La misión de las Unidades de Verificación de Instalaciones Eléctricas
Por Irayda Rodríguez
Revisar una instalación eléctrica, para autentificar que es segura antes de su puesta en marcha, es un requisito que garantiza la integridad de los bienes materiales y de las personas que hacen uso de un determinado inmueble. Detectar anomalías y prevenir siniestros, en la medida de lo posible, es algo que puede lograrse gracias a las revisiones realizadas por las Unidades de Verificación de Instalaciones Eléctricas (UVIE) acreditadas.
Eloy Fabián Muñoz Monter, director de IMEYEL Soluciones Integrales S.A. de C.V., Unidad de Verificación UVSEIE 386-A en materia de instalaciones eléctricas, explica que en los antecedentes para la creación de las UVIE, durante la década de 1980 la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (Secofi) era la responsable de revisar los proyectos eléctricos de todas las obras que se estaban cimentando en el país. Área de la que llegó a estar a cargo el ingeniero Héctor Sánchez Ceballos.
A raíz del terremoto registrado en 1985, surgieron cambios en la legislación en materia de construcción en la Ciudad de México. Prácticamente una década más tarde, durante el periodo presidencial de Carlos Salinas de Gortari, se realizó una propuesta para desarrollar un esquema similar al que empleaban los inspectores de instalaciones eléctricas en Estados Unidos, pues la apertura generada por el Tratado de Libre Comercio creaba la posibilidad de que vinieran inspectores extranjeros a validar los proyectos eléctricos.
“Fue así que la otrora Secretaría de Energía y Minas Paraestatales (SEMIP) junto con el Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas (CIME) comenzaron a cristalizar el sistema de las Unidades Verificadoras. El Instituto Politécnico Nacional también intervino inicialmente en esta estrategia, mediante la capacitación y evaluación de los ingenieros que participaron. Previamente a todo este proceso, y en paralelo, ya habían comenzado a trabajar la SEMIP, el CIME, el IPN y otras instituciones como la AMERIC, la AIUME y ANCE, entre otras, en la creación de una nueva norma oficial mexicana de instalaciones eléctricas. Esta nueva norma fue básicamente una tropicalización para México del National Electrical Code (NEC) establecido por la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego (NFPA, por sus siglas en inglés), que es el punto de referencia de seguridad para el diseño, instalación e inspección de las instalaciones eléctricas en los Estados Unidos de América”, agrega.
Un compromiso con la seguridad
Ya sean personas físicas o morales con las facultades para efectuar las revisiones, el objetivo de estas entidades es el cumplimiento de las Normas Oficiales Mexicanas, como la “NOM-001-SEDE-2012 para Instalaciones Eléctricas (Utilización)”, o el caso específico que aplique, como en la “NOM-007-ENER-2014 Eficiencia Energética en Sistemas de Alumbrado en Edificios no Residenciales” y la “NOM-013-ENER-2013, Eficiencia energética para Sistemas de Alumbrado en Vialidades”. Como asegura el ingeniero Muñoz Monter, las principales razones para obtener un dictamen de verificación de la instalación eléctrica bajo la NOM-001-SEDE-2012 son para:
- La contratación de energía ante una compañía suministradora
- Para las revisiones de Protección Civil en los inmuebles
- Porque las empresas con sistemas de gestión de calidad requieren una constancia de seguridad para certificaciones de ISO
- Simplemente para sus procesos de operación o mantenimiento.
Por ello, explica Óscar García Carrillo, subgerente Técnico de la Unidad de Verificación UVSEIE 386-A “la misión de las UVIE es evaluar la conformidad de las instalaciones con base en las NOM”. Una vez obtenido el dictamen aprobatorio, los clientes pueden presentarlo ante cualquiera de los cuatro casos antes mencionados, fungiendo como constancia de que sus instalaciones son seguras para operar. “Las Unidades de Verificación están basadas en lo establecido en la Ley Federal sobre Metrología y Normalización y su actuar está acotado en la Ley de la Industria Eléctrica, así como en sus Reglamentos”, comenta.
