ARGENTINA: panorama energético
En la última década, el país sudamericano ha demostrado significativas inversiones en el sector energético. Sin embargo, durante diciembre y enero, debido a la intensa ola de calor, presentó serias dificultades para abastecer el consumo.
Por Antonia Tapia.
Argentina cuenta con una potencia instalada de 31 mil 399 MW. En los últimos 10 años, se ha incrementado en 8 mil 500 MW, alrededor de 1 mil MW menos en comparación con el periodo 1993-2002, cuando el crecimiento ascendió a 9 mil 571 MW. En diciembre, durante el verano argentino, las temperaturas en algunas regiones del país superaron los 40 grados centígrados. Esto redundó en un aumento en el consumo de electricidad, que llegó a 23 mil 794 MW, lo que provocó reiterados cortes de luz que se prolongaron –sobre todo en algunos barrios de Buenos Aires– por más de una semana.
El malestar colocó en la agenda mediática palabras como “crisis del sector eléctrico” o “colapso del sistema”. Los comunicados oficiales responsabilizaron a las empresas distribuidoras (Edenor, Edesur y Edelap) por no cumplir con sus responsabilidades y no invertir lo necesario, mientras que las empresas atribuyeron la falta de inversiones a las bajas tarifas propiciadas por el gobierno. Los grupos de oposición culparon al régimen oficial por no tener una política energética eficiente y al Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) por hacer caso omiso. Miles de usuarios resultaron afectados.
La República Argentina es uno de los países más importantes del Cono Sur; forma parte del G-20, y con una población de poco más de 40 millones de habitantes y un Producto Interno Bruto (PIB) de aproximadamente 500 mil millones de dólares, es considerada una de las economías emergentes más grandes de la región.
En la última década, el Frente para la Victoria, que llegó al poder en 2003 y que actualmente se encuentra encabezado por la doctora Cristina Fernández, ha profundizado y consolidado algunas políticas sociales que han permitido la inclusión de un porcentaje importante de la sociedad. Según datos oficiales, las cifras de desempleo en el país ascienden al 7 por ciento, mientras que en educación y salud pública se invierte entre 6.5 y 10.4 por ciento del PIB nacional.
Por otro lado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico –comité del que Argentina forma parte como observador– califica a la nación austral como uno de los países con mayor presión tributaria, con un 37.3 por ciento.
En materia energética, sobre todo dentro del mercado eléctrico, se han realizado inversiones significativas; sin embargo, en momentos de gran demanda, no han sido suficientes para satisfacer el consumo.
El sistema eléctrico cuenta con más de 13 millones de clientes y la electricidad se encuentra subsidiada; no obstante, cualquier ciudadano puede rechazar el beneficio. El Estado participa en la generación y transporte troncal de la electricidad, mientras que su distribución se encuentra a cargo de empresas provinciales, privadas y cooperativas. De acuerdo con datos de la Secretaría de Energía, las únicas concesiones que otorgó el Estado para el servicio público de distribución corresponden a las empresas Edenor, Edesur y Edelap. En cuanto a generación, el Estado participa en 10 por ciento de la potencia instalada nominal unificada al Sistema Argentino de Interconexión.
La matriz eléctrica en potencia instalada para la generación de electricidad se distribuye de la siguiente manera: 66.4 por ciento combustible fósil, 28.4 por ciento generación hidráulica, 4.9 por ciento nuclear y 0.3 por ciento eólica.
De acuerdo con datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista de Electricidad Sociedad Anónima (CAMMESA), la disponibilidad del parque térmico (19 mil 120.7 MW), del cual proviene la mayoría de la energía eléctrica que se genera, a noviembre de 2013 era del 31 por ciento (5 mil 900 MW) y con estimados de poder alcanzar el 37 por ciento (7 mil 074 MW). A esta poca efectividad se suma que las centrales hidroeléctricas (11 mil 95.5 MW), debido a las variaciones en la hidraulicidad, operen a capacidad media y que la Central Nuclear de Embalse (1 mil 10 MW), tercera fuente de alimentación del sistema eléctrico, funcione al 80 por ciento de su capacidad.
