La respuesta está en la fotovoltaica
Hasta hace unas décadas, el futuro energético y económico de los mexicanos era impensable sin reparar en los combustibles fósiles. Hoy, como resultado de la orquestación de la Reforma Energética, la historia ha cambiado y México experimenta un boom en el sector de las energías renovables, con la tecnología solar a la cabeza
Por Ricardo Donato, con información de Asolmex
El “pueblo del sol” es la frase con la que el arquéologo mexicano Alfonso Caso bautizó al conjunto de culturas prehispánicas que en el pasado habitaron México, en virtud de su culto y relación cosmogónica con el astro rey. Hoy, más de cinco siglos después, la expresión podría retomar su vigencia, aunque en esta ocasión debido al auge y aprovechamiento sin precedentes de la tecnología solar en el sector energético nacional.
Según la Asociación Mexicana de Energía Solar Fotovoltaíca (Asolmex), más del 80 por ciento del territorio mexicano cuenta con condiciones propicias para la generación de energía a partir del sol, algo que no pueden presumir muchas naciones del mundo. Sin embargo, una cosa es tener el recurso y otra muy distinta contar con el saber y la tecnología para explotarlo, una tarea que apenas ha comenzado a realizarse. Todo inició en 2012, cuando el Gobierno, a través de la Secretaría de Energía (Sener), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE) estableció una meta de generación de electricidad a partir de fuentes limpias, equivalente al 35 por ciento para 2024.
Pero el verdadero impulso se dio a partir de la implementación de la Reforma Energética, por lo que este objetivo podría lograrse mucho antes. Según datos de Asolmex, actualmente el 20.34 por ciento de la energía eléctrica del país es generada mediante fuentes limpias, mientras que para 2018 esta cifra representará el 25. No obstante, menos del 1 por ciento proviene de la fuente solar.
Como señala Héctor Olea, presidente de Asolmex y de Gauss Energía, “la Reforma ha beneficiado a las energías renovables, fundamentalmente a través del primer producto que deriva, es decir, los procesos de subasta, los cuales han sido muy exitosos y detonado una gran cantidad de proyectos muy competitivos, sobre todo solares”.
De acuerdo con Iniciativa Solar, un estudio elaborado por Asolmex, en conjunto con Price Waterhouse Coppers, la irradiación solar del país es de 6,36 kWh/m² por día, lo que le otorga el potencial de alojar más de mil 800 gw de capacidad en zonas con factores de planta mayores a 20 por ciento, es decir, 28 veces la capacidad total instalada por el Sistema Eléctrico Nacional (SEN). Sonora, Coahuila, Chihuahua y Durango son los estados más beneficiados por la irradiación del sol.
Pero el recurso (y las oportunidades) no sólo se limita a entidades o regiones específicas, sino que está ampliamente distribuido a lo largo de la geografía mexicana. Esta circunstancia le otorga una ventaja competitiva a la tecnología solar con respecto a las demás renovables, debido a que una planta fotovoltaica puede ubicarse cerca de puntos de consumo, lo que evita costos de interconexión y pérdidas por transferencia.
Por estas razones, en los últimos cinco años, la fotovoltaica se ha vuelto sumamente competitiva, a tal grado que, en la actualidad, “el costo de instalar un sistema fotovoltaico se ha reducido hasta 75 por ciento, sin necesidad de subsidios”, asegura Olea.
Las subastas y la fotovoltaica
Uno de los mecanismos de la Reforma Energética que más ha contribuido para que la energía solar se consolide como la opción más competitiva del mercado eléctrico mexicano han sido las subastas a largo plazo. En efecto, entre la primera y la segunda licitación de 2016, se presentó un abaratamiento sustancial de esta tecnología.
“En ausencia de la Reforma Energética, México estaba avanzando de forma lenta. Los primeros parques se instalaron en 2013 y el avance era muy limitado. A partir de la detonación de las reglas de Generación Distribuida y de las subastas, se estima que para principios de la próxima década las fuentes solares generarán 6 por ciento de la capacidad total del sistema eléctrico nacional. Venimos de cero y en los próximos 5 años vamos a lograr este porcentaje. La cifra, incluso, probablemente sea mayor, lo cual es una excelente noticia”, indica Olea.