Los criterios para llevar a cabo la inspección evalúan, entre otras cosas, que se hayan realizado las instalaciones con mano de obra competente, bajo requerimientos necesarios o estándares de seguridad, que se empleen los materiales certificados, con base en normas mexicanas o, a falta de éstas, bajo especificaciones internacionales; con equipos de uso general o para áreas peligrosas, así como con equipos especiales o relacionados con fuentes de energía renovables. Todo ello, ya sea para uso comercial, de oficinas o industrial. A nivel residencial, los dictámenes están reservados para las áreas comunes de un inmueble tipo condominio. El proceso de verificación inicia con la solicitud del servicio, se presenta la cotización correspondiente con base en la carga total instalada y la superficie total construida, para establecer el contrato comercial entre la UVIE y el cliente. Lo ideal es que la revisión se inicie antes de que se pongan en marcha los trabajos de construcción para, primero, aprobar los planos y, luego, dar paso a la verificación de la instalación eléctrica en campo, cuyo número de visitas se determina por el tamaño y complejidad de la obra, ya sea de más o menos de 100 kW. Finalmente, se determina el cumplimiento de la instalación con los requerimientos de la norma, mediante la emisión del dictamen y, legalmente, la verificación termina cuando ésta se reporta ante la Secretaría de Energía (Sener) de manera trimestral.
El ingeniero García Carrillo añade que estas condiciones son las ideales, pero no siempre es el panorama al que se enfrentan las UVIE, lo cual va abriendo posibilidades a que haya usuarios o clientes que busquen Unidades de Verificación que emitan dictámenes bajo irregularidades o de forma laxa, con la finalidad de ahorrarse tiempo, lo cual a futuro puede representar un riesgo mayúsculo de seguridad. “Puede ser que durante años no ocurra algún incidente, pero el día que llegue a suceder será principalmente un riesgo para la vida de quien hace uso de esa instalación y para la inversión económica que representó la obra. Estar ciertos de que el sistema eléctrico cumple con los requisitos mínimos de seguridad es muy importante, por eso es necesario que se les exija a las UVIE que hagan su trabajo como debe de ser, dentro del gremio pugnamos por ello.”
Por otro lado, hay verificadores que mantienen su gestión documental perfecta e inmaculada, pero con una operación deficiente, creyendo que están operando bien. La experiencia nos ha enseñado que es probable que así sea, porque se requiere mucho orden, disciplina, seguimiento, acciones correctivas y recursos para evitar diferencias entre lo revisado, lo registrado y lo reportado. Debe quedar claro que la NOM no es no es un manual de diseño para una instalación eléctrica, sólo define criterios mínimos necesarios de seguridad; no tiene que ver con otros atributos de la instalación como la funcionalidad del diseño, su costo de construcción o de operación o de mantenimiento, así como el nivel de la calidad de los materiales y equipos certificados usados, entre otros. Todo eso lo define la experiencia y estilo del ingeniero o despacho encargado del diseño del proyecto.
Desempeño en un ambiente donde la confianza no excluye el control
Uno de los puntos más importantes para que una Unidad de Verificación sea aprobada por la Sener es que sea imparcial y que su trabajo de verificación, al estar constituida como una empresa, no esté relacionado interna y directamente con las áreas de diseño y construcción. Por su parte, la Unidad de Verificación cuenta con un sistema de calidad para organismos de inspección, vinculado con normas mexicanas de gestión de la calidad basadas, a su vez, en estándares ISO. Para llegar a ser los responsables de emitir los dictámenes de verificación ante la Sener, los ingenieros deben someterse a exámenes técnicos y legales donde se evalúan sus conocimientos.
“De igual forma, se han dado casos en los que se ha empleado documentación falsa, por ello, desde 2012, se utiliza el Sistema Electrónico de Dictámenes de Verificación (Sediver), que registra y corrobora la información recabada, respaldando la emisión de los dictámenes de verificación. Aunado a esto, la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA) realiza vigilancias documentales a las UVIE cada año y vigilancia de campo cada cuatro años para comprobar que el trabajo se hace conforme a lo establecido, mientras que la Sener audita de manera aleatoria, una o dos veces al año, dependiendo del número y características de los servicios que atiende cada unidad”, explica García Carrillo.
A raíz de la Reforma Energética, como señala el ingeniero Muñoz Monter, las condiciones para el sector eléctrico están en transición y, con ello, el campo de las UVIE. “Por ejemplo, se proyecta que cuando éstas sean supervisadas por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), las condiciones para laborar sean más estrictas, incluso bajo un esquema exclusivo para las personas morales como Unidades de Verificación.”