Sector fotovoltaico estancado
Las reformas que se han implementado en México han cambiado la dinámica de las tecnologías fotovoltaicas. La consecuencia: desaceleración en el crecimiento que ya identificaba al sector. El doctor Alberto Valdés y el ingeniero Carlos Flores, presidente y vocero de la ANES, respectivamente, exponen la situación de esta industria tan significativa en la que la incertidumbre y la falta de financiamiento obstaculizan los grandes proyectos
Por Manuel Merelles / Bruno Martínez, fotografías
La Ley General de Cambio Climático, aprobada el 19 de abril de 2011, establece que, para el año 2024, 35 por ciento de la electricidad generada en México deberá provenir de fuentes renovables. Con ello, la producción de energía en el país se convirtió en tema central en las distintas esferas involucradas con la toma de decisiones.
Es bien sabido que México cuenta con abundancia de recursos para incursionar en proyectos de generación de energía por fuentes alternativas; no obstante, hasta ahora los proyectos se han enfocado mayormente en el desarrollo de parques eólicos en estados con alta incidencia de viento. A pesar del relativo impulso a este tipo de proyectos, la generación eoloeléctrica no representa ni siquiera 1 por ciento en el balance global de generación eléctrica en México.
Otra de las grandes opciones con que cuenta el país es la generación eléctrica con tecnología de aprovechamiento solar fotovoltaico, gracias a la incidencia de radiación solar que existe en el país, el cada vez menor costo de los sistemas para este tipo de labores, además de un creciente número de desarrollos tecnológicos nacionales, impulsados en diversas universidades del país.
Si bien no es obligatorio el uso del recurso solar, esta fuente de generación de energía ha despertado el interés de los tres niveles de gobierno y de la iniciativa privada, gracias a las ventajas que representa. Una de ellas se relaciona con el Reglamento Fiscal, el cual permite un rápido retorno de inversión en este tipo de equipos de generación, al grado que se manejan tiempos de retorno en el mismo año de la inversión.
En este sentido, la Asociación Nacional de Energía Solar (ANES) se ha convertido en uno de los principales impulsores y promotores de la implementación de estas tecnologías.
El doctor Alberto Valdés, presidente de la ANES, explicó durante una reunión sostenida en fechas pasadas en las instalaciones de la propia asociación, que la ANES es una organización civil, sin fines de lucro, nacida en 1980 ante la necesidad de agrupar a científicos, profesionistas, industriales, estudiantes y personas interesadas en las energías renovables para construir una política energética que promueva e incentive el uso de este tipo de generación.
Entre sus logros, tras casi 35 años de existencia, figuran la Semana Nacional Solar, evento anual enfocado en la divulgación de temas relacionados con el aprovechamiento del recurso solar, que este año cumple 34 ediciones. De igual manera, la ANES ha establecido vínculos de trabajo con la Secretaría de Energía, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de Energía.
El doctor Valdés, según expuso en la reunión mencionada, considera que el sector de generación de energía solar ha registrado un crecimiento importante desde sus inicios: “Anteriormente, la energía solar no era más que potencialidad y buenos deseos. Ahora, representa un mercado significativo a lo largo del mundo”. De esta certeza se desprende la ardua labor que llevan a cabo, como es el caso de su participación en grupos de regulación, con los cuales busca dar apoyo y certidumbre al mercado, a fin de asegurar equipos de la más alta calidad y técnicos bien capacitados.
En México, de acuerdo con el doctor Valdés, existen alrededor de 160 megawatts en capacidad de paneles solares instalados, lo que equivale a menos de 0.1 por ciento del total mundial instalado hasta 2014. En comparación con la capacidad de generación eléctrica en México, estos 160 megawatts equivalen a menos de 0.3 por ciento de la capacidad total de generación. En otras palabras, la generación de energía por medios fotovoltaicos es una tecnología que se considera aún en introducción.
Hasta 2013, el sector registró un crecimiento exponencial derivado de las regulaciones implementadas entre 2007 y 2012, a pesar de la falta de incentivos económicos y de financiamiento.
En opinión del Ingeniero Carlos Flores, vocero de la ANES y experto en el tema, durante 2007 se introdujeron cambios regulatorios, así como adecuaciones dentro del marco legislativo imperante, lo que promovió la interconexión de los sistemas fotovoltaicos. Indica, también, que entre 2008 y 2013 “se presentó un crecimiento acelerado de tipo exponencial, a pesar de que únicamente se dieron cambios regulatorios para que los usuarios pudieran inyectar energía a la red y utilizarla después, sin incentivos económicos o financieros directos”.
Ahora bien, la expectativa de mantener esta tasa de crecimiento para 2014 se vio limitada por la desaceleración económica, derivada, en parte, de las reformas implementadas a lo largo del año. “Los cambios en la Reforma Energética y el tiempo que ha tardado en implementarse tuvieron como consecuencia una desaceleración en la implantación e instalación de grandes proyectos fotovoltaicos en México. En 2014, el mercado permaneció en su conjunto de volumen prácticamente igual que en 2013”, indica el ingeniero Flores.
De acuerdo con información oficial reciente, se estima que las granjas solares existentes en la República Mexicana, que a 2013 contaban con 42 megawatts de capacidad, incrementaron sus instalaciones entre 17 y 22 megawatts para 2014.
Respecto de la generación distribuida (que se concibe como la generación de energía en el mismo sitio en el que se encuentra el usuario, la aplicación a pequeña y mediana escala en plantas solares que se instalan en establecimientos comerciales e industriales, por citar un par de ejemplos), las cifras registradas la presentan como un mercado muy pequeño en el país, principalmente porque la disponibilidad de financiamiento a largo plazo que los haría más viables prácticamente no existe.
