La equidad en los contratos
Por Felipe Lascurain.
Mis queridos lectores, nuevamente tengo la fortuna de escribir unas líneas dirigidas hacia ustedes y su gremio, buscando, como siempre, alentarlos y orientarlos para poder sortear todos los escollos que se encuentran en el mar de la construcción y que llevan, en muchas ocasiones, a la destrucción de esos botes llamados empresas de la industria de la construcción.
El otro día, platicando con un gran amigo mío, un abogado litigante, salió al tema lo que están pasando nuestros amigos constructores, quienes no tienen más opción que firmar contratos, por más desequilibrados, abusivos y leoninos que sean, ante clientes que han encontrado como forma de trabajo el llevar contratos de obra que terminan por no pagar.
Esto nos llevó, al licenciado Carlos Humberto Alvarado Rodríguez y a mí, a varias cavilaciones y, al mismo tiempo, a tratar de buscar cuál sería la mejor defensa para ustedes los contratistas. Indiscutiblemente, llegamos a la conclusión de que sí existen medios más que suficientes para ayudar a nuestros amigos contratistas a que, llevados por el cliente a incumplir, puedan defenderse de todas estas anomalías y terminar un contrato con una mayor certeza de que al final se le pagará, y no como en los casos que se han venido manejando, en los que muchas veces el famoso fondo de garantía (que es totalmente abusivo, porque, ¿qué más garantía que las fianzas?) lo dejan inconcluso.
Así que hemos ideado un método muy eficaz para defender al constructor; yo preocupado porque soy el abogado de una constructora, y él porque es el abogado litigante que hemos contratado para la defensa de los intereses de la empresa que me tiene contratado como asesor.
De una u otra manera, ha dado los primeros pasos apoyándose en notarios y corredores públicos, para constar todas las irregularidades que los clientes o el contratista líder, del cual dependen estos contratos, van haciendo para no pagar.
Dentro del asunto que vimos y del cual no podemos quitar la mirada está el de las fianzas y las garantías que los clientes piden a los contratistas. Éstos, al ofrecer las fianzas, no sólo arriesgan el pago de la obra que van a llevar a cabo, sino que pueden caer en su incumplimiento y en el hecho de que el cliente ejecute sus fianzas y ellos pierdan los inmuebles que dieron en garantía.
Además, nos enteramos de que en Colombia no existe lo que en este país de corruptos existe. El cliente o el contratista líder tiene que entregar a sus subcontratistas fianzas que garanticen el pago total de las obras que están firmando; así como llevar a cabo un documento entre ambas partes, en el cual prevalezca la buena voluntad a fin de que uno termine y el otro pague; y no sólo como al día de hoy: la obligación de uno y la desobligación del otro.
Retomando lo anterior, vuelvo a insistir en la importancia que tienen y que revisten las asociaciones que aglutinan a los profesionales, en este caso de la construcción, y que serían las instituciones naturales para llevar a cabo la negociación con los clientes y/o contratistas líderes de los derechos y de las defensas de sus agremiados. Si esto se lograra, no cabe duda de que daríamos un gran salto en la construcción, al hacer de ella un negocio para ambas partes y no como hasta el día de hoy se ha hecho, siendo el cadalso para los constructores.
——————————————————————————————————————————————————-
Felipe Lascurain.
delascurain.consultoreslegales@e-management.mx
Licenciado en Derecho, egresado de la Universidad Iberoamericana. A lo largo de su carrera, adquirió una amplia experiencia en la asesoría a empresas dedicadas al ramo financiero, seguros, inmobiliario y construcción, tanto en su planeación como en su parte corporativa y legal.