Contratista

Un referente del Bajío

Uno de los hombres más experimentados en la obra eléctrica es Leonel Noris, cuya trayectoria está a punto de sumar cuatro décadas y le ha dado las herramientas necesarias para dirigir una empresa con éxito.

Por Antonio Nieto.

Es originario de Durango, ingeniero Industrial con especialidad en Electricidad y maestro en Administración con especialidad en Finanzas; ha sido presidente de la Asociación de Contratistas de Obra Eléctrica de Celaya y la Región. Sus credenciales son vastas.

Frente a una subestación de grandes proporciones, el maestro Leonel Noris apura las explicaciones. Lo que se puede decir de él y su obra desbordaría las páginas. De lo primero, hay mucho que rememorar.

La historia del ingeniero y proyectista nace en el seno de la paraestatal Comisión Federal de Electricidad. Dentro de ella, su desempeño creció y alcanzó grandes logros. El camino como empresario se había marcado desde entonces, pues su vocación y experiencia se sumaron para lo que ha forjado hasta hoy.

Sereno, camino a la instalación, el maestro Leonel hace evidente su conocimiento, pero no sólo sobre la obra eléctrica: es lector, observador y tiene una visión clara y objetiva de su entorno, lo que lo ha llevado a ser referente de la industria.

Su trato es afable. Su empresa, Constructora Electromecánica TASAL, ha rendido frutos y otorgado beneficios, que en sus palabras es el fin que sus obras deben cumplir: brindar servicio y brindarlo bien. Frente a su obra, él reflexiona, narra y recuerda.

“Uno, como ingeniero, sabe mucho de técnica y de construcciones, pero si se desconoce la parte de los negocios, no importan las capacidades como constructor”

Constructor Eléctrico (CE): ¿Cómo se involucró con la construcción eléctrica?
Leonel Noris (LN): Trabajé 10 años en la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Mi primer trabajo, en 1975, fue como asistente del residente de construcción de la obra L.T. 400 kV, Salamanca, Acatlán, una línea de transmisión en torres de 240 km, desde Salamanca, hasta el lado Suroriente de Guadalajara.

Luego, participé en la construcción de líneas de transmisión en 20 y 115 kV, y en subestaciones de 115/13.8 kV, dentro de la división Bajío de la CFE. Al retirarme de la CFE, en 1985, realicé trabajos en media tensión como contratista, y hasta 1990 contraté la primera obra importante: la construcción de la L.T. 115 kV de León, Jesús del Monte, de 20 km de longitud para la CFE.

CE: ¿Cómo fue su primera obra eléctrica?
LN: La primera obra eléctrica de mediana importancia fue una red de distribución y alumbrado para un fraccionamiento del Infonavit, en la ciudad de Zamora, Michoacán. Fue una obra que me dejó la satisfacción de haber cumplido mi contrato y se realizó de acuerdo con las normas de la CFE.

CE: ¿Qué enseñanza le dejó?
LN: Todas las obras, menores o mayores, dejan una enseñanza de cierta importancia. La enseñanza básica es que con la organización y planeación adecuada de los recursos humanos, materiales y financieros, se puede construir cualquier obra, independientemente de su complejidad y riesgos inherentes.

CE: ¿Cuál es su legado?
LN: El legado para mis sucesores en la empresa y para la gente que está a mi alrededor en el negocio de la construcción de obras eléctricas es que es de primordial importancia la imagen de la empresa; cuando se cumplen en todos sus aspectos los contratos de obra y nuestros clientes se encuentran satisfechos con nuestro trabajo, estos clientes nos recomendarán con otros potenciales.

Es de suma importancia la calidad del servicio otorgado; incluso posteriormente de la entrega de la obra, debemos estar al pendiente de que nuestras obras y servicios funcionen correctamente.

En 22 años de estar funcionando como empresa, Constructora Electromecánica TASAL no ha tenido una sola reclamación ante nuestras afianzadoras por mala calidad de obras o por mal uso de un anticipo.

CE: ¿Cuántos proyectos tiene en puerta y cuáles son?
LN: Esperamos participar en la Construcción de la Planta de Honda que se construirá en la ciudad de Celaya, Guanajuato. Por medio de la CFE, se desarrollarán proyectos para dicha planta, como la subestación de potencia y líneas de transmisión.

