La oportunidad para las renovables en República Dominicana
En el continente americano, las naciones se están encaminando hacia la producción energética renovable. Un caso que vale la pena revisar es el de República Dominicana, cuyo consumo está aumentando considerablemente; sin embargo, todavía recurre a la importación de combustibles derivados del petróleo
Por Irayda Rodríguez
El Sistema Eléctrico Nacional Interconectado de República Dominicana (SENI) se encarga del suministro de 87 % de la electricidad del país, y la red de transmisión de alto voltaje es operada únicamente por la Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED), mientras que tres compañías del sector público distribuyen, bajo concesión, 78 % de toda la electricidad consumida. A la par, siete empresas de menor tamaño, del sector privado en su mayoría, generan y distribuyen electricidad en zonas no interconectadas al sistema nacional. Sin embargo, de acuerdo con el resumen ejecutivo Perspectivas de Energía Renovables: República Dominicana, publicado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés), hasta 2014, el uso de las energías limpias tuvo una participación de 18 % del consumo total, siendo que la demanda nacional de electricidad creció 45 %, con respecto a la década anterior, con una tasa total de 18 TWh. Si en esta cifra se combinan los objetivos energéticos planteados por diversos países, la cuota global de energías renovables para 2030 ascendería a 21 %, lo que indica una tendencia de crecimiento sostenida en la participación de este tipo de fuentes energéticas.
La nación dominicana ha establecido la meta de disminuir en 25 % las emisiones per cápita de gases de efecto invernadero para 2030, comparado con 2010, además de impulsar el empleo de energías renovables para diversificar el suministro eléctrico y aminorar el impacto en el ambiente, incluyendo el relacionado con el cambio climático. Durante 2014, la cuota de las renovables en el país de la zona caribeña fue de 16.3 %, y se prevé que un aumento en la participación de éstas en el sector eléctrico podría ser la clave para lograr la reducción de las tarifas para los consumidores y de las importaciones de combustibles fósiles. Como establece la Ley 57-072, el objetivo es que el sector incremente su cuota de renovables a 25 % en la matriz de generación de electricidad para 2025. Para ello, el gobierno ha implementado políticas de apoyo, como incentivos fiscales y tarifas reguladas (feed-in tariffs). No obstante, para alcanzar tanto los objetivos de menores emisiones de gases de efecto invernadero como el mayor aprovechamiento de las renovables, es imperante un cambio esencial en la matriz energética del país basada en los hidrocarburos.
En este panorama, se están emprendiendo acciones como un programa de electrificación rural, que también apuntala el desarrollo de proyectos de energías renovables aislados de la red eléctrica nacional. Es decir, de los 2.4 GW que marcan los nuevos proyectos de generación de electricidad, 66 % corresponde a las tecnologías de energías renovables, hidroeléctrica y eólica terrestre, principalmente. Claramente, el país cuenta con gran potencial en este rubro, con aplicaciones no sólo enfocadas en el sector eléctrico, sino en edificios habitacionales, comerciales, la industria e incluso el transporte, siendo 2030 la fecha en la que podría alcanzarse el máximo desarrollo de las renovables para el sistema energético, de acuerdo con la Comisión Nacional de Energía. Por ello, bajo un marco regulatorio adecuado, este país podría asumir un papel clave en la región, atrayendo inversiones para el desarrollo de diversos proyectos, con activa participación del sector privado.
En la actualidad, las tecnologías de energía renovable representan 15 % de la capacidad total de generación instalada, con una participación cercana a 11.5 % de la generación eléctrica total. Esta cifra la integran: 9 % derivado de la hidroeléctrica, 1.5 % de la eólica, 1 % de bioenergía y el resto de la solar fotovoltaica.
Considerando que República Dominicana posee numerosos recursos solares y eólicos, es evidente el potencial que tendría el desarrollo de centrales hidroeléctricas en el país, aunado el aprovechamiento de los residuos y desechos agrícolas en el sector de la bioenergía.
De acuerdo con datos recabados por la CNE y la IRENA, República Dominicana podría generar 16 TWh de electricidad a partir de energías renovables, a partir de una capacidad de generación de 6 GW, de un total de capacidad instalada de 10 GW, hacia 2030. Para alcanzar esta metas, se proyecta la construcción de 45 parques eólicos, teniendo como fecha límite 2030, y la instalación de sistemas fotovoltaicos conectados a la red nacional y descentralizados, sumado a los sistemas solares domésticos con una capacidad agregada de 102 MW (alrededor de 70 mil unidades), que suministrarían energía a 2 % de la población, la cual aún carecerá del servicio en ese año.
Para el sector del transporte, se contempla el uso de biocombustibles, como la extracción de etanol en la producción de caña de azúcar. Según estimaciones publicadas en el reporte de IRENA, se podrán producir más de 170 millones de litros de etanol convencional, lo cual permitirá alcanzar una mezcla del 15 % para la utilización de vehículos de tipo flex-fuel. En cuanto al biodiesel, se estima una mezcla de 5 %, es decir, un consumo total de 50 millones de litros. No obstante, es necesario considerar que la producción de biocombustibles líquidos convencionales debe derivarse de fuentes sostenibles, y no competir con los recursos necesarios para la producción de alimentos. Sin duda, esto representa una gran oportunidad para combinar la movilidad eléctrica con el suministro de electricidad renovable. La sustitución de combustibles fósiles por energías renovables podría disminuir la factura energética en dólares y reducir las emisiones de CO2 en unas 2 megatoneladas por año, con miras a cumplir los objetivos de reducción de emisiones de gases efecto invernadero que ya se plantearon.
México y República Dominicana consolidan relaciones comerciales En septiembre pasado se estableció el Grupo Parlamentario de Amistad México-República Dominicana, presidido por el diputado panista José López Córdova. “Es conveniente establecer un marco jurídico que permita ampliar y fortalecer las relaciones comerciales entre los dos países”, afirmó el funcionario. Todo ello, considerando que México es el tercer inversionista de República Dominicana y su primer socio comercial en la región de El Caribe, con inversiones que superan los 7 mil millones de dólares en sectores como telecomunicaciones, turismo y transporte. Además de estas transacciones, la relación diplomática entre ambos países se ha visto fortalecida mediante programas de cooperación, como la Alianza del Pacífico y el Proyecto de Integración y Desarrollo Mesoamérica, como aliados en materia cultural, educativa, técnica, científica, deportiva, de desarrollo sustentable, de medioambiente y cambio climático, turística, agropecuaria, salud y gestión gubernamental. De igual forma, se abrió otro camino de oportunidades para México, derivado de esta sólida relación comercial. Como se revisó durante el “Encuentro de Negocios República Dominicana-México”, auspiciado por el Centro de Exportación e Inversión (CEI-RD) y la Cámara de Comercio Domínico-Mexicana (CADDOMEX) durante 2015, república Dominicana también figura como una oportunidad de inversión para los empresarios mexicanos en áreas de infraestructura y energías renovable. Con información de diputados.com.mx |