El bien ser de un contratista
A punto de cumplir 20 años como empresario de obra eléctrica, el maestro Héctor Ortega comparte su visión del sector y algunas ideas sobre el liderazgo y su vida.
Por Antonio Nieto.
Sobre el liderazgo: “Hay que ser congruentes con lo que decimos y hacemos. No existen fórmulas secretas”
Hombre crítico y con una visión humana del sector, el maestro Héctor Ortega habla sin reparo de sus ideas; destaca valores necesarios, como el de la unión y el respeto. Para él, la vida no sólo se resume a ser un contratista de obra electromecánica, también ve un futuro donde sus enseñanzas puedan ser formadoras.
La calidad y la grandeza sólo se alcanzan con capacitación, con estudio. Así lo ve uno de los constructores más importantes de Guadalajara. Consecuente con ello, egresó de la carrera de Ingeniería Mecánica Eléctrica en la Universidad de Guadalajara y cuenta con una maestría en Ingeniería Eléctrica, también por su alma máter.
El transcurso de esta entrevista está enmarcado por una reflexiva consciencia eléctrica, preclara y, sobre todo, congruente.
Constructor Eléctrico (CE): ¿Cuál fue su primer acercamiento con este sector?
Héctor Ortega (HO): En 1986 inicié, a los 21 años, en una empresa de la localidad. En ella me desempeñé al inicio como dibujante y luego como residente de obra, encargado de proyectos. A partir de 1989, empecé como persona física como diseñador de instalaciones eléctricas, proyectista. Eso fue un proceso que duró de 1989 hasta 1992, cuando un grupo de compañeros ingenieros de mi misma generación de la carrera en Ingeniería Mecánica Electricista y yo fundamos la empresa IME Servicios y Suministros. La sociedad aún permanece. Rompimos el paradigma de que las sociedades entre estudiantes no funcionan.
CE: ¿Recuerda cómo fue su primera obra eléctrica?
HO: Sí. Fueron dos obras que marcaron la referencia. La primera fue una subestación particular para el Círculo Francés y la segunda fue la instalación de pararrayos en la Torre el Moro en Mazatlán. Esta última fue una gran enseñanza porque resultó también un primer fracaso. Es, hasta cierto punto, parte de la formación: la falta de experiencia nos llevó a terminar la obra, aunque la utilidad no fue la esperada, de hecho hubo pérdidas. Entonces yo tenía 24 años.
CE: ¿Qué le ha dejado la vida de contratista?
HO: Me ha dado más satisfacciones de las que esperaba cuando inicié y muchos más recursos de los que proyectaba. Además, me ha dado la satisfacción de hacer lo que me gusta, para lo que estudié, y ser parte del desarrollo de país. Todo ha sido una gran satisfacción.
CE: ¿Cómo han contribuido sus grados académicos para llevar a cabo su labor?
HO: Al tratarse de una actividad altamente regulada, la clave del éxito en esta industria es la preparación, no solamente de los directivos, sino de todo el personal. Nuestra empresa cuenta con tres ingenieros con grado de maestría en Ingeniería Eléctrica y siete con el título de ingeniero. Procuramos que los servicios que da la empresa tengan alta especialidad. Consideramos que es parte del éxito de las empresas de esta industria.
CE: ¿Quién ha sido su maestro en este camino?
HO: Mis grandes maestros han sido mis compañeros, colegas de las asociaciones de constructores de obras eléctricas, de los cuales he aprendido mucho cómo enfrentar los retos de la industria a través del ejemplo de sus empresas. Sería injusto mencionar sólo alguno.
CE: ¿Cuál ha sido una de las obras que mayores satisfacciones le ha dejado?
HO: La planta de producción de lácteos de Yakult. Ahí aprendimos a trabajar con el sistema de alta eficiencia japonés, y nos dimos cuenta de que no es cosa del otro mundo, que solamente con orden y cumpliendo podemos trabajar con grandes empresas. Es una de las obras que más nos ha enseñado.
CE: ¿Cuántas obras lleva en su haber?
HO: Somos una empresa que construye en promedio 200 subestaciones para particulares. Hemos hecho aproximadamente más de 1 mil de éstas en toda la República.
CE: ¿Cómo se desempeña en su empresa?
HO: A partir de que reestructuramos la empresa, mis actividades son más para trazar estrategias en ella y he dejado la operación. Lo que hago es la representación de la empresa, revisar y llevar el control en los procesos clave. Mi día a día es estar en constante comunicación con mi gerente de Operaciones, mi gerente administrativo y la atención personalizada a clientes.
CE: ¿Cómo ha alcanzado la posición en la que actualmente se encuentra?
HO: Con capacitación en áreas administrativas y de dirección. Ése es un problema que tenemos los ingenieros, que minimizamos la administración del tiempo y los recursos, priorizamos las áreas técnicas; pero debe haber un equilibrio entre éstas y las demás para que las empresas sean rentables. Lo he logrado a través de la capacitación propia.
