Generación Centralizada y Generación Distribuida en busca de equilibrio
México posee un gran potencial en materia de generación por fuentes renovables, lo que abre la puerta en la industria para la Generación Distribuida. Esta opción simboliza un gran cambio de cara a la Generación Centralizada. A pesar de que queda camino para que la Generación Distribuida se establezca como una competencia real, los incentivos para su desarrollo podrían ser el derrotero correcto
Por Irayda Rodríguez
Desde hace décadas, en la industria se ha trabajado en el desarrollo de alternativas para el suministro energético eficiente, y una de ellas es la generación de electricidad en el sitio donde va a ser utilizada. Es decir, generación in-situ, también conocida como Generación Distribuida (GD), más allá del esquema en el que la energía debe viajar por kilómetros desde la central a prácticamente cualquier punto distante, lo cual implicaría menores pérdidas técnicas en el proceso. En este sentido, la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee) la define como la generación o el almacenamiento de energía eléctrica a pequeña escala, lo más cercano al centro de carga, con la opción de interactuar (comprar o vender) con la red eléctrica y, en algunos casos, considerando la máxima eficiencia energética, por ello este modelo representa un cambio en el paradigma de frente a la generación centralizada.
A su vez, para garantizar el suministro en el sitio, los proyectos de GD están conectados a la red eléctrica nacional, y como establece la Conuee, los aspectos técnicos que deben considerarse para lograrlo son: relevadores de protección, conexión del transformador, sistema de puesta a tierra, coordinación de protecciones y regulación de la tensión de la compañía, equipos de calidad de servicio, conformidad con normas de los convertidores de potencia, monitoreo y control remoto del grupo, mantenimiento preventivo y correctivo periódico, así como un sistema de comunicación entre el operador privado y el controlador de la red de distribución. Mientras que la tecnología seleccionada responde a los requerimientos del usuario, entre cuyas aplicaciones se encuentran las siguientes:
Carga base: se utiliza para generar energía eléctrica en forma continua, opera en paralelo con la red de distribución, puede tomar o vender parte de la energía y usa la red para respaldo y mantenimiento
Carga en punta: se utiliza para suministrar la energía eléctrica en periodos punta, con lo que disminuye la demanda máxima del consumidor, ya que el costo de la energía en éste periodo es el más alto
Generación aislada o remota: se usa el arreglo para generar energía eléctrica en el modo de autoabastecimiento, debido a que no es viable a partir de la red eléctrica (sistema aislado o falta de capacidad del suministrador)
Soporte a la red de distribución: a veces, en forma eventual o bien periódicamente, la empresa eléctrica requiere reforzar su red eléctrica instalando pequeñas plantas, incluida la subestación de potencia, debido a altas demandas en diversas épocas del año, o por fallas en la red
Almacenamiento de energía: se puede tomar en consideración esta alternativa cuando es viable el costo de la tecnología por emplear; las interrupciones son frecuentes o se cuenta con fuentes de energía renovables
En este tenor, la calidad de la energía es uno de los mayores beneficios que ofrecen los proyectos de generación distribuida, en comparación con la centralizada, así como una mayor certeza ante las subidas y bajadas de precios, sumado a los siguientes:
Beneficios para el usuario
- Incremento en la confiabilidad
- Reducción del número de interrupciones
- Uso eficiente de la energía
- Uso de energías renovables
- Facilidad de adaptación a las condiciones del sitio
- Disminución de emisiones contaminantes
Beneficios para el suministrador
- Reducción de pérdidas en transmisión y distribución
- Abasto en zonas remotas
- Libera capacidad del sistema
- Proporciona mayor control de energía reactiva
- Mayor regulación de tensión
- Disminución de inversión
- Menor saturación
- Descenso del índice de fallas
Conforme a la información proporcionada por SolarCity ILIOSS México, compañía proveedora de energía solar, la generación distribuida ofrece dos modelos básicos de negocio: el primero de ellos es la venta e instalación de sistemas para los consumidores, y el segundo es la venta de energía a los consumidores con sistemas instalados, siendo un modelo con mayor potencial por no cargarle al cliente la inversión inicial. En el primera, el consumidor invierte en un sistema para disminuir el saldo de su recibo de luz y la medición neta (concepto que se refiere a la compensación de energía tomada de la red mediante energía generada por el sistema de GD e inyectada a la red de conformidad con los contratos), esto es un esquema que permite estimar el ahorro. Por su parte, en el segundo modelo, la medición neta permite calcular la amortización de la inversión y vender al consumidor la energía en su totalidad, sin embargo en esta opción no es posible financiar sistemas de GD.
