El cambio climático no es un simple asunto ambiental (primera parte)
La Dra. Vanessa Pérez-Cirera, directora del Programa de Cambio Climático y Energía del Fondo Mundial para la Naturaleza, Capítulo México, comparte una variedad de asuntos que incumben a todos los tripulantes del planeta y que llevan a reflexionar sobre la incidencia de la actividad humana en las condiciones del clima.
Por Christopher M. García.
El cambio climático no es reversible, pero sí podemos desacelerarlo. En estos momentos, se le considera un efecto crucero: vas en un barco y pones la maquinaria en neutral, pero sigue avanzando por la inercia del movimiento
Constructor Eléctrico (CE): Sabemos que el cambio climático se consideraba un fenómeno natural que la Tierra experimentaba, debido a las variaciones en la órbita terrestre y en la cantidad de radiación solar que la alcanza. ¿Qué tanto de estas presuposiciones ha probado ser real y qué tanto se ha debido a las actividades industriales del hombre en el planeta?
Vanessa Pérez-Cirera (VPC): Los cambios en el clima datan de la historia del planeta. Siempre hemos estado variando nuestra temperatura; sin embargo, nunca habíamos variado la temperatura a niveles tan acelerados; es decir, que ahora estamos variando nuestra temperatura 10 veces más rápido que nunca. El 98 por ciento de los científicos liga estos cambios con la actividad antropogénica. Hay una correlación muy directa entre los cambios de temperatura y la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Todavía hay algunas discusiones de ciertos científicos; pero 98 por ciento de quienes publican en revistas científicas serias, como Science, Nature, etcétera, tienen un acuerdo claro en que el cambio climático, en los niveles en que se está dando, está directamente relacionado con las actividades productivas del ser humano.
CE: Se escuchan muchos mitos y muchas verdades parciales con respecto a este fenómeno, ¿podría explicarnos qué información es veraz y cuál carece de sustento?
VPC: Hay diferentes teorías, pero lo que debemos hacer es seguir indagando. La ciencia siempre se está preguntando cosas, siempre está debatiendo paradigmas. Ciertamente, debemos actuar conforme a lo que nos dice la mejor ciencia, que es la del consenso.
Más allá de eso, sí debemos diferenciar entre los eventos que provocan el cambio climático y los que exacerban el cambio climático, de los eventos que no tienen nada que ver con cambio climático. Por ejemplo, existe la percepción pública de que los terremotos tienen algo que ver, de que los tsunamis tienen algo que ver; pero, en realidad, ellos no tienen incidencia en la variabilidad atmosférica. Hay eventos, como los tornados en EUA, que suceden, pero que se ven exacerbados por el cambio climático. Se está observando que la magnitud que han tenido recientemente tiene relación con el cambio climático; no es que el cambio esté provocando los tornados, sino que su magnitud es mayor. Lo mismo sucede con respecto a los huracanes. Han sucedido, van a suceder y seguirán sucediendo, pero su magnitud tiene que ver con el cambio climático.
CE: La generación y el consumo de combustibles fósiles ha sido uno de los grandes problemas. ¿En qué medida las tecnologías de generación mediante renovables ayudan a contrarrestar los efectos del cambio climático?
VPC: La generación de energía por fuentes renovables ayuda muchísimo. Para nosotros es una de las grandes apuestas. A escala mundial, 60 por ciento de los gases de efecto invernadero proviene de la generación de energía, y en México es el mismo porcentaje. Existe la percepción de que es culpa de los procesos industriales, pero, en realidad, es la manera en que producimos energía y la cantidad que consumimos.
Tenemos que reducir a la mitad el consumo energético antes del 2050. La percepción es que vamos a duplicar nuestra demanda energética para 2050; entonces, debemos duplicar nuestra eficiencia energética o reducir nuestro consumo a la mitad. Además, tenemos que sustentar las economías sobre las energías renovables. Si pensamos que queremos llegar a un cambio menor a los 2 centígrados de temperatura para finales de este siglo, WWF publicó un estudio global, llamado Informe Global de las Energías Renovables, donde se dice que si queremos llegar a esta meta, tenemos que, uno, duplicar nuestra eficiencia energética y, dos, sustentar las economías en renovables. También se hace un análisis de qué tanto las economías podrían estar sustentadas en las energías renovables y llega a un nivel de 95 por ciento, antes de 2050. Realmente tenemos que cambiar la manera en que estamos produciendo y consumiendo la energía.
CE: ¿Cuál de las diversas opciones disponibles de mitigación ha resultado más efectiva?
VPC: México cuenta con un análisis que hicieron hace un par de años Mackinsey, Meddek, el INAH, el Instituto Nacional de Ecología, que son las famosas curvas de costos. Hablan de que tenemos diferentes medidas de mitigación, unas que son realmente costo-efectivas a nivel privado, es decir que el capital privado podría invertir, y otras que tienen grandes implicaciones sociales en términos de creación de empleos, mejoras a la salud, etcétera, pero que necesitan un impulso adicional. De las medidas que podemos llamar de ganar-ganar son las eficiencias en Pemex. Son medidas en las que inviertes un peso y el rendimiento va a ser mayor del doble. La otra medida es el transporte. La eficiencia vehicular es otra medida de mitigación con grandes rendimientos privados. Y el tema de las energías renovables es una de las medidas que sale con grandes rendimientos públicos.
