Carretera Solar. Nunca un camino sería tan provechoso
En la próxima década, Estados Unidos podría deshacerse de sus carreteras de asfalto y sustituirlas por interminables caminos iluminados con LED. Serían las primeras autopistas del mundo autofinanciables, generadoras de su propia energía y programadas para evitar accidentes viales.
Por Andrea Rivera.
Una carretera autofinanciable, que ahorra dinero, produce energía y reduce para siempre la dependencia del petróleo.
Cuando se trata de ahorrar energía, cualquier acción es bienvenida. En Idaho, Estados Unidos, un ingeniero eléctrico ha logrado llamar la atención del Gobierno federal con lo que podría ser el proyecto del siglo: cubrir las carreteras de su país con paneles solares, convertir los casi 45 mil kilómetros de asfalto en autopistas luminosas y térmicas. El proyecto incluye también cubrir caminos residenciales y estacionamientos.
Originario de Sagle, Scott Brusaw ha pensado en un “plan único”, autofinanciable, concebido principalmente para ahorrar dinero, producir energía y reducir para siempre la dependencia del petróleo. La idea suena bastante prometedora. Por eso, su empresa Solar Roadways obtuvo un contrato por 100 mil dólares de parte de la Administración Federal de Carreteras para proseguir con su investigación, además de un segundo contrato de 750 mil dólares, otorgado por el Gobierno Estadunidense para construir y probar el primer estacionamiento solar real.
Una década es el tiempo estimado por Brusaw para cubrir todo el territorio nacional con carreteras solares. Recuerda que, hace años, cuando el concepto de “Calentamiento global” comenzaba a popularizarse, “rondó la idea de reemplazar las superficies de asfalto y concreto por paneles solares de vidrio para la captación de energía solar, diseñados tan fuertes como el acero. Eso lo podemos hacer, la tecnología ya está disponible”.
Como suele suceder en la génesis de todo proyecto, la lluvia de ideas y posibilidades surgió acompañada de muchos: “Y si…”. El ingeniero eléctrico se preguntaba (y planteaba a su equipo): “¿Y si se pagara sola? ¿qué tal si agregáramos iluminación LED bajo la superficie para ‘pintar’ las rayas del camino y así simular el trayecto de manejo durante la noche? ¿y qué tal si incluimos un elemento descongelante (que lance aire caliente, como ocurre con la calefacción de los autos) para impedir que se acumule hielo y nieve durante los climas gélidos del norte?”. Así surgió la Carretera Solar.
En 2009, recuerda Brusaw, “recibimos un contrato de parte de la Administración Federal de Carreteras para construir el primer prototipo de carretera solar. Durante el proceso, descubrimos nuevas y mejores formas de aterrizar el proyecto. Nuestra meta ahora es cubrir con paneles solares todas las superficies de asfalto y de concreto que se encuentren expuestas al sol, lo cual reducirá nuestra dependencia de las fuentes fósiles de cualquier tipo”.
La primera etapa de la Carretera Solar consistirá en instalar paneles en zonas de estacionamiento; posteriormente, se irán construyendo pequeños tramos carreteros, ciclopistas, áreas de juegos, caminos peatonales, patios y caminos residenciales (donde la velocidad de los vehículos es mucho más baja que en las autopistas y no es común que transiten camiones). “Aquí aprenderemos nuestras primeras lecciones y tendremos la posibilidad de perfeccionar el sistema; una vez que esté bajo control y en perfecto funcionamiento, lo trasladaremos a las autopistas públicas”.
Las luces de diodos de emisión de luz serán controladas por medio de una computadora. Ese mismo programa permitirá a los peatones advertir su presencia a los conductores cuando deseen cruzar. Entre las preguntas frecuentes hechas por el personal de Carreteras Federales, está qué sucederá cuando los paneles sufran daños o sean destruidos por golpes, accidentes automovilísticos o terremotos.
Respecto de este último cuestionamiento, ¿la corriente eléctrica se cortará? Brusaw lanza un rotundo no. “Cada panel solar tendrá conexiones eléctricas con algo similar a un interruptor GFI (Ground Fault Interrupter), similar al que tenemos en casa y nos protege de ser electrocutados si dejáramos caer una secadora de pelo en la tina del baño. En caso de que empiece a fluir un exceso de corriente (cortocircuito), la conexión eléctrica será interrumpida automáticamente, de modo que ésta logre aislar cualquier daño a los paneles. A gran escala, digamos, tras la explosión de un camión de combustible, no se perdería la energía. Todos los paneles que guían el camino a tu casa permanecerán encendidos. Acaso se perdería un poco la señal de televisión por cable”.
La meta es convertir los casi 45 mil kilómetros de asfalto en autopistas luminosas y térmicas.
