2016, el año de la fotovoltaica en México
A mediados de diciembre, el ingeniero Carlos Flores, vocero del sector fotovoltaico de la ANES, afirmó ante los medios de comunicación que México atraviesa por un panorama similar al que vivió Alemania hace 12 años: la inminente expansión del sector. En 2015, salió del marasmo con un crecimiento del ciento por ciento. En 2016, las expectativas son seis veces más grandes
Por Christopher García
La reconfiguración del mercado eléctrico mexicano está concluyendo y en 2016 entrará en vigor gran parte del nuevo esquema de negocio. Con ello, el panorama eléctrico y energético nacional se ve más claro que nunca.
Cuando menos así parece para el sector solar fotovoltaico, cuyo crecimiento en 2015 es digno de celebración, tras un 2014 más que decepcionante. El año que recién termina significó para el sector solar fotovoltaico un crecimiento del ciento por ciento en cuanto a potencial instalado, considerando parques solares y generación distribuida. Se instalaron 100 megawatts en diversos proyectos en toda la República y para 2016 las proyecciones son aún mejores.
Según comentó en conferencia de prensa el presidente de la Asociación Nacional de Energía Solar, Alberto Valdés Palacios, “se han dado situaciones en las que el mercado ya empieza a tomar un derrotero francamente positivo hacia la utilización intensiva de la energía solar”, en referencia a la aprobación de la Ley de Transición Energética y la entrada en vigor de las reglas que operarán en el nuevo mercado eléctrico, las cuales ponen un claro énfasis en el impulso a las energías renovables.
Panorama favorable
Por principio de cuentas, el ingeniero Valdés Palacios señaló que la transformación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en empresa productiva del Estado implica, como ya se sabe, la participación de más actores en labores de generación.
“La CFE no es más el gran ente rector que está ahora en México, sino que pasa a ser una empresa más; claro, con muy altas capacidades, pero que en primera instancia pasa a ser el gran distribuidor y suministrador de energía eléctrica para todos. Con ello, tenemos ya posibilidades de integrarnos a la generación con esta empresa y, eventualmente, en un futuro no muy lejano, podremos distribuir energía al parejo de esta empresa”
Las disposiciones del nuevo mercado eléctrico indican que los monopolios no son posibles. De tal suerte que la integración horizontal que tenía la CFE, encargada de generar, transmitir, distribuir y comercializar energía, ya no existirá de esta manera. Principalmente en el área de generación, aunque no será la única, otros actores privados comenzarán a participar, compitiendo con la CFE, en principio, por el llamado Mercado Eléctrico Mayorista (MEM). La única labor que queda completamente en manos de la CFE es la transmisión de la electricidad.
Podría decirse que en vez de una CFE, ahora existirán varias CFE independientes entre sí y enfocadas en las diversas labores que antes realizaban como una sola entidad. Y como nadie puede ser juez y parte en el mercado, el Centro Nacional de Control de Energía se encargará de que los actores compitan al parejo, según las directrices de la Comisión Reguladora de Energía y de la Secretaría de Energía.
Además de esta modificación, la nueva Ley de Transición Energética ha dejado claro que la apuesta es por las renovables al definir diversos instrumentos que buscan garantizar que exista mercado para las empresas que generan energía mediante estas fuentes. El propio presidente de la ANES se declaró francamente contento por la aprobación de la Ley, “una ley que da definitivamente el despegue hacia un mercado sostenible de la energía solar”.
El primero y acaso más importante de los criterios contenidos en dicha Ley es la eliminación del gas natural del listado de fuentes limpias, combustible que se perfilaba hasta ahora como una de las mayores apuestas, debido a su bajo costo en el mercado. “Este punto fue motivo de muy amplias discusiones conceptuales industriales en razón de que la gran industria pretendía introducir al gas natural como energía limpia en los ciclos combinados de generación eléctrica. Con las disposiciones actuales, ya no es posible considerar a los ciclos combinados como energía limpia; son magníficos, muy eficientes, pero, en efecto, consumen gas natural, por lo tanto queman hidrocarburos, por lo tanto emiten bióxido de carbono. Esto, afortunadamente, fue bien captado, bien defendido por nuestros legisladores. Si hay posibilidad de utilizar gas natural como energía limpia, será sobre estándares muy exigentes”, enfatizó el presidente de la ANES.
En este sentido y en relación con los Certificados de Energías Limpias (CEL), otro de los instrumentos considerados en la Ley de Transición Energética, la competencia por dicho mercado será disputada por la energía eólica, la solar fotovoltaica, la geotérmica, entre otras fuentes que apenas figuran en la matriz nacional.
Los CEL constituyen una herramienta más para impulsar el desarrollo del mercado de energías renovables, toda vez que exige a los usuarios de gran escala contar con 5 por ciento de energía limpia en su balance de consumo. Este porcentaje podrán cubrirlo mediante dos opciones: generar su energía o adquirir CEL de empresas generadoras, en caso de no cubrir dicho porcentaje. Esta disposición es aplicable sólo para el MEM, donde los grandes consumidores podrán adquirir la energía que necesitan de la CFE o directamente de los diversos generadores que estarán compitiendo en el mercado. En caso de no cubrir el porcentaje reglamentario, los usuarios deberán pagar una cuota compensatoria.
