que no se conoce
  • Un sistema de alarmas y una gestión continua de diferentes parámetros energéticos, es indicativo del mal funcionamiento de un equipo, por lo que se podrán realizar actuaciones preventivas en lugar de correctivas
  • Se puede aislar el consumo de energía de un proceso en concreto, de forma que se conozca el valor energético exacto para la fabricación de un determinado elemento o de una línea de trabajo completa y que ese coste repercuta en los costes de producción
  • Gasto económico. Con vistas a conocer la distribución del consumo de mis instalaciones y actuar para reducir la factura eléctrica

Una vez que se tenga claro para qué se requiere un sistema de monitorización, se debe definir el alcance del mismo teniendo en cuenta una serie de criterios como:

Medir vs medir y controlar. Se puede optar por una monitorización en la que únicamente conozcamos los datos de consumo u otra en la que además de medir, podamos gestionar con funciones básicas los circuitos monitorizados, sin llegar nunca al nivel de un SCADA.

Árbol de consumo vs seguimiento de MAEs. ¿Qué uso quiero dar a los datos recopilados? ¿Los necesito para obtener un árbol de consumo de nuestras instalaciones, o por el contrario, quiero hacer un seguimiento a las MAEs implantadas o que se vayan a implantar?

Tamaño de las instalaciones. No es lo mismo el despliegue de medidores que es necesario en una industria, que una instalación terciaria de gran tamaño o en una oficina.

Alcance y frecuencia. Hay que plantearse el detalle del consumo que necesito de mi instalación, es suficiente con el consumo general de una zona en concreto o necesito el detalle de cada uno de los equipos instalados. También hay que plantearse la frecuencia con la que se requieren recibir los datos.

Inversión. No hay que perder de vista que implantar un sistema de submedida tiene un coste; hay que tener en cuenta la inversión disponible para priorizar circuitos a medir. Quizá es necesario plantearse realizar una monitorización por fases, ampliándola año a año en función de los resultados.

Rentabilidad. Es importante hacer un estudio que incluya indicadores como el TIR y el VAN, que valore económicamente otros beneficios no tan tangibles, como son los ambientales, para evaluar la utilidad de la submedida.

Evolución del gasto de electricidad medio por tienda

De forma general, en función de la intensidad del consumo energético de mi instalación y de la inversión destinada, la siguiente gráfica muestra si nos interesa un sistema de monitorización y de qué tipo:

A continuación, con base en la experiencia de Creara, se presentan algunas de las principales utilidades derivadas del análisis de los datos obtenidos con un sistema de monitorización energética.

Utilidades

  • Determinar consumos anómalos en función del horario y el calendario. Implica el análisis del patrón de consumo de mi instalación para determinar anomalías y corregir comportamientos ineficientes con el fin de reducir el gasto energético
  • Comparación entre instalaciones con diferente zona climática o gestión. También se puede equiparar el consumo que se produce en un determinado periodo con uno anterior o una línea base
  • Segmentación de los consumos que se producen en las instalaciones, por edificios, áreas de trabajo, en función del grado de detalle del sistema de monitorización
  • Gestión económica, con un conocimiento en detalle de cuánto y cuándo consume cada equipo de la instalación, se realiza una previsión de costes y ajustes en desviaciones
  • Indicadores energéticos. Es posible obtener ratios de consumo en función de diferentes variables como metros cuadrados, producción, número de usuarios, etcétera
  • Mejora en el mantenimiento. Observación de las variables que reportan los analizadores de redes, en las que se detectan comportamientos anómalos de los equipos y se mejoran las tareas de mantenimiento
  • Sistema de gestión energética. Se implementa fácilmente, con una submedida, a fin de mejorar el comportamiento de la instalación

Ventajas de los sistemas de monitorización de consumo energético
Cuando se habla de sistemas de monitorización, realmente se hace referencia a monitorización remota, es decir, mediante sistemas telemáticos, pues por lo regular ésta no puede llevarse a cabo a distancia.

Por ejemplo, cuando un tablero mide el consumo y un operario baja todos los días al cuarto eléctrico para apuntar en una libreta el gasto del último día, al final de mes podrá comprobarse cómo ha evolucionado la consunción. Se trata, desde luego, de un sistema manual, más no remoto.

Evidentemente, es más costoso porque requiere una mayor intervención del ser humano. Por tanto, hasta hace algunos años, sólo se monitorizaban aquellos procesos que por su tamaño justificaban un alto gasto en recursos humanos.