CE: ¿Y cómo se consigue el equilibrio entre la familia y el trabajo?
HO: Mi día a día es con una tercera parte a mi familia, una tercera parte a la empresa y otra tercera parte a las actividades gremiales.
CE: ¿Cómo maneja el liderazgo?
HO: Hay que hacer algo elemental: ser congruentes con lo que decimos y hacemos. No hay fórmulas secretas. Si decimos que nos enfocaremos en la ingeniería, en la capacitación, esto debe llevarse a cabo. Identifico el liderazgo con una manera sencilla de ser y darle valor a la palabra, a la honestidad: congruencia.
CE: ¿Cómo se ve en el futuro?
HO: Me gustaría dedicarle más tiempo a la investigación y desarrollo de la ingeniería, y tal vez dejarle paulatinamente a los ingenieros de la empresa más jóvenes la construcción, donde se requiere el impulso y la fuerza; también, ir generando los espacios para que la gente crezca, se desarrolle y forme sus propios negocios. No me veo construyendo a los 60 años.
CE: ¿Su participación como presidente en una asociación del sector cambió algo en su perspectiva empresarial?
HO: Me di cuenta de que la empresa podía trabajar sin que yo estuviera dedicándole el ciento por ciento. También, de que el gran reto que tenemos los empresarios es trabajar más en la administración que en la operación.
CE: ¿Cuál es su perspectiva del sector de obra eléctrica nacional?
HO: Considero que hay varias amenazas que no son del futuro, son reales y actuales. La primera es el crecimiento de empresas extranjeras, un mercado viciado (pagos injustos y mucho tiempo depués) y la sobrerregulación del sector. Respecto de esto último, nos rige la Norma Oficial Mexicana, pero adicionalmente nos regulan los municipios, las reglas del estado, las reglas de obra pública. Debemos trabajar en ello.
CE: ¿Qué particularidad observa en este sector en Guadalajara?
HO: En Guadalajara tenemos la herencia de grandes constructoras que han trabajado en todo el país, pero lo que más prevalece es el valor de la unidad a través de la asociación que nos representa. Este sector es organizado y pugna por la unión de todo el país, sin invadir, desde luego, sus autonomías.
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Modernización de la planta Tequila Sauza
El reto, modernizar una planta cuya antigüedad es de 140 años
La transformación de una planta tequilera que data de hace 140 años es un reto que fue llevado con brío. El resultado es un obra eléctrica moderna, pero con apego riguroso a la estética del lugar. Lo que el maestro Héctor Ortega consiguió, una obra a la altura de la tradición de Tequila
Ninguna obra es idéntica. Algunas pueden tener convergencias al tratarse de edificios altos o centros comerciales. Sin embargo, cuando se trata de obra eléctricas peculiares, las consideraciones hacen una distinción marcada. Así lo fue el proyecto y obra de modernización de Tequila Sauza, en el municipio de Tequila, Jalisco.
Enmarcada en el reciente poblado declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, bajo la denominación de Paisaje agavero y antiguas instalaciones industriales de Tequila, se localiza la planta procesadora de Tequila Sauza.
Su construcción data de 1873 y desde entonces la producción de esta bebida que nace del agave ha sido creciente e imparable. Hace algunos años, fue encomiada la difícil tarea de modernizar toda la instalación eléctrica del recinto. Esto implicaba una de las mejores ingenierías.
Al conocer el proceso del agave, el maestro Héctor Ortega logró proyectar una obra sensible, ya que la importancia productiva de una empresa que exporta su producto es mayúscula si se considera el consumo en todas las latitudes del mundo.
Este emplazamiento tenía un gran reto: las instalaciones eléctricas con las que contaba eran obsoletas, por lo tanto no cumplían con las normas oficiales mexicanas. Además, el cableado dentro de la planta rompía con la estética de un recinto turístico. Era contaminación visual.
Básicamente, se trató hacer dos cosas dentro de la planta procesadora: modernizar para que los procesos sean acordes con las exigencias actuales y cumplir con las NOM, y darle un aspecto natural, que implicaba limpiar el espacio aéreo.
Sobre ese ancestral inmueble se fue realizando la modernización. Las características del área y la conservación del edificio jugaron un papel que puso a prueba la ingeniería eléctrica.
Al inicio, lo que se hizo fue un planteamiento de colocar un anillo en la distribución en media tensión, donde se pusieron subestaciones en el punto donde se requieren las cargas. Es decir, una subestación principal de la acometida, una subestación en el centro de bombeo de residuos, una subestación para los chillers. Esto le generó un ahorro en la infraestructura al inversionista respecto de conductores y cableados.
Respecto de la subestación de las torres de enfriamiento, se debía asegurar el funcionamiento constante, ya que la temperatura que debe conservar este proceso es clave para obtener una bebida de calidad. Este cuarto cuenta con monitoreo y tableros de emergencia.