Este punto ha generado incomodidad entre los usuarios industriales, quienes declararon en fechas pasadas que impactaría negativamente en la competitividad de las empresas, debido a que se tendrían que cubrir los costos asociados. Ante esta situación, la propia ANES se declaró escéptica sobre esta situación, al considerarla exagerada. El ingeniero Carlos Flores, vocero del sector fotovoltaico de la Asociación, sostuvo lo siguiente en un comunicado de prensa: “Asumiendo que la energía represente un muy alto 20 por ciento del costo total de la manufactura y que el costo de los CEL equivalga a 20 por ciento de costo de energía, eso generaría incrementos de 0.2 por ciento en el costo total de manufactura; esto no va a colocar a ninguna compañía en el rango de incompetitiva. En un escenario conservador, tomando un costo actual de 85 centavos de peso por Kilowatt Hora (KWh), que son cinco centavos de dólar por KWh, si los CEL no tienen una posición de subasta muy agresiva, probablemente cuesten unos 17 centavos de peso, el 20 por ciento de esos 85 centavos de pesos, lo cual sería equivalente a 1 centavo de dólar por kWh y sólo se debe pagar por el 5 por ciento de la energía; es decir 10 dólares por MWh de costo por CEL en un escenario muy conservador”.
Además de esto, Valdés Palacios señaló que un punto de suma importancia es la posibilidad de participación que ahora tendrán los generadores de pequeña escala, quienes no participan del mercado eléctrico mayorista, pero sí podrán intercambiar o vender sus excedentes de generación a otros pequeños usuarios. “Muchos de nosotros, instalando módulos solares en nuestras casas, podemos generar energía que se puede intercambiar con la red eléctrica, se puede vender o lo que mejor convenga a cada usuario. Todo este panorama abre un gran potencial de mercado para empresas pequeñas y medianas. Las grandes, por definición, ya quedaron dentro del mercado; pero las Pymes y los usuarios pequeños podrán entrar al mercado a través de sus redes particulares. Esto es motivo de mucha satisfacción, porque sabemos que las Pymes son un motor muy importante de la economía mexicana”.
La generación distribuida lidera el crecimiento de 2015
De acuerdo con cifras de la propia ANES, el mercado mexicano de energía solar fotovoltaica superó por primera vez en su historia los 100 MW instalados en un solo año. Con ello, la capacidad total acumulada asciende a más de 260 MW. Esta cifra resulta de la combinación de proyectos desarrollados en el año, tanto en lo que respecta a parques solares como al sector de generación distribuida, conformado por usuarios de pequeña escala, domésticos y comerciales.
En el balance general, afirmó Carlos Flores en conferencia de prensa, es una cifra positiva, si bien únicamente “representa 0.4 por ciento de la generación eléctrica del país y 0.13 por ciento de la capacidad mundial instalada”.
Lo cierto, dijo, es que el mercado continúa creciendo rápidamente, “en especial el mercado que llamamos generación distribuida residencial y comercial de pequeña escala, donde se instalan paneles solares en los techos para generar energía eléctrica que es utilizada en el mismo sitio. Este año también revivió la instalación de los parques solares; el crecimiento combinado en estas circunstancias fue de 67 por ciento, dejando atrás el estancamiento de 2014”, aseguró Flores.
Asimismo, señaló que las estimaciones de la Asociación consideran que a finales de 2015 se terminaron de instalar entre 39 y 49 MW en parques solares, mientras que para la generación distribuida la cifra ascendió a entre 18 y 20 MW. “En residencial, instalaciones que poco a poco añaden capacidad en nuestro país, estimamos que se han adicionado entre 8 y 10 mil residencias en 2015, para un total de entre 28 y 30 MW de capacidad instalada”, dijo.
Por otra parte, hizo referencia a dos rubros que también han aportado al avance de las tecnologías fotovoltaicas en el país: los luminarios solares, de los que se cuentan alrededor de 6 mil postes instalados, y las aplicaciones de electrificación rural y bombeo de agua, que ya suman 3 MW. “Estas instalaciones, que llamamos de generación distribuida, que ocurren fuera de las grandes centrales y que no inyectan a las redes de transmisión, estimamos que sumen más de 50 MW. Por segundo año consecutivo serán mayores a la contribución de los parques solares”.
En este sentido, el ingeniero Flores estimó que con los 10 mil sistemas residenciales instalados en 2015 en México se cuenta ya con alrededor de 20 mil viviendas, lo cual considera alentador, “porque el crecimiento es acelerado, pero apenas representan el 0.06 por ciento de todos los usuarios residenciales de electricidad de nuestro país”.
