La rentabilidad de la “basura” en la generación de energía
Poco a poco se desarrollan nuevas alternativas de generación energética que permiten reducir el impacto negativo que la quema de combustibles fósiles causa sobre el medioambiente. Entre estas iniciativas, el aprovechamiento de los “desperdicios” es de las que mayores resultados ha ofrecido al servirse de distintas clases de residuos para la obtención de combustible
Por Karemm Danel / Fotografías: cortesía de Gammakat Logistic
Ante la preocupación por la cantidad de basura existente, Uwe Rolli, director de Gammakat Logistic, con más de 20 años residiendo en Yucatán, habló con Constructor Eléctrico sobre el proyecto “Waste to liquid”, que busca transformar la basura en un diesel más limpio, combatiendo, a su vez, el problema de la contaminación. Explica que la empresa trabaja en conjunto con una planta recicladora que recibe un equivalente a 850 toneladas de basura diarias. Son dos diferentes concesiones, la de la planta de reciclaje y la de la empresa que maneja el relleno sanitario.
El proyecto, a cinco años, aprovecha la basura fresca, tal cual llega de los camiones. “Desde mi punto de vista, no existe basura, todo se puede aprovechar, aunque es necesaria una inversión económica, que bien podría recuperarse, y en el aspecto medioambiental, nos conviene a todos. Lamentablemente, muchos basureros se encuentran lejos de las ciudades y la gente no está consciente de lo que sucede allí, por lo que yo hago la invitación para que los visiten y se enteren. Nosotros estamos buscando la logística con diversas tecnologías de diferentes países, incluso, algunas mexicanas, muy buenas, porque algunas personas dudan del talento mexicano. A mí me sorprende lo que se puede encontrar en el mercado nacional para incluir en el proyecto. Actualmente, la empresa inaugurará el relleno sanitario de Cancún, donde vamos con el mismo concepto, aunque la estrategia será más rápida, gracias a la experiencia que tenemos con el relleno en Mérida. No serán las mismas tecnologías, pero el tratamiento sí”, adelanta Uwe Rolli.
El proceso contempla el reciclaje del material, el composteo y la obtención de biogás, transformando casi 70 por ciento. Rolli indica que en el caso de la basura RDF, combustible alterno que utilizan mayormente las cementeras, la cual no libera toxinas y está constituida en su mayoría por madera orgánica, cartón y plástico, es posible recuperar gran porcentaje de las toxinas liberadas a través de los filtros, convirtiéndola en materia prima. De ella se obtiene un diesel sintético de muy alta calidad que cumple con las normas mexicana, americana y europea y casi no contamina, gracias a la materia empleada: basura ya separada, la cual no contiene azufre ni residuos, como lodos, porque no es fósil.
Proceso
Técnicamente es bastante fácil, asegura el director de Grammakat. “Todo tipo de plástico o materia orgánica, excepto metales y minerales, tienen la capacidad de convertirse en crudo. Nuestra tecnología convierte el plástico en crudo en aproximadamente tres minutos. Entonces, el material que pasa por la planta va a dos torres de destilación para convertirse en diesel. Es posible, incluso, producir keroseno para aviones, aunque se pierde mucho volumen en las destilaciones, así que el enfoque actual se concentra en el diésel”.
El primer proyecto, explica Rolli, aprovecha cerca de 7 mil toneladas, lo que equivale a 2 millones de litros de diesel al año, debido al tamaño de la planta. “Se podría alcanzar una cantidad mayor, pero es necesaria una inversión para construir una planta más grande”.
La planta de reciclaje cuenta con 280 empleados que trabajan en una banda de separación manual, en la que desde el inicio se separan los materiales grandes de los pequeños. De estos últimos, que en su mayoría es materia orgánica, la fracción húmeda va a un biodigestor, donde se produce el biogás para generar corriente eléctrica; este sistema, hoy en día, produce 3 megawatts por hora. La parte restante termina en composta, “que, en Yucatán, aún no tiene mucho valor, en comparación con otros lugares de México. Cabe resaltar que en el proceso han participado diversas universidades, como la Mayab; la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY); la Marista; la Universidad del Valle de México, y el Tecnológico de Monterrey, cuyos estudiantes llevan a cabo mediciones permanentes sobre contaminantes que podrían encontrarse en el lodo y así proponer soluciones”, explica.
El biodigestor presenta dimensiones similares a las de un campo de futbol, con 9 metros de altura. En ella se obtienen líquidos y toneladas de materia orgánica, cuyo volumen se reduce, quedando un lodo mayormente mineral que tiene un alto valor para la composta.
Hasta el momento, las máquinas que se emplean se adquirieron en México, de diferentes empresas, aunque el constructor de la planta compró los tromeles en Canadá.
Por su parte, la tecnología de transformación en diesel es alemana, “de la cual nosotros tenemos la representación tanto para México como para otros países en América Latina. Sí tenemos contacto con gobiernos, instituciones particulares y Organizaciones no Gubernamentales interesadas; desgraciadamente, no quieren invertir por ser una tecnología ‘nueva’, a pesar de que ya hay varias plantas trabajando con plástico o residuos orgánicos en Europa”, lamenta.
El director de Gammakat explica que lo delicado del proceso radica en la preparación del material por transformar en diesel, porque no se trata únicamente de comprar la planta y echar la basura en ella. Quienes deseen trabajar con dichas plantas deben considerar un proceso anterior, por lo que es necesario contar con una planta de reciclaje para trabajar la basura. “En este sentido, la inversión sí es fuerte, aunque con un retorno bastante significativo. Para la planta que deseamos construir se requieren cerca de 4 millones de dólares; a la fecha, tenemos 25 por ciento, por lo que nos encontramos en la búsqueda de inversionistas. Hemos intentado obtener financiamiento a través del Instituto Nacional del Emprendedor o el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, pero el monto es muy alto, y no es posible segmentar el proyecto, ya que el costo mayor (90 % de la inversión) es para la planta”, explica.
El 13 de agosto de 2015 fue el día en que se agotó el presupuesto anual ecológico; es decir, las emisiones de carbono continúan empujando la huella de la humanidad por encima de la capacidad de regeneración de la naturaleza, indica el Fondo Mundial para la Naturaleza. “Eso implica que contamos con recursos naturales que no correspondían a este año, pero el consumo excesivo no permite tomar en cuenta todo lo que se desecha y puede utilizarse”, indica. “Es muy importante considerar que las empresas ofrecen productos que generan contaminación. ¿Por qué no invertir en resarcir ese daño?”.
Si bien las personas piensan en los desechos como algo tóxico, con muchas bacterias y un foco de infección, su manejo es lo que hará la diferencia, por lo cual es importante aprender a reciclar, porque su incorrecta disposición sí puede convertirlos en basura, afirma Rolli.
Los objetivos de la empresa son multiplicar el número de plantas a nivel mundial, contemplando que la producción de este diesel no genera emisiones y tampoco requiere de fuentes de calor, ya que para la despolimerización se recurre a la fricción, generada por una turbina; además, el diesel ofrecido es 10 por ciento más económico de sus similares en el mercado, a fin de que signifique un ahorro para las empresas, porque al ser limpio, se reducen los costos de mantenimiento de las máquinas. “A nivel mundial, hay que enfocarnos en aprovechar los recursos disponibles. Se trata de materia que podemos utilizar si sabemos cómo, y las tecnologías ya existen”, finaliza.