El papel de las renovables en la Generación Distribuida
Las energías renovables juegan un papel importante en el desarrollo de arreglos para Generación Distribuida, siendo la cogeneración, la energía solar fotovoltaica y eólica tres de las más recurrentes para ello. De acuerdo con cifras dadas a conocer por la Secretaría de Energía, la capacidad instalada para la generación de electricidad mediante energías renovables en México, durante 2015, fue de 17 mil 140.48 MW, es decir 1 de cada 4 MW instalados a nivel nacional. Por su parte, la capacidad instalada para la generación eléctrica mediante otras energías limpias, como la nuclear, cogeneración eficiente, entre otras, totalizaron 2 mil 125.16 MW o 3.12% del total nacional. También, en 2015 entraron en operación poco más de 768 MW en centrales eólicas, y la capacidad instalada para energía fotovoltaica se incrementó en 49% debido a la puesta en marcha de más de 56 MW en Generación Distribuida. En total, en cuanto a la generación de electricidad, el año pasado, las energías limpias aportaron 20.34% de toda la energía eléctrica producida en nuestro país, alcanzando 62 mil 952.13 GWh. Ante estos resultados, es evidente que México posee un enorme potencial en prácticamente todas las tecnologías renovables, y gracias a la Reforma Energética, han podido irse destrabando las barreras que antes impedían el desarrollo de nuevos generadores, tecnologías, mercados y consumidores. De hecho, Subastas de Largo Plazo realizadas este año han determinado precios muy competitivos en comparación con el mercado internacional, lo que hace previsible un crecimiento muy importante de estas tecnologías en un futuro próximo y, dicho sea de paso, con beneficios para el medio ambiente. En esta conjunción de factores, apunta Jaime Arceo Castro, Subdirector técnico del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), una de las particularidades de la GD es que se realice a partir de energías limpias, en el marco de la Ley de la Industria Eléctrica y el establecimiento de metas de generación de energía de fuentes renovables, a mediano y largo plazo, con un 25% para 2018, un 30% para 2021 y un 35% para 2024.
Como asegura Víctor Pérez Orozco, Director de desarrollo de Mercados para SolarCity ILIOSS México, “son más de cuatro décadas en las que se ha impulsado el sector solar a través de la ANES. La parte más relevante es, como ya se ha mencionado, el hecho del surgimiento de grandes oportunidades para varios tipos de energías a raíz de la Reforma Energética. La solar ha mostrado potente competencia y se proyecta que en unos años México sea la potencia que se ha estimado debido a la cantidad de energía y radiación que el país gozan en esta materia. Nuestra ubicación es privilegiada y, a diferencia de otras naciones, contamos con muchos días de sol”.
Es por esto que, agrega, la participación de la energía solar en el proceso de generación de electricidad debe ir en ascenso, enmarcada por tres vertientes: las reglas de operación que se deben establecer tanto para el Mercado Eléctrico Mayorista como para la generación en sitio; en segundo lugar, la gran relevancia para los consumidores a nivel comercial, industrial o doméstico que se puedan instalar sistemas que generen energía en sus propiedades para consumirla en el mismo lugar; y, por último, el avance tecnológico que ha favorecido los costos de los arreglos de paneles fotovoltaicos, comparado con las cifras que esto representaba hace décadas. “Con los precios que se han alcanzado en el mercado, a través del financiamiento internacional, estamos viendo que se pueden efectuar proyectos e inversiones en escalas mayores. De manera notable, las Subastas de Largo Plazo más recientes han demostrado que México está siendo ejemplar, y a esto hay que sumarle la habilidad de los técnicos nacionales mexicanos que tienen toda la capacidad, habilidad y conocimiento para realizar este tipo de instalaciones”.
Si bien es cierto que en otros países europeos el desarrollo de los proyectos de GD a partir de paneles solares es mayor, México está empezando a imprimir su huella en este sector. Como ejemplo, está una importante cadena de autoservicio que puso en marcha un gran proyecto de GD que opera con energía solar. Con la asesoría de SolarCity ILIOSS México, en las tiendas de esta firma, localizadas en Baja California, los equipos de ventilación, refrigeración e iluminación, que representan un alto consumo de electricidad, funcionan a partir de energía limpia, resultado que se ve reflejado en ahorros en la factura y en la disminución de gases de efecto invernadero a la atmósfera, Y, como informa la Asociación Nacional de Energía Solar (ANES), las empresas que invierten en energías renovables cuentan con beneficios fiscales por partes del gobierno, pues este tipo de proyectos son 100 por ciento deducibles de Impuesto Sobre la Renta (ISR).
Financiamiento
Aunque, en contraste con estas virtudes, están los desafíos que enfrenta la implementación de proyectos de generación distribuida. Si bien, como han afirmado los especialistas, las subastas están marcando claras oportunidades, al modelo de GD todavía le falta afianzarse. “Hay nuevas rutas para los inversionistas, emprendedores y empresarios mexicanos, aquellos grupos de talento que creen en un modelo sostenible a largo y mediano plazo, que creen en el cambio de cultura de energía fósil hacia energías limpias de manera potente y real. Ese camino nos hace ver la participación de diferentes alternativas entre las que están la eólica, geotérmica, mareomotriz, hidráulica, biocombustibles, biogás, biomasa que ayudan en el portafolio de energías limpias, aunque la energía solar figura como una de las preferidas”, añade Víctor Pérez Orozco.