Sin embargo, el desarrollo de los sistemas de telecomunicaciones ha disminuido su coste y ha permitido que muchos procesos sean monitorizados. Si a esto añadimos la capacidad de análisis que aportan las herramientas informáticas al tratar datos, el resultado son sistemas de medición remota que permiten recoger y analizar información de manera cómoda y relativamente barata.

De acuerdo con Creara, se pueden citar muchas ventajas, pero se agrupan en tres:

Mejor control del consumo, Al monitorizar el consumo de energía, una de las opciones más rentables es tener bajo control aquellas variables por las que pagamos en la factura: energía activa, potencia y energía reactiva. Tener controladas estas tres variables, mediante sistemas de alarmas y herramientas de optimización de factura nos permitirá mantener a raya el dinero que pagamos por la energía que consumimos. Para esto, lo más aconsejable es medir el contador fiscal.

Mejor análisis de los costes energéticos, Cuando los procesos cuyos consumos deseamos medir son relativamente complejos es importante entender cuánta energía consume cada parte del proceso. Si se instalan instrumentos de medida en los circuitos o equipos en cuestión, podremos tener una contabilidad de costes con el detalle que necesitemos. Además, algunas herramientas incluyen funcionalidades de análisis muy potentes que permiten sacar conclusiones a partir de una gran cantidad de datos.

Mejor entendimiento de las implicaciones ambientales de las instalaciones, Cada vez es más común que las organizaciones se preocupen por el impacto que su actividad produce en el medioambiente. Un sistema que monitorice consumos energéticos y los segmente debidamente (por uso, zona geográfica o cualquier otro criterio relevante) permite entender los efectos de cada parte de la actividad. Además, posibilitará la creación de indicadores de desempeño energético de fácil seguimiento, muy útil para los sistemas ISO 50001.

Las ventajas de implantar un sistema de monitorización remota de energía parecen claras, pero la clave no es esa, sino entender qué tipo de sistema es más adecuado para cada consumidor y cuál es el retorno que se conseguirá en cada caso. Éste puede ser puramente económico (ya sea por reducción de costes o del personal que gestiona la energía) o consistir en conseguir más información o de mejor calidad sobre el consumo. Así pues, antes de invertir, debemos entender bien qué utilidad se busca de un sistema de monitorización.

¿Cuánto ahorro se genera al implantar un sistema de gestión de la energía y monitorización?
La monitorización, entendida como un proceso que nos permite conocer los consumos de una instalación, es una parte esencial en la gestión energética de una empresa. De otra forma no dispondríamos de información suficiente para poder actuar. El hecho de conocerlos mejor no hace que éstos se reduzcan per se, pero no se podrá ahorrar sobre aquello que no se conoce.

Monitorizar facilita la obtención de información útil que ayudará a conseguir un ahorro de energía, como puede ser la detección de consumos fantasmas que se dan en las empresas durante la noche o los fines de semana.

Además, la monitorización permitirá la comparación de:

  • Diferentes instalaciones situadas en distintas zonas climáticas, a fin de evaluar el impacto real de éstas sobre el consumo, o bien dentro de la misma área para analizar la gestión que se está haciendo de los consumos en una instalación y otra
  • En diferentes periodos, confrontar un consumo determinado respecto a un ciclo anterior es algo muy importante en los sistemas de gestión de energía implantados o en proyectos de servicios energéticos en los que se comparan con una línea base para evaluar el ahorro que tienen una serie de medidas

Toda esta información va a servir para detectar ineficiencias y así poder actuar sobre ellas, lo que permitará lograr mayores beneficios. Otra utilidad de los sistemas de monitorización en el ahorro de energía es establecer cuál es el ahorro real que se ha conseguido a partir de la implantación de una serie de medidas. Esto es esencial en los proyectos de servicios energéticos en los que la empresa que los lleva a cabo cobra un importe u otro, dependiendo de los ahorros obtenidos.

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Vanessa Tirado López
Licenciada en Ciencias Ambientales por la Universidad de Alcalá de Henares. Cuenta con un máster en Gestión y Control Ambiental Empresarial por la Universidad Antonio de Nebrija de Madrid y está certificada en el protocolo CMVP de Medida y Verificación. Fue consultora en ahorro energético y cambio climático en España y estuvo al frente de la oficina de Creara en Chile. Actualmente, se desempeña como directora de Creara en México.

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