Variaciones de voltaje dañan más que un apagón
Debido a los cambios intensos de temperatura, las variaciones de voltaje o bajones de luz, como comúnmente se les conoce, son un fenómeno cada vez más frecuente en la actualidad.
Ante una baja de voltaje, el dispositivo sigue encendido y recibe menos energía, lo que ocasiona un funcionamiento anormal y un probable daño permanente.
Por Gerardo Sánchez.
Mientras los apagones son un fastidio, las variaciones de voltaje son en realidad más devastadoras y costosas. Ocurren cuando la energía de una estación local disminuye pero no se desconecta, causando daños irreparables en el equipo, ya que trata de operar a plena capacidad con el mínimo de energía.
A medida que las poblaciones, la industrialización de las ciudades y el avance de la tecnología crecen, la exigencia por una mejor oferta de servicios se torna latente. Al consumir más energía, el país se enfrenta a una potencial sobrecarga de consumo en la red eléctrica, lo que posteriormente acarrea el inevitable problema de la bien conocida variación de voltaje.
Hoy sabemos que en México hay regiones que experimentan temperaturas excepcionalmente altas o frentes fríos extremos. De prolongarse dichas condiciones por largos periodos de tiempo, el resultado indudablemente estaría dentro de los peores escenarios. El uso continuo de aire acondicionado y calefacción provocaría bajas en el suministro del servicio y apagones continuos, lo que costaría decenas de millones de pesos a la economía mexicana.
Las condiciones en las que se presentan las bajas de voltaje se producen, regularmente, durante una tormenta o incluso durante un caluroso día de verano, y se dan, en la mayoría de los casos, cuando se reduce el suministro de energía desde las estaciones locales de energía eléctrica. Estas pueden ser planeadas o imprevistas.
Planeada: se da cuando la estación local de energía eléctrica reduce temporalmente el suministro de energía durante las horas pico. Esto es porque la mayor parte de la tecnología y aparatos están diseñados para resistir de manera adecuada la baja de voltaje sin dañarse.
Imprevista: son más importantes porque significa que el voltaje de pronto y sin aviso alguno ha caído considerablemente. Esto trae consecuencias bien conocidas, en las que el equipo se daña mientras intenta operar con normalidad.
Por qué es más peligrosa una baja de voltaje
Esto tiene una simple explicación, ya que, durante un apagón, la energía simplemente detiene su flujo, por lo que el aparato o electrodoméstico se apaga. Pero cuando se trata de una baja de voltaje, el dispositivo sigue encendido y recibiendo menos energía, lo que va a ocasionar un funcionamiento anormal y un probable daño permanente.
Cuando una baja de voltaje tiene lugar, se identifica fácilmente por la menor intensidad de la luz y su respectivo parpadeo.
- Apagar todas las unidades de aire acondicionado o calefacción que estén operando
- Mantener una luz encendida para saber cuándo ha terminado la baja de voltaje
- Apagar el resto de las luces
- Apagar computadoras de escritorio
- Desconectar aparatos electrodomésticos
- Apague la fuente principal de energía, de ser posible
Es importante no apresurarse a volver a conectar todos los equipos y encender las luces, sino hasta después de que el servicio de luz se haya restablecido. Se recomienda esperar al menos 15 minutos para que los electrodomésticos nuevamente sean conectados o encendidos, y debe hacerse uno por uno.
Recomendaciones para reducir el riesgo
Es importante considerar algunos consejos para la contratación y llevar un registro de los equipos, antes y después de una baja de voltaje.
- Emplear sistemas de automatización. Ayudan a monitorear el voltaje y el consumo de energía. Encienden sistemáticamente el equipo para evitar el daño al que puede ser expuesto por una descarga completa de energía
- Energía de respaldo. Si se tienen problemas frecuentes de apagones o bajas de voltaje, contar con un sistema de respaldo de energía es lo más conveniente
- Sistemas de monitoreo remoto. Estos pueden proveer información acerca de los puntos críticos en un sistema, rendimiento del inmueble, uso de la energía y reporte de servicios. Estos sistemas también pueden indicar la mejor manera de utilizar el equipo y la periodicidad del mantenimiento por fallas mecánicas o eléctricas
Ante las olas de calor que en años pasados han afectado a una gran mayoría de los estados del Norte y a algunos del Golfo de México –con temperaturas registradas de más de 40 grados centígrados–, así como los descensos de temperatura derivados de los 27 frentes fríos ocurridos en lo que corresponde a esta temporada invernal, es importante que tanto ocupantes, como gerentes de planta y propietarios de edificios estén preparados para enfrentar los apagones y variaciones de voltaje, asegurando el mantenimiento de una construcción a través de un enfoque de alto rendimiento.