Entonces, lo que se necesita es un impulso público, porque hay ciertas energías que no son rentables en términos privados, sobre todo por cómo están definidos los precios. En México existen grandes subsidios a los combustibles fósiles y contra ellos la energía renovable no puede competir. Privadamente, la eólica ya pasó y ya es rentable, la solar está luchando por lograrlo, lo mismo que la geotérmica; pero no van a lograrlo a menos que se cambie el sistema de precios. Algunas de ellas requerirán inversión internacional, algunas otras requerirán inversión pública para la investigación. Es decir, si inviertes fondos públicos en la investigación, una vez que se ven los resultados, se vuelve rentable en términos privados.
CE: ¿Han resultado eficaces los programas implementados por diferentes naciones e instituciones para paliar el deterioro del planeta?
VPC: El programa que tiene USAID, en conjunto con el Gobierno Mexicano, para una estrategia nacional de baja emisión de dióxido de carbono ha resultado eficaz. Asimismo, en términos de políticas públicas, la Norma de Eficiencia Vehicular es un gran acierto; necesita ser mucho más estricta, pero ha resultado un gran acierto; la Ley General de Cambio Climático es la otra política que es un gran acierto; la creación de la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático es otro logro mayúsculo; el programa Luz Sustentable está teniendo resultados muy positivos en la reducción del nivel de consumo en los hogares.
La Estrategia Nacional de Desarrollo Bajo en Emisiones (LEDS, por sus siglas en inglés) es un programa que planea y dice cuál es el portafolio de mitigación que tiene el país, no sólo en el aspecto de la producción de energía, sino la generación de energía más limpia. Existe un gran número de medidas de mitigación que podrían ser separadas entre medidas de reducción de energía y, por otra parte, una producción más limpia.
El Instituto Nacional de Ecología está tratando de evaluar la costo-efectividad de las medidas de mitigación en términos económicos privados, pero también públicos. Es decir, cuánto necesita invertir el capital privado, pero cuántos empleos se generan en términos públicos, si esa medida genera una mejor distribución del ingreso, si tiene impactos sobre la salud. Entonces, existen otras variables que normalmente no se consideran, y la idea de ese proyecto es probar que hay una gran cantidad de medidas que no le cuestan al país y que le van a generar beneficios económicos sustanciales.
CE: ¿Es realmente posible revertir el impacto ocasionado por los cambios en el clima?
VPC: El cambio climático no es reversible, pero sí podemos desacelerarlo. En estos momentos, el cambio climático se considera como un efecto crucero: Tú vas en un crucero y se pone en neutral la maquinaría, pero sigue avanzando por la inercia.
Hay una gran cantidad de gases que hemos emitido a la atmósfera que todavía no están generando sus impactos. Por otra parte, lo que está ahí ya no puede recuperarse. No podemos dar un paso atrás, pero sí podemos proponernos no llegar a un aumento de temperatura de 4 o 5 °C, y mantenernos por debajo de 2. Nos va a costar caro, ya no mitigar, sino adaptarnos. De por sí, ahora estamos viendo los impactos con sólo 0.8 grados de aumento; ahora, vamos a llegar a los dos grados antes de finales de este siglo… La cuestión es que si no hacemos nada, alcanzaríamos 4 o 5 grados, lo que nos costaría 15 o 20 por ciento del producto interno bruto (PIB) a escala global; mantenernos por debajo de los 2 grados, nos costaría entre 3 y 5 por ciento del PIB.
Desafortunadamente, hay poblaciones humanas, de especies y ecosistemas que se verán más afectados. Es un asunto de equidad, porque las poblaciones que se van a ver más afectadas no son necesariamente las que se han beneficiado de estos esquemas productivos.
CE: ¿Qué faltaría por hacer para que los resultados fueran más tangibles?
VPC: Estos son proyectos que están en marcha, pero son incipientes. Para antes de 2020, México propuso reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en 30 por ciento, y ya tenemos un avance significativo, más que en cualquier otro país en vías de desarrollo; pero todavía nos falta muchísimo para llegar a ese 30 por ciento. Obviamente, México tiene que hacer su trabajo, pero otros también tienen que hacer lo propio. Hay dos naciones que son sumamente importantes: China y EUA, seguidos por la India. Este es un problema global que necesita soluciones a nivel local, pero también internacional.
Que un país logre sus metas, que haga el trabajo que le corresponde, no es suficiente para lograr visualizar lo que sucederá en el futuro. Es un asunto de ética, porque si nadie hace su trabajo, veríamos un planeta muy diferente al que tenemos actualmente. Por ejemplo, se predice que perderíamos todos los arrecifes de coral si alcanzamos un aumento de entre 1.7 y 2 grados centígrados; por arriba de 2 grados, se duplicaría el número de personas con hambre en el mundo; por arriba de 1.7, distintos países tendrían que mudarse, entre ellos Tuvalu. Hablamos de migraciones humanas por alimento, escasez de agua, pues aumentaría el número de personas sin acceso a agua potable. Son impactos realmente importantes: pérdida de especies. Es un mundo distinto al que estamos acostumbrados.
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