La primera subasta eléctrica se pone verde
A mediados de noviembre de 2015 se lanzó la convocatoria para participar en la primera subasta del mercado eléctrico. Este hecho marcó el inicio, en términos prácticos, de la nueva era para el sector eléctrico nacional y la entrada en funcionamiento del mercado eléctrico mayorista
Por Irayda Rodríguez y Christopher García
El proceso culminó el 31 de marzo, fecha en la que se anunciaron a las empresas que firmarán contratos de largo plazo con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), único comprador de la primera subasta en su carácter de suministrador del servicio básico.
Al proceso se registraron más de 100 empresas licitantes, quienes presentaron en conjunto más de 460 ofertas técnicas distintas. Tras verificar que los proyectos cumplían con los requisitos para que la energía ofertada pudiera ser absorbida por la red y seleccionar los más benéficos, el 28 de marzo pasado los candidatos pusieron precio a su oferta para decidir quiénes se quedan con los contratos.
Si bien la convocatoria tenía contemplada la adquisición de tres productos: energía, Certificados de Energía Limpia (CEL) y potencia, el doctor César Hernández Ochoa, subsecretario de Electricidad de la Secretaría de Energía (Sener), explica en entrevista con la revista Constructor Eléctrico que la subasta se centró sólo en los primeros dos productos, debido a que, “afortunadamente, hay un buen margen de reserva estable para cubrir los picos de energía”.
En este sentido, detalla, el objetivo fundamental de la subasta es incorporar energía limpia para desplazar la generación mediante diesel y combustóleo que tiene el sistema eléctrico nacional, la cual resulta más cara y contaminante. Observa que, a inicios de la administración actual, se contaba con 20 por ciento de generación mediante estos combustibles: “La idea es que este porcentaje se reduzca mediante su reemplazo por generación más eficiente, barata y mucho más limpia”.
Tenemos un potencial cuantioso en términos de generación de energía limpia. Por ejemplo, el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen), en sus proyecciones del año pasado, mostraba que más de 50 por ciento de la nueva generación que se instalará en los siguientes 15 años va a ser con energía limpia, en la que todas las tecnologías participan de manera importante”
Todas las energías limpias son bienvenidas
Se buscó no diferenciar las subastas por tipo de fuente, pues, afirma el subsecretario, la dotación de recursos naturales con que cuenta México es notable.
Por otro lado, al estar organizada por el Centro Nacional de Control de Energía, la subasta representa la primera vez que la CFE adquiere estos productos en un proceso de este tipo, lo cual se llevará a cabo mediante contratos firmados por la propia CFE y por la empresa a la que se adjudique el contrato.
En los tipos anteriores de subastas para productores independientes de energía, la CFE podía decidir el punto de la red en la que le convenía comprar la energía, el tipo de tecnología suministradora y la duración del contrato. “Ahora, participan en la subasta generadores de todas las tecnologías disponibles, fundamentalmente de energía limpia, porque uno de los productos que se adquiere es el CEL”.
La CFE ofreció comprar poco más de 6 millones de CEL por año, durante los 20 años que dura el contrato, y 6 millones de MWh por año, también a lo largo de los 15 años que dura el contrato de compra de energía”
Una de las razones de contar con contratos de largo plazo es brindar certeza a las empresas que participen en la subasta, pues, al ganar el contrato, contarán con financiamiento para instalar sus plantas de generación limpia. Con ello, explica Hernández Ochoa, “esperamos que se detone la generación limpia en el país para que realmente comience a tomar vuelo. A partir de esta subasta, esperamos que surjan muchos proyectos nuevos de generación limpia en México que nos ayuden a cumplir las metas que tenemos como país”.
En este sentido, prácticamente todos los proyectos participantes son nuevos, debido, por un lado, a que los ya existentes no cuentan con un horizonte de vida suficiente para cumplir con el compromiso de entregar los productos por el periodo que establece el contrato; por otro lado, a que se busca incrementar la generación eléctrica nueva mediante fuentes renovables, con miras a cumplir los compromisos asumidos internacionalmente como nación.
Subasta exigente pero flexible
La CFE anunció que compraría 6 millones de CEL por año, a un precio máximo de 444 pesos por certificado, 6 millones de MWh por año, a un precio máximo de 884 pesos por MWh, y estableció un precio máximo de 1 mil 328 pesos para compras en paquete. Estos precios, al tipo de cambio actual, equivalen a alrededor de 50 dólares para energía y 25 dólares por Certificado.
El doctor Hernández Ochoa señala que la dinámica de los mercados de energía en otras latitudes también ha favorecido la percepción de lo establecido por la CFE. “Después de la publicación de los precios máximos, comenzaron a darse resultados de otras subastas a nivel internacional, como las peruanas, en la que se ofreció un precio muy bajo de incorporación de energía limpia, donde se recibieron incluso ofertas para generación eólica con precios por debajo de 40 dólares por MWh y para generación solar debajo de 50 dólares por MWh. Son precios que establecen récords a nivel mundial”.
Estos resultados se suman a la tendencia mundial de reducción de costos en la generación de energía renovable, sobre todo la solar, con caídas muy importantes en sus costos, asociados con mejoras tecnológicas, incremento en el nivel de aprovechamiento y en la eficiencia de los sistemas.
Incentivos adicionales para los participantes son la posibilidad de hacer ofertas diferenciadas y de realizar contraofertas, inclusive si un contrato ya fue adjudicado. En el primer caso, la subasta permite ofrecer cada producto por separado y en combinaciones de dos o tres.
En el segundo caso, está la posibilidad de que haya oferta sucesiva, “de tal manera que si en un momento una oferta es adjudicada, alguien puede hacer un revire y ofrecer un paquete un poco más favorable que éste. Entonces, se vuelve a correr el programa y así hasta que deja de haber postores interesados en mejorar la oferta”.
El fallo se dio el 31 de marzo, “pero está programado ya que en abril se convoque a una segunda subasta. Es un proceso que se va a hacer de manera recurrente a lo largo de los próximos años. Habrá, cuando menos, una subasta anual de contratos de largo plazo, y en este periodo de transición quizá podamos tener más de una al año, sobre todo para adquirir los CEL”.
El compromiso de entrega de energía inicia a partir de 2018, detalla Hernández Ochoa, “aunque, dentro de las reglas del mercado, se permite entregar un poco antes o un poco después, es decir que se podrá entregar algo de esa energía en 2017 y algo en 2019, pero el grueso de la obligación de energía tendrá que entregarse a partir de 2018. Como el porcentaje requerido de energía limpia es obligatorio a partir de 2018, los CEL también serán obligatorios a partir de 2018”.