También estamos cotizando una línea de transmisión para ABB en Matehuala, San Luis Potosí. Pero, básicamente, dependemos del programa de obras a realizar por la CFE en el ámbito de la división Bajío.

CE: ¿Qué es lo que encuentra en la labor como contratista?
LN: Para nosotros, como empresa, y para mí, como ingeniero, es altamente satisfactorio hacer obras que funcionen, que trabajen y que presten un servicio; obras que nosotros pretendemos sean de calidad. Entregamos las obras y las ponemos en operación; estamos al pendiente. El contrato nos obliga: tenemos que entregar una fianza por un año.

Pero aparte de eso, es satisfactorio entregar obras que funcionen bien. CFE es muy estricta, no te permite hacer cosas fuera de lo establecido. Te puede penalizar, te puede retener tus estimaciones… Nosotros entregamos las obras operando, trabajando bien.

Nosotros tenemos una afianzadora, que desde que empezamos a trabajar nos atiende. Para cada obra que hacemos, contratamos una fianza de anticipo y de calidad: de cumplimiento. El orgullo que tengo es que hasta ahora no he tenido ningún reclamo. Todas nuestras obras están funcionando. No hemos incumplido nada.

CE: ¿Cómo ha llevado la dirección de la empresa?
LN: Tres años antes de salir de Comisión Federal, hice una maestría en Administración. Ya tenía las intenciones de formar una empresa, una constructora. Esa maestría me ayudó mucho porque aprendí suficiente sobre manejo de personal, de leyes, de seguro social; pero, sobre todo, a administrar un negocio. Uno como ingeniero sabe mucho de técnica y de construcciones, pero si se desconoce la parte de los negocios, no importan las capacidades como constructor.

CE: ¿Qué lo ha llevado hasta el lugar que ocupa ahora?
LN: Tratar de cumplirle siempre a los clientes y no dar una imagen de alguien muy sobrado. Más bien, aparentar menos de lo que en realidad somos capaces de hacer. Nuestra empresa es pequeña y trata de hacer obras grandes; pero no por ello aparentamos ser los grandes empresarios. Es decir, un bajo perfil pero con la intención de hacer obras de un nivel técnico un poco arriba de los contratistas de obra eléctrica.

CE: ¿Cómo transmite eso?
LN: Les damos a nuestros clientes mucha certeza, mucha seguridad y les hacemos ver las obras que construimos.

CE: Jurídicamente, ¿están protegidos?
LN: Estamos protegidos de acuerdo con las normas vigentes de las leyes del Sistema Judicial Mexicano; pero siempre hay maneras de parte de los clientes de salir ventajosos. El contratante siempre trata de sacar la mayor parte de las ventajas. Si se ven los contratos de las grandes empresas, que tienen un sistema jurídico fuerte, tratan de sacar ventaja respecto del contratista. Uno siempre trata de defenderse al cumplir con la obra.
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Parque Industrial Santa Fe II una ciudad por electrificar
El sitio está destinado para albergar grandes empresas, que ocuparían una demanda sustancial de energía. Asegurar ésta y otras características, el reto de Leonel Noris Jiménez

Por Antonio Nieto.

Es originario de Durango, ingeniero Industrial con especialidad en Electricidad y maestro en Administración con especialidad en Finanzas; ha sido presidente de la Asociación de Contratistas de Obra Eléctrica de Celaya y la Región. Sus credenciales son vastas.

100 millones de pesos, el costo aproximado de la subestación Santa Fe II

Puerta Interior, un complejo industrial y de negocios en Silao, Guanajuato, alberga dos parques industriales de proporciones kilométricas: Santa Fe I y Santa Fe II. En el segundo, el maestro Leonel Noris se encargó de llevar a cabo un proyecto ambicioso: la Subestación Santa Fe II.