Otro de los retos que hay que sortear, como detalla Jaime Arceo Castro, Subdirector técnico del FIDE es la normatividad, donde “es prioritario entender bien el aspecto reglamentario que está en proceso. Es necesario que se dé el marco para permitir el desarrollo que estimule a la Generación Distribuida, no que la limite. Ahorita ése es un impedimento, ya que sólo se permiten llevar a cabo sistemas de cogeneración pequeña, sin trámites y para mayor capacidad se requiere un permiso de CRE y viabilidad de la CFE”.
Al segundo desafío aún le falta camino, aunque las opciones de financiamiento han aumentado. Como señala Nelsy Santiago, desarrolladora de negocios de TÜV Rheinland en el sector solar para México, empresas como ellos son “un tercer ojo para garantizar o evaluar, bajo normativa local, nacional o internacional. Y es que TÜV Rheinland posee una trayectoria de 140 años a nivel global y más de 35 años de servicio en México. “Estamos dedicados a la certificación inspección evaluación y entrenamiento tanto de componentes fotovoltaicos como de proyectos integrales. No corresponde analizar si cuenta con la seguridad que necesita o con el funcionamiento adecuado que requiere para obtener un financiamiento, que sus componentes son seguros, han sido instalados de manera adecuada y que van a tener una duración de al menos 15 a 20 años dependiendo de la capacidad, el tamaño y las características del proyecto”.
En cuanto a los programas de financiamiento, en el sector privado se encuentran los proveedores, distribuidores y fabricantes de soluciones para proyectos de energía solar, así como las Sociedades financieras de objeto limitado reguladas (SOFOLes) y Sociedades financieras populares reguladas (SOFIPOs) que atienden principalmente a micro, pequeñas y medianas empresas. Por su parte, la banca de desarrollo ofrece opciones para las medianas y grandes empresa, así como para los usuarios residenciales y del sector público, entre las que destacan los programas de Financiera Rural, Bansefi y el FIDE. A nivel Federal, Banobras, Nafin y Bancomext otorgan recursos para el financiamiento de proyectos de energía renovable, para apoyar a las empresas durante las etapas de construcción, operación y mantenimiento de las obras; además de la presencia de organizaciones internacionales con los mismos fines, como el Banco de América del Norte, el BID o el Banco Europeo de Inversiones. A su vez, estas instituciones establecen alianzas para tener un mayor alcance, como el reciente acuerdo entre Bancomext y Banco de Desarrollo Alemán KfW, derivado de la visita del presidente Enrique Peña Nieto a Alemania. Con ello se busca impulsar el desarrollo de proyectos de energías renovables en México, con la contratación de créditos de hasta 80 millones de euros.
En este apartado, expone Víctor Pérez Orozco, en México ya se está encontrando la fórmula para apoyar la implementación de sistemas de GD en México, ya sea con fondos privados, respaldo de la banca y de grandes fondos internacionales que están mirando con agrado a los proyectos que dan certidumbre y proveen un retorno de inversión asegurado. “Hace cinco años, encontrar un fondeo era complicado, en cambio ahora hay un apetito en diferentes grupos por entender cómo funciona el mercado mexicano.
Las variables que mueven lo que antes era una perspectiva financiera y tecnológica son cómo se van a aterrizar los proyectos, la calidad de equipo y de la mano de obra, además de la ejecución de las instalaciones y el tema ambiental local.
Otros resultados en financiamiento lo da el FIDE y el Fondo para la Transición Energética y el Aprovechamiento Sustentable de la Energía, de la Sener, que han otorgado cerca de 17 millones de pesos para la instalación de 1 mil 436 proyectos de pequeña escala, donde más de la mitad han sido para pequeñas y medianas empresas.
“Se requiere un modelo sostenible, tanto ambiental como económicamente, que con los ahorros generados se pueda pagar el monto del financiamiento; ésa es una política del FIDE: otorgar créditos cuando la implementación del proyecto da para pagar esa suma en tres años, al emplear tecnologías maduras, y hasta siete años, con nuevas tecnologías. Los recursos se recuperan a partir de los propios beneficios económicos que da la implementación del proyecto a tasas que lógicamente no ahoguen la inversión. En materia de energía solar, la recuperación de la inversión es de cinco a siete años”, explica Jaime Arceo Castro.
Para ello, el FIDE realiza una evaluación técnica y financiera para determinar si el proyecto es viable, de la mano de la certificación de cerca de 200 empresas que han sido capacitadas por el Conocer, dependencia gubernamental que promueve la profesionalización de diferentes sectores industriales.
“Parte del éxito de los proyectos fotovoltaicos es este sello de excelencia FIDE para otorgar el financiamiento. Con eso garantizamos que los proyectos en los que participa el FIDE tienen equipos de excelencia. Además, otra de nuestras acciones es la participación en el Fondo Eléctrico Universal, donde con la captación que va a generar el mercado eléctrico se está creando un fondo de recursos para poder electrificar poblaciones que no tienen servicio, fundamentalmente con proyectos de generación distribuida”, concluye.
En resumen, México está adaptándose al desarrollo de alternativas para la generación de energía, con el incentivo de políticas públicas y con metas específicas en materia de fuentes renovables.