Consejos para el mantenimiento de una construcción de alto rendimiento
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Edificios de alto rendimiento
En los últimos años, los edificios de alto rendimiento realmente han evolucionado en forma óptima, pues sus resultados ayudan directamente a lograr los objetivos de la organización empresarial. Los edificios de alto rendimiento engloban a todo el edificio, mediante un enfoque que examina el diseño total y todos sus sistemas, incluyendo los de comodidad interior.
El proceso de alto rendimiento de edificios de Trane combina el análisis financiero, operativo y energético para tratar los elementos críticos de desempeño de una instalación y aplicar los valores económicos, con el fin de cuantificar las mejoras y asegurar los resultados.
Los objetivos de este enfoque pueden incluir eficiencia energética y mejoras en los costos, mientras que proporciona, de modo más cómodo, un ambiente de mayor productividad para los ocupantes. Además, prepara adecuadamente los edificios para enfrentar apagones, tormentas, heladas, cambios intensos de temperatura y otras condiciones extremas del clima.
Debido a los cambios de temperatura, las variaciones de voltaje son un fenómeno cada vez más frecuente
Puntos clave para administrar la energía y prevenir bajas de voltaje
La transición de la temporada de frío hacia la de calor es un buen momento para llevar a cabo una auditoría energética y evaluar la carga de climatización de un edificio, el uso de luz y de agua, así como todo el consumo que generan los servicios públicos de la construcción. Esta auditoría consiste en:
- Evaluar dónde se utiliza la energía en exceso, la falta de mantenimiento o reparaciones que sean necesarias, y dónde podría invertirse capital para mejorar la eficiencia energética o el rendimiento. También, revisar los horarios de operación del sistema o de las actividades programadas, y buscar otras oportunidades para reducir el uso, consolidar y conservar la energía.
- Ajustar y evaluar el desempeño de los controles del edificio para garantizar el máximo ahorro energético. Propietarios y gerentes de mantenimiento integran la creación de confort con eficiencia, mediante la coordinación de iluminación y uso de sistemas de HVAC, con las horas de funcionamiento de la instalación y la programación de eventos. La integración de sistemas de control puede reducir el tiempo de mantenimiento y los costos de los servicios públicos a través del monitoreo y la realización de diagnósticos regulares del sistema.
- Una vez que el sistema está en plena forma, se deben realizar chequeos mensuales para asegurar un alto rendimiento con objetivos claros en los edificios. Los propietarios y gerentes pueden hacer esto con una lista de resultados de desempeño que defina las actividades necesarias para asegurar el constante rendimiento del diseño.
- Evaluar las oportunidades de ahorro de calefacción con combustibles múltiples. A menudo, se puede lograr un ahorro de servicios públicos a través de las tarifas de energía por calentamiento con múltiples fuentes de energía, como electricidad, gas, petróleo y gas propano. La flexibilidad en las opciones de energía de calefacción permite a los administradores de edificios brindar calor con la fuente de combustible más rentable.
El rendimiento basado en el mantenimiento mejora la fiabilidad del sistema y reduce el costo del riesgo; el propietario asegura una vida plena y productiva a los sistemas. Por otro lado, ofrece la oportunidad de planificar cuándo se debe hacer el trabajo, reduce el tiempo de inactividad no planificado y las pérdidas de productividad debidas a fallas inesperadas y costosas del equipo, y reduce los posibles impactos ambientales negativos, como fugas de aceite y refrigerante, o cambios de temperatura extremos.
Otoño, temporada de ahorro de energía
Ya sea como ocupante o como dueño de un edificio, éstas son algunas recomendaciones que evitan daños irreparables ante las devastadoras y cada vez más comunes variaciones de voltaje durante el otoño.
- Utilizar la calefacción sólo cuando y donde sea necesario. Evitar el calentamiento de toda la instalación en los momentos en los que el personal de seguridad o de limpieza ocupa el edificio
- Comprobar que la temperatura ambiente se encuentra en la zona de comodidad térmica, pero evitar un calentamiento excesivo
- Asegurar que el personal está debidamente capacitado en la operación de los controles y sistemas de HVAC
- Aprovechar las ventajas en los precios de energía después de la temporada alta.
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Gerardo Sánchez
Gerente de Sistemas de Automatización de Edificios en Trane.