Las mismas características son observadas en el cuarto eléctrico de los chillers que cuenta con la idea de la eficiencia operativa y de costo del proyecto de IME Ingeniería: una subestación, tableros y aspectos de seguridad considerados por norma.
El diseño original de la fábrica era radial simple y se convirtió en un anillo cerrado con una sola fuente de alimentación, aunque está preparado para recibir una doble alineación en media tensión, que sería a través de la producción de energía eléctrica de autoabastecimiento en la planta de tratamiento de aguas residuales, que sería su segunda fuente de suministro, aparte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Todo el proceso de renovación inició con los proyectos en 1994; ahora está en posibilidades de recibir una interconexión con CFE y ser autoabastecida. La planeación tuvo una duración de dos años y a partir de ahí se iniciaron los trabajos, que incluyen no solamente el interior de la planta, sino el exterior.
Respecto de esto último, lo que se hizo fue convertir las instalaciones áreas en subterráneas para evitar que los tráileres con sus maniobras provocaran problemas con el suministro. Además de ello, mejor espacio, pues la estética fue modificada, ya que la limpieza área le dio mejor aspecto al exterior de la planta.
Seguridad
Una planta de este tipo maneja alcoholes, lo que hace que estas áreas estén clasificadas como peligrosas; por lo tanto, la obra se tiene que hacer con especialistas. Cuando el trabajo fue solicitado, ésa fue la exigencia principal, que a pesar de que había instalaciones que funcionaban, éstas no cumplían todo tipo de normatividades.
Este lugar recibe constantemente auditorías y deben cumplir con estándares de calidad y seguridad, y esto exige que los constructores cuenten con certificaciones de calidad en los procesos. IME Ingeniería recibió una capacitación especial para trabajar en áreas peligrosas con presencia de gases explosivos; además de laborar con equipo convencional, como taladros que funcionan con aire. En 20 años, nunca se tuvo un accidente. Otro aspecto que demandaba todo tipo de protocolos de seguridad era la certificación OSHA 18001, que tiene la planta, y ello hacía más exigible cero accidentes o riesgos laborales.
Otro factor de seguridad que se cumplió a cabalidad fue que la planta jamás dejara de producir a pesar de llevar a cabo la modernización. A partir de ello, se tuvo que elaborar un riguroso programa, que incluía jornadas largas y perfectamente establecidas. Así fue: la planta jamás dejó de llevar a cabo su proceso productivo normal.
Para que Tequila Sauza nunca tuviera problemas de desconexión se construyó un anillo con dos fuentes de alimentación. Sin embargo, para dar más fiabilidad, se cuenta con plantas de emergencia. En el proyecto global, realmente hay una doble redundancia: el suministrador, el autoabastecimiento y las plantas generadoras diesel.
Planta de tratamiento
Una de las exigencias de Tequila Sauza, por su certificación como Empresa Socialmente Responsable, era contar con una planta tratadora de aguas residuales, las cuales son arrojadas típicamente por otras tequileras al desagüe. En ella, la tecnología y la innovación se dieron cita, tanto que la ingeniería de Héctor Ortega estuvo acorde con ellas.
Esta procesadora fue pensada para que el monitoreo se pueda hacer desde otro país. IME Ingeniería también se encargó de instalar todos los sistemas de automatización. Cuenta con dispositivos que mejoran la eficiencia de la energía, como capacitores para corregir el factor de potencia, variadores de velocidad, arrancadores de rampa suave y toda la última tecnología que hay en equipos.
En el interior del cuarto eléctrico, se pueden observar tableros y sistemas de monitoreo, además de un sistema de climatización que asegura temperaturas constantes.
También, parte de la obra incluyó una prospección para que los gases que se liberan del proceso puedan ser utilizados para generar energía a partir de biomasa. Lo anterior coloca a esta obra en un emplazamiento que no sólo cuenta con elementos de modernización, sino de proyección que aprovecha los recursos que en otros casos son considerados basura.
Esta planta está a 3 kilómetros de la principal y está canalizada y monitoreada a través de fibra óptica, cuyo trayecto va por dentro de cauce del arroyo. Todo este trabajo implicó el diseño y construcción de IME Ingeniería.
Ingeniería sostenible
En consonancia con el proyecto original y global de los inversionistas, se incluyó un programa verde. Su principal planteamiento, además de tomar en cuenta la normativa aplicable, la NOM 007, revisó el cumplimiento de las normas de la STPS en Eficiencia Lumínica.
Aunado a lo anterior, se hicieron distintos proyectos de ahorro energético, desde poner temporizadores, hasta colocar motores de alta eficiencia.
A pesar de haber conseguido una obra eléctrica de alto nivel, la modernización es un proyecto constante. Mantener la relación de ganancia y equilibrio, eficiencia, seguridad y actualización han sido permanentes.
En el futuro se observa uno de los proyectos más sostenibles en su tipo (la generación de energía por biomasa), y la participación del maestro Héctor Ortega como uno de los referentes en obras de calidad y prestigio.
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