Las otras gasolineras
Ante la omnipresencia de Pemex Gasolina, la iniciativa privada enfrenta la falta de infraestructura para importar y distribuir el combustible
Por Elva Mendoza
En los últimos años, la Iniciativa Privada (IP) le ha ganado terreno a Gasolinera Pemex. A la fecha, 59 marcas operan
alrededor de 30 por ciento de las estaciones de servicio en el país, de acuerdo con datos proporcionados por la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo).
Entre las ventajas competitivas de las gasolineras privadas, la Onexpo destaca el prestigio de cada una de ellas, así como la puesta en marcha de programas de mercadotecnia que incluyen promociones y marketing. Esto, señala, acompañado de calidades diferenciadas de producto, con aditivos ecológicos, tecnológicos o de performance que, junto con programas de lealtad van logrando la preferencia del consumidor.
“Algunas marcas comienzan a entablar alianzas estratégicas con otros negocios, sinergias con tiendas de conveniencia, desarrollo de modelos diferenciados de establecimiento de conveniencia con estación de servicio, alianza con negocios financieros, corresponsalías”, entre otros modelos.
De acuerdo con la Secretaría de Energía (Sener), 20 de las nuevas marcas extranjeras ofrecen un producto diferenciado mediante aditivación, entre ellas Costco, G500, Chevron, ExxonMobil, Shell, Repsol, BP, Windstar o Gulf.
“Lo que vamos a ver en el futuro son estaciones donde se ofrezcan diferentes tipos de servicio para los diferentes tipos de consumidor, como incorporación de centros de carga para vehículos eléctricos, por ejemplo”, comenta Rubén Cruz, socio líder de Energía y Recursos Naturales de KPMG México.
Incertidumbre
Aunque la Reforma Energética aprobada en 2013 abrió el mercado a nuevos competidores para extraer, almacenar, transportar, distribuir y comercializar combustible, el 94.12 por ciento de la gasolina es importada y comercializada por Petróleos Mexicanos (Pemex), de acuerdo con la Sener. A decir de Miriam Grunstein, consultora de empresas energéticas públicas y privadas, el entusiasmo de las firmas podría cambiar sustancialmente en el corto plazo.
“Con la entrada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la reciente crisis en el mercado de las gasolinas, hay mucha indecisión. Ha habido una política más de amenazas que de planeación. Constantemente, se hacen alusiones a corrupción, robo, saqueo, en lugar de decir dónde los particulares podrían colaborar para enriquecer los mercados energéticos de México”, afirma Grunstein en entrevista con Energy Managment.
Datos de Pemex señalan que la construcción de nuevos ductos se estancó en los últimos 15 años. Además, la capacidad de transporte de petrolíferos dejó de crecer después de 2010. En la actualidad, la red de ductos tiene una longitud de 8 mil 887 kilómetros.
A ello, se suma que la construcción de terminales de almacenamiento y despacho, prácticamente, se detuvo desde el año 2000 y la capacidad de almacenamiento permaneció sin cambios en los últimos 17 años.
“En este momento, la capacidad de almacenamiento de petrolíferos es de 21.6 millones de barriles, que en promedio se utiliza al 31 por ciento. Existen 73 terminales terrestres, cinco marítimas, dos privadas”, expone el documento El mercado de Gasolinas y Diésel, elaborado por la Subsecretaría de Hidrocarburos en septiembre de 2018.
Según la Sener, la cobertura de estaciones de servicio permanece por debajo de la de España, Estados Unidos, Colombia, Canadá, entre otros. En promedio, hay una gasolinera por cada 3 mil 429 automóviles; en contraste, Colombia tiene una por cada 1 mil 567 automóviles.
En su diagnóstico, la Sener reconoce que el aumento en el consumo y el bajo desempeño de la producción nacional de combustibles impulsó la importación desde 2003. “La importación de gasolina creció a una tasa media anual de 11 por ciento en los últimos 17 años, mientras que la importación de diésel un 11 por ciento entre 2000 y 2017, en promedio”, refiere el organismo.
Infraestructura y vulnerabilidad
La reciente crisis por el cierre de ductos de Pemex en el marco del combate al robo de combustible puso de nuevo, sobre la mesa y con más urgencia, la necesidad de acelerar los proyectos de infraestructura para elevar la capacidad de almacenamiento, de los inventarios y, por lo tanto, de la infraestructura, apunta Rubén Cruz, socio líder de Energía y Recursos Naturales de KPMG en México, en entrevista con Energy Management.
“Sabíamos que como país necesitábamos fortalecer el nivel de inventarios de seguridad de combustibles líquidos desde antes. Al ser dependiente de las importaciones, un país es vulnerable a cualquier evento, desde actos vandálicos hasta desastres naturales”, subraya Cruz.
Al respecto, la Onexpo afirma que “se tienen proyectos (de infraestructura) por parte de más de 40 compañías, algunos de ellos en fases de diseño, otros en tramitología e, incluso, algunos en proceso de construcción y puesta en operación”. En este sentido, se espera que en los próximos se duplique la capacidad de almacenamiento del país, lo que implica cumplir con la política de almacenamiento mínimo para quienes comercializan combustible y, por supuesto, aumentar los días de inventario de gasolina en el país.