De acuerdo con la Asolmex, la reducción en los costos ha sido de 73 por ciento. Este abaratamiento responde a la realización de las dos primeras subastas, cuyo objetivo era impulsar y consolidar proyectos a partir de fuentes renovables. Asimismo, la competitividad de esta tecnología mejoró 42 por ciento, ya que entre una y otra, el precio promedio pasó de 44.9 a 31.7 dólares el MWh. “Mediante estos procesos, más los que vengan, como la tercera subasta anunciada para este año, el sector solar se coloca a la vanguardia en el desarrollo de proyectos de generación eléctrica”, subraya el presidente de la Asociación.
En la primera ronda, 74 por ciento de la energía fue adjudicada al sector fotovoltaico, con 12 proyectos que, en conjunto, representan una inversión de dos mil millones de dólares para desarrollar mil 500 mw. Esta cifra, además, tendrá un efecto importante en la reducción de gases de efecto invernadero, estimado en dos millones de toneladas de dióxido de carbono anuales. A su vez, el impacto potencial en el PIB nacional se estima en 12 mil millones de pesos.
Posteriormente, en la segunda tanda, se asignaron 16 proyectos fotovoltaicos, con una capacidad de mil 823 MW, lo que representó 54 por ciento del total de la energía subastada. Lo anterior “confirmó a la fotovoltaica como la opción más barata en el portafolio de generación de la CFE, incluso por debajo de la energía convencional”, afirma Israel Hurtado, secretario general de la Asolmex.
En total, fueron asignados 28 proyectos –que entrarán en operación comercial entre 2018 y 2019–, con una capacidad de tres mil 619 mw, lo que constituye una inversión superior a los cinco mil millones de dólares. Aunado a esto, se proyecta la creación de más de 12 mil 500 empleos, que corresponden al volumen de negocio generado, el incremento de la producción y al suministro de bienes y servicios para la actividad fotovoltaica.
Con ello, el sector pasará de un “porcentaje de participación nulo en el total de la generación limpia, a 6 por ciento en 2018, y a 13 por ciento en 2019, aunque por el desarrollo que ha tenido en los recientes meses pronosticamos que la participación será todavía mayor”, destaca Hurtado.
De acuerdo con la CRE, como resultado directo de las subastas, 15 estados de la República Mexicana se beneficiarán con inversiones de hasta seis mil 600 millones de dólares, gracias a la participación de 34 empresas provenientes de más de diez países. Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, San Luis Potosí, Guanajuato, Jalisco, Morelos y Yucatán son algunas de las entidades con iniciativas solares en las que participan alrededor de 172 empresas que ya invierten y crean empleos en el país; 84 de ellas son proveedores de servicios y 88 de tecnologías.
Luego, en diciembre de 2016, la CRE estimó que para 2030 existirá una capacidad instalada de sistemas solares fotovoltaicos equivalente a seis mil 905 mw, si bien el notable desarrollo del sector permite proyectar que dicha meta podría cumplirse antes, en 2025.
De la gran a la pequeña escala
Con la desmonopolización y democratización de la industria energética, el usuario tiene la posibilidad de elegir distintas alternativas de suministro. En la actualidad, el recurso solar tiene dos grandes mercados diferenciados. El primero es la instalación de centrales fotovoltaicas de gran escala sobre terrenos de gran extensión, que van de los 30 MW a los 500 MW. El segundo es el de la generación distribuida, es decir, todo tipo de proyectos instalados donde exista carga eléctrica.
En cuanto a las iniciativas a gran escala “existe un esquema de subastas federales y las empresas que participan son extranjeras que van de la mano de fabricantes. La proyección para 2018 es mayor que en todos los años en conjunto previos, desde que nació la interconexión en 2009. La gran escala está a punto de experimentar un boom”, afirma por su parte Yusef Kanchi, director comercial de DM Solar.