La zona industrial mide alrededor de 500 hectáreas. El Parque Industrial se expandió, por lo que requirió más energía. La subestación antigua no cubría su demanda, así que se hizo una ampliación; pero después llegaron otras empresas de gran calado que demandaron energía. Se solicitó a la CFE una nueva subestación. Entonces, la Comisión licitó la obra a nivel nacional e internacional y dio el fallo correspondiente para la construcción de la obra bajo una serie de condiciones.

En este tipo de obras, la CFE suministra los aparatos más importantes: transformador, bahía, los TC, TP, interruptores, tableros, cableado; todo lo demás corre a cargo del contratista.

La ejecución de la obra no respetó la fecha que se dio en el concurso (15 de marzo-27 de noviembre) y se procedió a hacer una reunión entre el gobierno del estado y los inversionistas de Volkswagen y Pirelli, quienes solicitaron que se agilizará el tiempo de entrega para el 20 de septiembre. La CFE aceptó y llamó al maestro Leonel Noris.

Ambas corporaciones ocupan una gran demanda eléctrica, por lo que era indispensable contar con un sistema de distribución robusto pero eficiente. La subestación del parque industrial Santa Fe II cumple con las necesidades de éstos y algunos más que requieran dar vida a sus industrias.

En sus orígenes, Santa Fe II era un páramo, lo mismo el sitio donde ahora yacen toneladas de metal que forman parte de la subestación. La proyección necesitó de experiencia y capacidad para resolver retos.

Desarrollo
Al formar parte de un proyecto hecho por el cliente de la Comisión Federal de Electricidad, ellos entregan los planos que cuentan con la información, desde las terracerías hasta el montaje de equipo. Luego, se procede a realizar un estudio de mecánica de suelos para definir la cantidad del despalme que se va a retirar del terreno natural; se define las profundidades de corte para sacar la arcilla y se procede a meter relleno compactado; se preparan las terracerías, se dan los niveles de acuerdo con la ingeniería y, una vez que todo esto se tiene listo, se inicia con el trazo de todas las cimentaciones, incluida la de la maya del sistema puesta a tierra.

Posteriormente, se procede a la excavación para el desplante de la excavación y la colocación de plantillas. Paralelo a eso, se habilita el refuerzo de todas las cimentaciones de la subestación y también se comienza la construcción de la barda perimetral.

Todo está basado en la ingeniería que la CFE le proporciona al contratista. De ocurrir errores en la propuesta original, se habla con la paraestatal para efectuar mejoras y se continúa con el proceso.

Una vez que se tiene la cimentación de la estructura mayor que soporta todos los buses, se realiza el montaje eléctrico, ya que si no se hace el montaje del equipo, existe el riesgo de que después se suscite algún accidente y aquél se dañe.

Posteriormente, se procede al montaje menor, que es la estructura metálica que soporta los buses. Hecho esto, se inicia con las verificaciones, cableados, conectados y la prueba de los equipos.

La obra civil del cuadro de control se da conjuntamente con la construcción de la cimentación. Durante este proceso, un enviado de la CFE supervisa y verifica que el trabajo se realice de acuerdo con lo establecido; es decir, conforme a las normas.

Debido al tamaño de la obra, se realizó una restructuración de los tiempos, aunque la presión fue mínima. Fue necesario aumentar la cantidad de gente en obra: 70, aproximadamente.

El espacio destinado al acomodo de los equipos puede ser variado. Esto depende del tipo de subestación: la convencional, que cuenta con una bahía aérea, la de bajo perfil como ésta, que tiene espacios reducidos y, por último, las encapsuladas ubicadas por lo regular en ciudades que carecen de espacios.

La prospección del lugar considera más ampliaciones de la subestación para colocar transformadores, de la misma dimensión que el que ahora resalta en Santa Fe II.

Instalación
El sistema eléctrico de México es enlazado. Los voltajes de transmisión son de 400 mil volts y luego de ahí se transportan a las subestaciones donde se reducen de 400 a 200 mil volts. Éstos, a su vez, son enviados a otras subestaciones que reducen de 230 mil a 115 mil volts. Después de esto, hay líneas que alimentan varias subestaciones, como anillos, según las especificaciones de las empresas.

De una subestación de 230 mil volts a 115 mil, ubicada cerca de Silao, La Aldea, proviene la energía que alimenta a la ampliación que se hizo a la subestación Puerta Interior y a Santa Fe II.