Por mandato de ley, y con el fin de reforzar la seguridad energética, la Sener diseñó una política de Almacenamiento de Petrolíferos, basada en el componente llamado “almacenamiento mínimo”, la cual consiste en la obligación de crear inventarios estratégicos con metas a 2025. De tres a cinco días de suministro para 2020; 13 días para 2025, y de 7.8 a 19.6 millones de barriles para 2025.
La Sener contabiliza 33 proyectos de almacenamiento aprobados, con una inversión estimada de 2 mil 430 millones de dólares; otros 20 proyectos se encuentran en trámite con la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la Agencia de Seguridad Energía y Ambiente y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; otros nueve proyectos más se han anunciado, pero el proceso para obtención de permisos aún no inicia.
Desde la Reforma Energética, la Secretaría de Energía ha otorgado 2 mil 818 permisos de importación de petrolíferos, de los cuales 1 mil 408 están vigentes; 885 permisos son para importar gasolina; 1 mil 98 para diésel; 237 para turbosina y 363 para gas L.P. Los principales importadores de gasolina, además de la paraestatal, son Andeavor, Exxon Mobil, Glencore y Windstar; mientras que los de diésel son Andeavor, Koch, Novum Energy, Exxon Mobil y Windstar, según información de la Sener.
Adicionalmente, siete compañías han comenzado a desarrollar un esquema logístico alternativo al de Pemex. Koch, por ejemplo, importa su propio diésel por barco a la terminal de Vopak en Veracruz, mientras que la estadounidense Exxon Mobil importa su gasolina y diésel por ferrocarril al centro del país. Rubén Cruz prevé que en los próximos tres o cuatro años estén listos y operando los proyectos de almacenamiento. “Para aumentar el nivel de inventarios se necesitan inversiones que sean sostenibles desde el punto de vista comercial y financiero”.
No obstante, existen factores que impiden, en el corto plazo, la construcción de ductos privados. La también académica asociada del Centro México del James Baker III de Rice University, Miriam Grunstein, advierte que, si bien los proyectos de almacenamiento se están desarrollando, “penosamente la IP ha encontrado diversas dificultades para construir y operar sus propios ductos. Las cuestiones de inseguridad, tenencia de la tierra, el derecho de vía y riesgo, actualmente asumido por Pemex, complican las inversiones”.
Para hacer funcionar un mercado mucho más competitivo, agrega, habría que ofrecerle a la IP condiciones de seguridad jurídica y comercial, además de un efectivo canal de comunicación con los actores interesados. “Tendríamos que estar replicando algunas de las condiciones de apoyo y apertura que ofrecía el gobierno anterior, pero, incluso, en el gobierno anterior faltaban condiciones para que esto fuera ágil”, asegura la especialista.
En opinión de Grunstein, la decisión de la actual administración de cerrar ductos en su combate al robo de combustible preocupa al sector privado. “Las condiciones de arbitrariedad podrían ser un factor que desincentive a la inversión privada”.
La Onexpo informó a este medio que es muy relevante contar con un Pemex fuerte y competitivo, por lo que ven con buenos ojos el fortalecimiento de la empresa paraestatal, de su infraestructura, incluyendo la nueva refinería anunciada, pues junto con la estrategia del combate al combustible ilegal, fomentará una industria nacional de hidrocarburos más acorde con las necesidades del país.
Más infraestructura = precios bajos
La liberación de precios, mandatada por la Ley de Hidrocarburos a partir del primero de enero de 2018, permite, según la Sener, sustituir el precio único nacional por precios regionales, mismos que reflejan diferencias en costos logísticos, especialmente en las ciudades cercanas a la frontera.
La dependencia aclara que las regiones con escasa infraestructura, sin conexión o alejadas de alguna fuente de suministro, los expendios ofrecen litros a precios más elevados, mientras que las regiones con mayor infraestructura ofertan costos más bajos, debido a la competencia y al menor gasto en transporte y logística.
Ejemplo de ello, detalla, es que al 30 de agosto de 2018, 217 expendios vendían el litro de gasolina magna por debajo de los 18 pesos, es decir, un costo al público más cercano al precio mínimo que al máximo.
Un mercado jugoso
Según la Sener, México es el cuarto mayor mercado de gasolina en el mundo. Consume 794 millones de barriles al día y es el décimo mercado más grande en diésel, con 379 millones de barriles diarios, lo que lo convierte en el sexto consumidor de combustibles automotores del planeta, con 1 mil 173 millones de barriles diarios, equivalente a la suma de Colombia, Chile, Ecuador y Perú.
Además, el consumo energético nacional ha crecido un 48 por ciento en los últimos 20 años impulsado por los sectores de la industria y el transporte, principalmente. Mientras que el consumo en transporte aumentó 75 por ciento, la industria registró un crecimiento de 36 por ciento en las dos últimas décadas.
Para la Sener, las gasolinas continuarán manteniéndose como el principal combustible de consumo en el autotransporte. Estima que, para 2027, la demanda del producto aumentará 79.5 por ciento respecto al 2012, es decir, 1 mil 442.1 millones de barriles diarios (mbd). El aumento, principalmente, obedece al crecimiento del parque vehicular a base de gasolina, mismo que alcanzará 49.2 millones de unidades durante los siguientes ocho años, de los cuales 96.1 por ciento serán a gasolina.