Grafeno, una revolución en celdas solares
Desde hace cuatro años, especialistas del Centro de Investigaciones en Óptica (CIO), con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), desarrollan celdas solares orgánicas a base de grafeno con el propósito de alcanzar mayor conversión de la energía solar a eléctrica, así como una mejor estabilidad estructural de las mismas.
El grafeno es un nanomaterial más resistente que el acero, pero a la vez mucho más ligero que el aluminio. Está compuesto por una lámina de átomos de carbono de tan solo un ångström de espesor (unidad de medida equivalente a la diez mil millonésima parte del metro), entrelazados en una red hexagonal similar a la de un panal de abeja. Su flexibilidad le permite enrollarse para formar nanotubos, doblarse como fullerenos (macromoléculas tridimensionales con estructuras cerradas formadas exclusivamente de átomos de carbono) o bien empaquetarse para crear grafito.
Este supermaterial sirve como conductor térmico y de electricidad, tiene una transparencia de casi 98 por ciento y ofrece grandes ventajas económicas. Actualmente es investigado en todo el mundo en aplicaciones como el almacenamiento de energía, microelectrónica, entre otras.
Fuente: Conacyt Prensa