Pero el segmento que ya lo vive es el de la generación distribuida. Recientemente, la Sener presentó el programa “Simplificación Administrativa y Beneficios con Paneles Solares”, cuyo objetivo es reforzar la generación y con el cual entraron en marcha nuevos lineamientos técnicos y administrativos para mejorar la interconexión a las plantas eléctricas de la red de distribución.
Aunque los paneles solares representan apenas el 1 por ciento de la capacidad total de generación, la Asolmex asegura que mediante éstos pueden lograrse ahorros por mil 500 millones de pesos anuales, además de evitar el uso de 680 millones de litros de agua y la emisión de 1.3 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Como apunta Héctor Olea, en el pasado, la CFE era el único suministrador, por lo que había que aceptar sus condiciones de precio, calidad y servicio. Lo que ha cambiado es que ahora el usuario puede tomar control del suministro y tener distintas alternativas. Una de ellas es contar con esquemas de generación distribuida in situ y determinar si le conviene más consumir localmente o de la red.
“Pueden ser proyectos grandes o pequeños, pero siempre están vinculados al consumo in situ y no remoto, como en las plantas solares. Éstos son los dos grandes modelos de negocio y ambos han sido favorecidos por las reglas impuestas por la Reforma. Para instrumentar estas opciones, son necesarias reglas de convivencia entre una fuente y otra. Esa regulación ya está en marcha y es impulsada por la CRE y la Secretaría de Energía”, puntualiza Olea.
En efecto, el principal desafío son las reglas de convivencia porque, al estar conectado a la red, se tiene acceso al suministro de CFE. Por ello, la CRE emitió nuevos reglamentos para regular la venta de electricidad en sistemas de generación distribuida mediante la instalación de paneles solares en techos, con lo que dotó de un nuevo marco jurídico al aprovechamiento de las plataformas fotovoltaicas en localidades urbanas.
“Esperábamos que las regulaciones de la Reforma Energética se aplicaran desde el año pasado, pero no fue sino hasta marzo de 2017 que fueron publicadas en el Diario Oficial de la Federación. Esto nos dio un mercado abierto para que los particulares puedan vender sus excedentes”, agrega Kanchi.
A pesar del retraso, estos lineamientos representan un cambio radical para el sector, ya que benefician a los usuarios residenciales y comerciales, particularmente, pero también a las grandes industrias, al permitirles vender a la red eléctrica de la CFE sus excedentes de energía (producto de los paneles solares).
El secretario general de Asolmex, Israel Hurtado, añade que con esta medida se fortaleció el esquema de Medición Neta. Anteriormente, si los usuarios que tenían paneles solares instalados en sus casas, comercios o industrias generaban excedentes de energía, éstos simplemente se perdían. “Ahora, con las nuevas reglas, los usuarios que produzcan más electricidad de la que consumen luego de 12 meses de generación, podrán vender a la CFE sus excedentes y generar un pago por la energía que inyectaron a la red eléctrica, aunque todavía pequeño, de momento”, explica Hurtado.
De acuerdo con la CRE y la Sener, los nuevos reglamentos elevan las proyecciones de crecimiento de esta actividad, que pasará de 22 mil usuarios productores de electricidad mediante paneles solares, hasta 155 mil en los próximos cuatro años. “Esto es un negocio rentable, sin mencionar el incentivo fiscal para deducir cualquier inversión en energía renovable. Para este año esperamos un crecimiento mínimo 250 por ciento en mediana escala”, destaca por su parte Kanchi.
Tanto la CRE como la Sener estiman que la cobertura de generación distribuida, que actualmente es de 151 mw, alcance para 2022 una inversión de 50 mil millones que, sumados a la generación de gran escala, lograrían una capacidad total de seis mil mw. Estas cifras se traducen en una inversión de 150 mil millones de pesos y más de 24 mil nuevos empleos generados de forma directa, indirecta e inducida.
¿Y el sector electromecánico?
Dada la fuerza con la que está despuntando la tecnología solar en México, las oportunidades de crecimiento y desarrollo económicos son únicas. Como señalan los especialistas, prácticamente se está creando una nueva industria, lo cual irá en provecho de todos los sectores industriales. Uno de los más beneficiados, por supuesto, será el electromecánico.