La ANES responde a esto con proyectos que buscan enfocar su atención en la generación distribuida en este nuevo periodo, pues, de manera interesante, según explican sus miembros, el crecimiento de este mercado se está presentando entre los productores agropecuarios que cuentan con financiamiento proveniente de fondos perdidos otorgados por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), la cual, a través de diversos programas, otorga recursos con los que la inversión necesaria para la compra de los sistemas se reduce prácticamente en 50 por ciento. Este tipo de financiamientos ha detonado la instalación de sistemas fotovoltaicos en este sector.
De acuerdo con el ingeniero Flores, el mercado más dinámico, en la actualidad, es el residencial. Durante 2013, aproximadamente 4 mil residencias contaban con pequeñas instalaciones de 20 o 30 metros cuadrados, de pocos kilowatts. Igualmente, la Asociación estima que en 2014 entre 6 mil y 10 mil residencias se sumaron a las cuatro mil instalaciones, duplicando la presencia de este tipo de tecnología en el mercado. “De acuerdo con la tendencia actual, el crecimiento tendría que equivaler a 6 mil residencias; sin embargo, debido a la percepción de los asociados de la ANES sobre el dinamismo imperante presente en el mercado, se cree que la cantidad puede alcanzar las 10 mil residencias”, señala el ingeniero Flores.
En cuanto al alumbrado público, sector que requiere inversiones considerables para el reemplazo y puesta en marcha de sistemas, la aparición de luminarias solares autónomas o postes solares, compuestas por un colector que capta la radiación suficiente para alimentar las lámparas sin necesidad de conectarse a la red eléctrica general, está creciendo rápidamente. Instalaciones de este tipo pueden observarse en el Viaducto Elevado del Distrito Federal y continúan extendiendo su presencia en el país (véase Obra, Constructor Eléctrico, enero 2015), ya que resultan una solución económica que permite reducir el consumo de energía y los costos de instalación.
Si bien es cierto que la Reforma Energética inmovilizó los grandes proyectos, el mercado continúa por efecto de diversas acciones, como la reducción del precio de los paneles solares producto tanto del interés de los usuarios, como de pequeños estímulos. “Esto nos permite reflexionar que si hubiera un camino definido, se podría alcanzar un crecimiento mayor”, afirma Carlos Flores.
Pero la principal limitación en el mercado residencial es la carencia de financiamiento. De acuerdo con la ANES, si a los usuarios residenciales que pagan las tarifas más altas se les financiaran los sistemas a siete años, el ahorro en el consumo eléctrico pagaría el financiamiento. No se habla de subsidios o de estímulos directos, sino de mecanismos diferentes que favorecen el crecimiento en la industria; desafortunadamente, este financiamiento no ha llegado.
“Las condiciones se han presentado de tal manera que hemos estado en contacto con compañías, incluso extranjeras, que desean financiar al usuario residencial. Lo que falta es que se definan las reglas de operación de la parte comercial de Comisión Federal de Electricidad (CFE). La CFE, en su nueva estructura, cuenta con una parte comercial desligada de la parte de generación y transmisión; cuenta con su propia dinámica, con sus propios objetivos de rentabilidad y con sus reglas de operación. Una vez establecidas dichas reglas de operación, vamos a ver presentes instituciones financieras locales y extranjeras que han tenido experiencia con estos procesos fuera de nuestro país”, declara el ingeniero Flores.
A gran escala, las cosas se han detenido. Por ejemplo, la CRE ha otorgado permisos para el desarrollo de proyectos por más de 1 mil 700 megawatts; sin embargo, menos de 60 megawatts se han aterrizado en operación.
En opinión de los representantes de la ANES, las reglas específicas de la Reforma Energética son un factor ausente y es necesario tener muy claro qué es lo que va a suceder, ya que los proyectos involucrados con esta industria, en muchos casos, reflejan su rentabilidad a largo plazo.
“Tenemos una gran oportunidad con la energía solar y se debe enfatizar qué nos hace falta. Lo principal es tener claridad del camino por seguir”: Carlos Flores
Efectos del estancamiento
Como consecuencia de la desaceleración que ha estado presente en México en los últimos dos años, el país perdió el liderazgo que había ostentado por muchos años en las instalaciones fotovoltaicas en Latinoamérica. Actualmente, Chile es el mayor productor en la región y su crecimiento se vio íntimamente ligado a decisiones vinculadas con los aspectos legislativos y regulatorios en la instalación de sistemas solares. El país andino ha instalado más de 350 megawatts, es decir, el doble de instalaciones que en México.
Para la ANES, el mercado de equipos solares fotovoltaicos es una ventana de oportunidad que debe explotarse siguiendo siempre un camino definido. “Tenemos una gran oportunidad con la energía solar y se debe enfatizar qué nos hace falta. Lo principal es tener claridad del camino que queremos seguir. En gran parte, creemos que las cosas se dirigirán hacia las renovables”, detalla Carlos Flores.
A pesar de que las renovables se muestran como el camino por seguir, algunas decisiones gubernamentales han deteriorado un rumbo que parece claro. “En 2013, la autoridad aduanera decidió cambiar el criterio para calificar los paneles solares, con lo cual ahora se consideran generadores de corriente directa, un criterio basado en un tecnicismo que consideramos erróneo. Esto ocurrió con el único proyecto que se puso en operación en 2014, para el que se estaban importando paneles solares para instalarlos. De pronto, los inversionistas vieron un incremento de 15 por ciento en el costo de sus paneles solares. Este tipo de cambios abruptos pueden echar para atrás un proyecto y desconcierta a los inversionistas”, advierte el ingeniero Flores.
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