Cambio de enfoque para combatir incendios
En caso de siniestro, las pérdidas materiales y de vidas humanas podrían prevenirse siempre que las autoridades, empresas y personas se apeguen a las normativas actuales. México ha avanzado en este tema, aunque todavía faltan tareas por cumplir para lograr una mayor seguridad en los sectores eléctricos y de construcción
Por Sofía Ruiz
El 14 de junio de 2017, la Torre Grenfell, en Londres, fue consumida por el fuego. Se presume que la causa fue un desperfecto en un refrigerador, situado en uno de los 129 departamentos que conformaban el inmueble de 23 niveles, y en donde 80 personas fallecieron durante el incendio.
Con tragedias como esta, la atención mundial se enfoca en las cuestiones que rodean a la protección contra este tipo de siniestros. “En ocasiones aprendemos algo nuevo o que puede contribuir para realizar un cambio en una norma NFPA. No obstante, es más frecuente que la causa del incendio, el desempeño del edificio y las pérdidas humanas sean resultado de factores que son bien conocidos y evitables”, afirma Donald P. Bliss, vicepresidente de Operaciones en Campo para la National Fire Protection Association (NFPA), en información disponible en el sitio web de esta organización.
Agrega que son pocos los países que reúnen información detallada sobre sus incendios, mientras que otros que sí lo hacen, en cambio, no la dan a conocer. Sin datos precisos no se puede justificar la urgencia de poner en marcha tareas de prevención, educación pública y aplicación de normas y códigos que garanticen la seguridad o ayuden a enfrentar los desastres, sobre todo en naciones en desarrollo, en las que la urbanización resulta en el aumento de la densidad de población, viviendas precarias y la construcción de edificios de gran altura que no toman en cuenta la regulación vigente.
En este contexto, el presidente del Capítulo México de la NFPA, Eduardo Eguiluz Navarro, habla en entrevista con Constructor Eléctrico acerca de los desafíos que enfrenta el sector inmobiliario en el país y la labor que se está haciendo para reglamentar los sistemas de detección de incendios, cuyas causas, en muchos casos, son el resultado de las fallas en instalaciones eléctricas.
Constructor Eléctrico (CE): ¿Cuáles serían los aspectos básicos en materia de seguridad en la edificación?
Eduardo Eguiluz Navarro (EEN): Es importante entender que hay dos ramas, seguridad física/humana y patrimonial. La primera es todo lo que atañe a las personas que habitan el edificio o que están dentro del mismo en distintos eventos. La segunda está enfocada a la protección en sí del inmueble; en ella, la seguridad pasiva abarca la parte estructural, de acabados y de electrónica, así como a lograr que no se propague el incendio o, en caso de emergencia, se tengan las rutas de escape como los anchos de los pasillos, escaleras de emergencia y de circulación normal. En la parte activa se integran los sistemas contra incendio, cisternas, tuberías o derivaciones con rociadores automáticos. La detección de incendio viene desde lo más simple, que son las estaciones manuales, detectores de fuego, de temperatura fija, gradiente de temperatura o fotoeléctricos. Sin embargo, la industria ha sido muy conservadora y hay lugares en los que se sigue utilizando tecnología de hace 30 años cuando, lo que se busca es combinar principios de operación de fenómenos físicos que son modificados por el incendio. Y, en caso de que éste se presente, se debe establecer qué se va a hacer, cómo se va a detectar y a dónde se van a conducir a las personas para evacuarlas y salvar vidas.
CE: ¿A qué panorama nos enfrentamos en México?
EEN: Dada la enorme cantidad de inversión extranjera, varias industrias han adoptado las normas estadounidenses, como la NFPA 70. En la mayoría de los edificios triple A, que son los de gran altura, se ocupan del cumplimiento de la normativa con la instalación de sistemas de detección de incendio y rociadores automáticos. Antes, los inmuebles se proyectaban completos y se hacía una previsión para las áreas habitables; ahora el desarrollador inmobiliario básicamente separa el proyecto en dos partes; la primera es Core and Shell, que incluye elevadores, espacios del área común del piso, sistemas de detección de incendio, rociadores, instalaciones eléctricas y aire acondicionado, entre otros. La segunda se da cuando llegan los inquilinos y que, en ocasiones, no se logra homologar el interior con el criterio en el edificio.
CE: ¿Cuáles son los sectores más vulnerables?
EEN: En la parte arquitectónica y estructural están los materiales; por ejemplo, los muros construidos bajo lineamientos normativos, a fin de confinar espacios que eviten el paso del fuego de un lado a otro. La vulnerabilidad implica la protección inicial al edificio, hacer un estudio, tener un balance en lo que se invierte y se exige a cambio. Los sistemas no son excluyentes uno del otro, pues el origen de los incendios está asociado, en muchos de los casos, a fallas en las instalaciones eléctricas. En México, apenas se está utilizando la edición 2012 del código NFPA 70, cuando internacionalmente emplean la 2017. El desfase se debe a la barrera idiomática.
CE: ¿Cuáles serían las acciones a seguir?
EEN: En la NFPA buscamos integrar la normativa y el reglamento en un solo documento. Para ello, estamos trabajando con la Asociación Mexicana de Rociadores Automáticos Contra Incendios, la Secretaría de Protección Civil, la Asociación Mexicana del Edificio Inteligente y Sustentable, los Colegios de Arquitectos e Ingenieros y el gremio, en general. Además de esta revisión de normas, trabajamos en la creación de una NOM que reglamente los sistemas de detección de incendios para lograr la homologación. Esto con el fin de que las autoridades se capaciten, al igual que las personas que diseñan y proyectan tengan cierta calificación; que lo proyectos cumplan con la normativa internacional, local, municipal y federal, para que las cosas se hagan mejor cada vez.
CE: ¿Qué otros aspectos habría que reforzar?
EEN: Principalmente, la educación y la capacitación. Las compañías multinacionales empezaron con esto, ya que cuando se instalaron en México, contrataron personal nacional que recibió entrenamiento en el extranjero de especialistas a nivel mundial. Sin embargo, a partir del 2000, la legislación laboral cambió; ahora las multinacionales tienen una plantilla menor de personal propio y el resto es subcontratado, por lo que la capacitación ha venido en decremento. La responsabilidad es cubrir el espacio que dejaron las grandes empresas y educar a los ingenieros, técnicos e instaladores.