“Hay muchas oportunidades, estamos hablando de inversiones de miles de millones de dólares, lo que producirá una derrama regional bastante armónica para el país. Los constructores eléctricos verán un mercado muy pujante en materia solar, tanto en grandes proyectos como en generación distribuida. Es un momento histórico y eso representa oportunidades para contratistas e instaladores, que quieren especializarse en un sector en el que se ve una perspectiva favorable”, indica Héctor Olea.
Anteriormente, refiere el presidente de Asolmex, toda la cadena de valor estaba limitada debido a que no existía certeza para el desarrollo de proyectos en el mediano y largo plazo. Una problemática que ha venido a remediar la Reforma Energética, la cual ha brindado la certidumbre de que al menos cada año habrá una subasta para detonar proyectos en el segmento de la generación distribuida.
Los nichos de negocio, en este sentido, son amplios y variados. “Cualquier industria en crecimiento genera empleos como parte de un proceso natural. Lo vemos en la logística y el transporte, en las renovables y en la construcción, pues muchos de los parques requieren obra civil; y también beneficia a los analistas de eficiencia energética porque algo muy demandado por las industrias es saber cuánto puedo ahorrar, cómo y cuánto me va a costar”, añade a su vez Yusef Kanchi.
En la actualidad, informa el presidente de Gauss Energía, el 95 por ciento de los proyectos solares van interconectados a la red general de distribución nacional. Esto significa que las empresas deberán modernizar su infraestructura eléctrica y revisar sus cableados para actualizarse, en caso de incursionar en la tecnología solar.
Por ejemplo, para las obras de gran escala se contrata a gente con experiencia en instalaciones eléctricas, para encargase de la parte de la conexión. Lo anterior debido a que por arriba de los 50 KW se requiere un transformador de media tensión, líneas de distribución y adecuaciones.
Por estas razones, los constructores e instaladores electromecánicos deberán capacitarse continuamente. Las renovables, argumenta Kanchi, son un mercado en permanente innovación y que renueva su tecnología cada año. Por ello, la capacitación continua es la base para mantenerse al día en cuanto a las tendencias de la industria.
Perspectivas
El boom de la energía solar fotovoltaica en México es comparable al desarrollo que ha tenido la informática durante las últimas cuatro décadas a nivel global. Y aunque aún existe cierta incertidumbre acerca de cómo se irá desarrollando, lo cierto es que no hay motivo alguno para frenar su progreso y expansión.
“Si atraes inversiones de seis mil seiscientos millones de dólares, más lo que se acumule en la tercera subasta, se está detonando el desarrollo del país, se están creando empleos, inversiones y políticas públicas que no tienen marcha atrás, en el sentido de que se está haciendo lo que es necesario hacer”, enfatiza el presidente de la Asolmex.
Olea sostiene que la Asociación juega un papel decisivo a la hora de reunir a todos los intereses, no solamente de inversionistas y desarrolladores, sino también de proveedores de equipos, instaladores, contratistas, etcétera. Señala que parte del éxito de la Reforma Energética radica en la consulta y coordinación de las dependencias gubernamentales con las organizaciones como las que él preside.
“Somos una asociación nueva, estamos cumpliendo tres años y contamos con más de 90 miembros sumamente comprometidos para dar un servicio con valor agregado. Trabajamos con las autoridades para que el aterrizaje de las iniciativas derivadas de la Reforma sea congruente con los modelos de negocio, se eleven las reglas de convivencia y se detonen más proyectos”, remarca Olea.
Hoy en día, el mercado eléctrico nacional vive una transformación sin parangón gracias a la llegada y expansión de fuentes limpias. CFE ya no es el único proveedor, ya que existe una amplia variedad de clientes, inversionistas y desarrolladores, es decir, todo un ecosistema competitivo que aumenta la calidad y prestación de servicios. La tarea en los próximos años será promover y llevar al mayor número de mexicanos los grandes beneficios económicos, monetarios y ecológicos de las tecnologías solares. Pero el paso más difícil, la apertura y viraje del sector energético hacia esta nueva forma de generación ya se ha dado. Enhorabuena.