Señaló que este crecimiento resulta incluso más positivo si se considera que se ha logrado “sin otros estímulos que la medición neta, que la CRE introdujo en 2007 como mecanismo de crecimiento de las energías renovables, y por el propio interés de los usuarios que pagan las tarifas eléctricas más altas”.
Afirmó que el camino por recorrer para esta fuente de generación es aún extenso, pues recordó que la visión actual de la tecnología fotovoltaica es que para mitad del siglo sea la tecnología de generación eléctrica con más crecimiento y más participación en la matriz energética mundial. “Estamos hablando de un porcentaje superior al 30 por ciento. Esto no lo decimos nosotros: conforme la tecnología ha bajado de precios se ha perfilado como una solución. El presidente de Shell, la petrolera más grande del mundo, mencionaba a mitad de año que para mitad de siglo las tecnologías con combustibles fósiles serán contributivas a las tecnologías renovables, es decir que serán sólo un complemento”.
El vocero del sector fotovoltaico de la ANES también hizo notar que la capacidad de fabricación de paneles solares en México, ya supera 1 mil MW, lo que excede por mucho la demanda nacional.
Lo mejor está por venir
Tanto el ingeniero Flores como el ingeniero Valdés afirmaron en sus declaraciones que el crecimiento del sector fotovoltaico en 2016 será aún mayor. “Las reglas del mercado eléctrico han quedado definidas, los actores financieros están apareciendo, los mecanismos de incentivo al mercado eléctrico, como los Certificados de Energías Limpias, van a tomar su lugar y eso configura un mercado de crecimiento acelerado”, comentó Flores.
A lo conseguido durante 2015, se suman fenómenos como la disminución de precios de las tecnologías, que ya comienza a hacerse notar y será un factor determinante tanto en proyectos pequeños como de gran escala. “Si tomamos un combinado de estos números y dado que los tamaños de aplicación son similares, nuestro estimado es que el mercado de las instalaciones solares en México este año percibió una inversión de 200 millones de dólares”.
Sobre el tema, también estimó que con la combinación de financiamiento y la disminución de costos, durante el próximo año el precio por watt oscilará entre 1.5 y 2 dólares. “Con ese precio, estaríamos hablando de una inversión de 900 millones de dólares”. Y más allá de eso, en 2017 la instalación de paneles solares puede jugar un papel relevante en el mercado de los CEL, al quedar ya descartada dentro de estos certificados la aplicación de ciclos combinados de gas natural. “La competencia por ese mercado, que inicia operación en 2018, va a estar entre las energías renovables, como la eólica y la solar”.
En esta contienda, la solar cuenta con la ventaja de la velocidad de despliegue, mientras que la eólica todavía es 15 por ciento más barata en términos de generación. “Nuestra ventaja competitiva es que los paneles solares se pueden desplegar más rápidamente y en forma más distribuida. Las buenas condiciones de viento están muy bien ubicadas en nuestro país, mientras que la radiación solar se encuentra muy distribuida. El crecimiento sí puede ser realmente mucho mayor de lo que ha sido hasta ahora. Estimamos que en este periodo México retomará el liderazgo de las instalaciones fotovoltaicas en Latinoamérica”, afirmó Flores.
“El mercado de la generación distribuida en México es un mercado potencialmente enorme”, aseguró el presidente de la ANES. “Tenemos 450 mil usuarios domésticos de alto consumo, cerca de 3 millones de instalaciones comerciales y cerca de 250 mil instalaciones industriales, cuyos perfiles tarifarios están dentro del rango competitivo de la generación de energía solar. Si a ese universo le aplicáramos 5 por ciento de penetración de energía solar, estaríamos hablando de una capacidad de generación instalada de 3 GW”
Explicó que estas estimaciones son muy importantes, debido a que ya involucran a las Pymes y crea un gran movimiento en términos de capacitación, certificación y fabricación de equipos auxiliares. “Como usuarios pequeños, no nos interesa venderle 1 o 2 kW hora a la CFE ni estarle facturando; nos interesa intercambiar la energía. Genero energía, la entrego a la red, llego en la noche a mi casa, consumo energía y me cobras o me pagas la diferencia. Ese tipo de políticas se llama neteo o net-metering y es un gran generador de economía, además de que se va sola, porque depende de las inversiones de los propios usuarios”.
Por su parte, el ingeniero Flores llamó la atención sobre la participación nacional en este mercado, pues considera importante que la industria nacional sea capaz de competir con las grandes empresas. “Necesitamos contar con mecanismos financieros y de política económica, no para el mercado: estos ya están configurados, sino para las industrias nacionales que deberían y tienen la oportunidad de jugar un papel relevante”.
Aseguró que el momento que vive la industria fotovoltaica mexicana es mejor que nunca. “La Ley de Transición Energética contempla específicamente a las energías renovables y es el impulso más claro y definitivo que han tenido, después de los intentos de la Ley de Aprovechamiento de la Energía de 2012, que se quedó sin pies para caminar. Es la mejor noticia que hemos tenido, a pesar de que consideramos que debió haber sido de mayor impacto. Tenemos una plataforma para crecer”.