La escasez de energía provocó que Argentina le comprara electricidad a Uruguay, con un precio de venta, según indica la Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas (UTE), en 360 dólares por MW.
Los cortes de luz se produjeron en su mayoría en la Ciudad de Buenos Aires, en el conurbado Bonaerense y en la provincia de Buenos Aires. En esta parte del país, empresas de carácter privado como Edenor, Edusur y Edelap ofrecen el servicio de distribución.
Cabe destacar que debido a los cortes en el suministro, estas empresas han sido instadas por el Gobierno a realizar inversiones o, en caso contrario, cabría la posibilidad de que se les retiren las concesiones y que pasen a la órbita estatal.
Las zonas que se encuentran bajo la distribución de las empresas mencionadas representan, de acuerdo con datos del Consejo Federal de la Energía Eléctrica, 36.5 por ciento de la demanda de energía eléctrica del país (Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Gran Buenos Aires) y 11.9 por ciento (Buenos Aires), respectivamente.
Es de resaltar que, en los últimos años, el alto poder de consumo de los argentinos ha significado un aumento en la demanda del mercado eléctrico. De acuerdo con cifras publicadas por la CAMMESA, en 2013, el consumo anual fue de 125 mil 804 GWh, donde el sector residencial es el que mayor porcentaje demanda, seguido por la industria, el comercio y el alumbrado público.
Inversiones
La política energética argentina depende de la Secretaría de Energía de la Nación y del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios. En mayo de 2004, durante el primer mandato del Frente para la Victoria, que llevó a la presidencia a Néstor Kirchner, inició el desarrollo del Plan Energético Nacional, a cargo del Ministerio de Planificación Federal. Mediante esta iniciativa, según datos del Ministerio, durante el periodo 2004-2013 se han realizado inversiones en infraestructura energética por aproximadamente 11 millones de dólares, de las cuales, 80 por ciento son públicas y el resto mixtas o privadas.
En 2004, con base en el plan energético, se creó la empresa pública Energía Argentina Sociedad Anónima (Enarsa), que permitió al Estado Argentino, tras décadas de ausencia, participar en sectores clave como hidrocarburos sólidos, líquidos y gaseosos, y en transporte y distribución de gas natural. Asimismo, con el fin de diversificar la matriz energética nacional, en 2009 entró en vigor el Programa GENREN, cuyo objetivo es la puesta en marcha de proyectos que incluyan fuentes alternativas de energía, como parques eólicos y solares fotovoltaicos, centrales de biomasa y biogás. Esta iniciativa pretende alcanzar en los próximos años 13 mil 750 MW. Su objetivo, según la Secretaría de Energía, es que, en 10 años, 8 por ciento del consumo eléctrico nacional provenga de estas fuentes.
En otro orden, en 2006 se relanzó el plan estratégico nuclear y se espera que en los próximos meses las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse, operadas por Nucleoeléctrica Argentina, S.A., sumen 1 mil 761 MW a la red.
La política hídrica, por su parte, consolidada en el Programa Nacional de Obras Hidroeléctricas, posibilitó la apertura de nuevas obras. En 2008 se inauguró la Central Hidroeléctrica Los Caracoles, en San Juan, que suma 120 MW a la red. Además, concluyeron las obras en la represa binacional de Yacyretá, que elevaron su potencia a 3 mil 100 MW. En el marco de este programa, se encuentran en ejecución o en proceso de preadjudicación de oferta cinco centrales más, localizadas en diferentes provincias del país: San Juan (1); Santa Cruz (1); Neuquén (1), y Mendoza (2).
Estos proyectos aportarían, en total, alrededor de 9 mil 533 GWh/año al Sistema Interconectado Nacional.
En 2010 se inauguraron cuatro centrales térmicas que sumaron a la red cerca de 2 mil 707 MW, y se espera la ampliación de dos centrales más, por un total de 499 MW.
Según datos del Comité de Administración Fondo Fiduciario para el Transporte Eléctrico Federal, aplicar el Plan de Transporte Eléctrico Federal I-II ha permitido obras en líneas de alta y extralta tensión, que suman más de 6 mil km e integran diversas regiones del país.
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