¿El congestionamiento vial o un estacionamiento lleno harían menos eficiente la Carretera Solar? “Para nada –responde Brusaw–. Si con eso nos referimos a que los paneles quedarían sin recibir luz solar por varias horas. Al contrario: cualquier sombra los previene de trabajar a su máxima capacidad. El tránsito o los autos estacionados tendrían realmente un impacto de consideraciones importantes”.
Respecto de la energía que se espera generar a lo largo de una milla de camino (kilómetro y medio), Brusaw explica que cada panel mide 30 por 30 centímetros. “Si multiplicamos la longitud de una milla por los 30 centímetros, el resultado da 440 paneles para cubrir esa distancia. Esperamos que cada panel produzca diariamente 7 mil 600 W/h de electricidad, basados sobre 15 por ciento de eficiencia y cuatro horas de sol por día. 440 veces 7 mil 600 da 3 mil 334 kW/h en un carril por cada milla. De manera que una típica autopista de cuatro carriles producirá 13 mil 376 kW/h por milla, basado en cuatro horas de sol por día”.
Según un estudio publicado en 2007 por la Energy Information Administration, el porcentaje de consumo mensual de energía de los hogares en Estados Unidos es de 936 W/h. “Si dividimos esta cifra entre 13 mil 376, nos da aproximadamente 428. Así es como muchos hogares estadunidenses podrían salirse de la red de distribución por cada milla en una carretera solar de cuatro carriles”.
Pero algunos tramos carreteros están inmersos en sombras perpetuas, jamás reciben luz solar. “Eso no importa –señala Brusaw–: instalaríamos paneles solares en túneles y debajo de puentes, aun sabiendo que casi nunca son iluminados por el Sol. Podemos producir tres veces más electricidad de lo que jamás hemos usado. En teoría, eso significa que sólo una tercera parte de la Carretera Solar jamás verá la luz del día; no obstante, los paneles permanecerían encendidos, derretirían el hielo y reportarían problemas, usando la energía almacenada de los paneles que sí reciben luz”.
Un aspecto que probablemente pasa inadvertido es el costo de los paneles. ¿Qué sucederá si alguien los roba? “Cada panel tiene un microprocesador que se comunica de manera inalámbrica con el resto de las piezas. Unos a otros se monitorearán en caso de un mal funcionamiento u otro tipo de problemas. Incluso, si alguien fuera capaz de desprender un panel y transportarlo en un camión, el panel seguiría generando comunicación con el resto de los paneles que se habrían quedado en el camino. El sistema sabría exactamente dónde fue extraído y con cuánta rapidez”.
Respecto del costo de la Carretera Solar, ¿qué tanto sería más cara que el asfalto? “La Carretera Solar reemplazaría nuestras envejecidas redes de suministro de electricidad y transportaría energía; no desde una estación central, sino de la energía producida por sí misma junto con otras señales de información (televisión por cable, teléfono terrestre, redes de internet), a cada casa y negocio conectado a la red por vía terrestre o desde un estacionamiento. En esencia, la Carretera Solar se convertiría en un conducto de abastecimiento de energía y de información”.
De acuerdo con Brusaw, para hacer una comparación exacta del costo entre el actual sistema y la Carretera Solar, se tendría que combinar el costo de los caminos de asfalto más las plantas de energía y los sistemas de entrega de información (postes de energía y estaciones de transmisión). “Diría que no hay una manera real de calcular ahorros adicionales, como descuentos en el seguro de vida o por daños a terceros. Lo que será una realidad es que los accidentes automovilísticos y la pérdida de vida, tanto humana como salvaje, se reducirá drásticamente con la Carretera Solar.
”Hay un asunto completamente ambiental que deseo destacar: la eliminación de las plantas de combustibles fósiles reduciría aproximadamente la mitad de las emisiones de CO2. Al proveer de energía a los autos eléctricos, se abriría la puerta para la eliminación de las máquinas de combustión interna, las cuales contribuyen con la otra mitad de las emisiones de carbono y son responsables de la polución y el impacto medioambiental. Con las hoy obsoletas máquinas de combustión interna, nuestra dependencia del petróleo, propio o importado, será finalmente finiquitada”.
La empresa de Scott Brusaw, Solar Roadways, no es propiamente conocida y no está haciendo ninguna labor publicitaria. “Como los Blue Brothers, honestamente sentimos que estamos en una misión de Dios. Sentimos una enorme responsabilidad por hacer de este mundo un mejor lugar”. Brusaw y su equipo tienen la experiencia técnica necesaria para hacer realidad la Carretera del Sol. Han recibido apoyos gubernamentales, pero están abiertos a recibir la intervención de algún inversionista interesado en hacer realidad un proyecto de este tipo.
“Le abriremos las puertas a ese ángel inversionista que desee formar parte de este proyecto y quiera ensuciarse las manos junto con nosotros. No nos interesan los inversionistas que estén en esto por dinero, sino aquéllos que tengan visión y, como nosotros, quieran dejar el mundo mejor de como lo encontraron al llegar”.
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