Hay un equipo de medición e interruptores con una potencia de 115 mil volts; originalmente, no contaban con dos cuchillas laterales, sino que permanecían como las bahías; se procede a conectarlas con el marco de las cuchillas.

Después de ubicarse en el sistema, la energía se pasa a un transformador en el cual reduce de 115 mil a 34.5 kV. El voltaje de llegada y salida se transforma aquí. Esto, a base de embobinados y un núcleo para después enviarlo a las terminales para que sea transportado de forma subterránea por cables aislados a 34.5 kV o aéreos no aislados, y llega a un interruptor principal para distribuirse al bus: interruptores que yacen bajo una caseta que cuenta con sus particularidades, alejada unos 30 metros del transformador.

Debajo de estos gabinetes, está la fosa de cables, donde se encuentran claramente clasificados. Una vez ahí, la línea de transmisión sale para subdividirse: la primera para alimentar la planta de motores de la Volkswagen y la otra, a Pirelli.

Seguridad
Los sistemas puesta a tierra ubicados dentro de la subestación utilizan una maya subterránea a medio metro, con cable 250 MCM (cable desnudo de cobre), la cual corre por todo el perímetro y llega a la salida que está conectada a la red de tierra para conectarse con los apartarrayos y a distintos equipos.

Luego del transformador, los apartarrayos son el equipo más importante de una subestación. Cuando hay una descarga atmosférica, el cable de guarda sirve para que ésta busque una salida y la eche a tierra. Sin embargo, a veces se genera una sobrecorriente en los cables de transmisión.

Es aquí donde entra el pararrayos. Su función es eliminar sobrevoltajes transitorios de las líneas de distribución eléctrica, los cuales se producen por descargas atmosféricas o por cambios en las condiciones del sistema, como operaciones de apertura, cierre, fallas, cierre de cargas… Cuando llega a recibir un sobrevoltaje, el apartarrayos se destruye.

Para asegurar aún más las instalaciones contra las cargas directas, se colocan varillas, cuyo nombre común es el de bayonetas.

Otra parte fundamental de la subestación es el interruptor, cuya función es detener la corriente; puede ser una corriente nominal que sea ordenada del tablero. Así, deja de haber energía, no pasa. Pero también interrumpe la corriente cuando hay una falla, y ésta se da normalmente del lado de la carga. Los relevadores detectan esta falla y dan la orden de apertura.

Este tipo de instalaciones responden a la normas de construcción de subestaciones. Los reglamentos dictan que, una vez que la subestación está en operación, se debe restringir el acceso al público, y la gente que labora en ella debe portar casco, calzado dieléctrico y ropa dieléctrica. Además, se cuenta con equipos contra incendios de gran tamaño.

Respecto del transformador, hay un fosa captadora de aceite a unos 50 metros de distancia (dieléctrico) que lo recibiría en caso de que hubiera falla. Su función es aislar las partes metálicas del transformador de las partes eléctricas, y los núcleos de baja y alta tensión. La cantidad de aceite es cercana a los 26 mil 400 litros. El peso total del transformador es de casi 70 toneladas.

El grado de incidencia de percances en toda la subestación, como incendios, es mínimo. Debe haber pocas condiciones de limpieza o mantenimiento para que esto suceda. La subestación Santa Fe II cuenta con la pulcritud necesaria.

UTR
De manera independiente y bajo una caseta especial, está la Unidad de Transmisión Remota (UTR) de datos. Este equipo transmite información de los equipos: si abren, si cierran, aperturas, cierres, fallas (sobrecargas, sobrevoltajes, altas temperaturas, niveles de presión de los gases que se producen por el paso de la corriente eléctrica). Esa información se envía al Control Supervisorio que está en Irapuato.

Cuando ocurre una falla, se detecta por medio de los relevadores y ordena que se abran las alimentaciones del transformador para que se eviten más daños. Ése es el principio.

Los equipos deben estar climatizados porque deben cumplir con ciertas condiciones de temperatura. Éstos pueden dar señales erróneas debido a las variaciones del clima interior.
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