Sistemas de gestión de energía para pequeñas empresas
La numerosa cantidad de Pymes en la industria ha devenido en el desarrollo de programas que ponen especial atención a su consumo energético, a fin de incrementar su eficiencia y rasgos competitivos. Uno de dichos programas impulsa la implementación del estándar ISO-50001, además del desarrollo de agentes consultivos que guíen a las empresas por el rumbo del consumo energético eficiente
Por Karemm Danel
En México, las pequeñas y medianas empresas (Pyme) ocupan una posición preponderante en la generalidad de las industrias al representar 99 por ciento de las unidades económicas, contribuir con 52 por ciento del Producto Interno Bruto y aportar más de 70 por ciento de los empleos formales.
En el sector eléctrico en específico, su participación en los tres rubros varía muy poco, dado que 80 por ciento de las empresas son micro y pequeñas, mientras que el 20 por ciento restante son medianas (17 por ciento) y grandes (3 por ciento).
En general, las características de las Pymes varían de una a otra, pero comparten ciertos rasgos comunes. Uno de ellos es la demanda y el consumo de energía, elemento que resulta clave en términos de competitividad para este tipo de empresas, debido a sus implicaciones económicas.
Por ejemplo, en fechas pasadas, Ricardo Navarro, presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de la Ciudad de México, declaró a un medio de comunicación que el precio de la electricidad que pagan los industriales y las empresas de servicios en el país no es competitivo en comparación con las tarifas internacionales, lo que coloca a los empresarios mexicanos en una evidente desventaja, pues la energía forma parte importante de los costos de producción.
Navarro puso como ejemplo a las empresas norteamericanas, las cuales, a pesar de los subsidios a la electricidad en México, pagan un precio 25 por ciento menor. A pesar de las proyecciones derivadas de las reformas, señala que faltan años para que la reducción de tarifas comience a sentirse en el país y sólo será posible hasta que se consoliden las inversiones de otros actores en el sector de generación y comience la competencia.
Derivado de este escenario, una de las medidas más redituables que pueden encontrar las Pymes para maximizar su competitividad en términos de energía son las estrategias de eficiencia. En fechas recientes, la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee) ofreció un seminario enfocado en este tipo de empresas, en el que difundió información útil y práctica para la implementación del estándar ISO-50001, vinculado con esquemas de eficiencia energética.
Uno de estos esquemas son los sistemas de gestión de energía (SGEn). Se refieren a aquellos métodos y procesos que mejoran el rendimiento energético, contemplando la eficiencia, el uso, consumo y suministro. Con su aplicación se puede obtener la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y del costo de la energía.
Para lograr el éxito de este tipo de esquemas, es imprescindible el compromiso general de los empleados por realizar ciertas prácticas y mantener los ahorros a través del tiempo. La Pyme habrá de valerse de un esfuerzo organizado y estructurado que permita alcanzar la máxima eficiencia.
A sabiendas de la importancia de las Pymes en la dinámica económica, el plan anual de trabajo de la Conuee está destinado a la gestión de sistemas de energía, bajo un proyecto, aún piloto, que lleva por nombre Programa Nacional para Sistemas de Gestión de la Energía (Pronasgen).
Su objetivo es proporcionar las herramientas necesarias al usuario para que eleve su competitividad y desempeño energético. Éste contempla la introducción de 30 Pymes en proyectos de gestión de energía ISO-50001, para que puedan ahorrar recursos y fortalecer sus procesos productivos, contribuyendo, además, a disminuir el deterioro ambiental.
En el seminario mencionado, el ingeniero Noé Villegas aclaró que debido al deterioro ambiental registrado a nivel mundial se requiere considerar a la energía como un factor primordial. “Si bien en México ya ha habido proyectos de este tipo, impulsados por empresas de consultoría privadas, los esfuerzos resultan ineficientes porque los ahorros no se mantienen y no consiguen un impacto significativo en el consumo global”, señaló.
El objetivo del Pronasgen, por tanto, es apoyar a los usuarios de energía en el desarrollo de sus capacidades para que implementen sistemas que eleven su competitividad con el empleo sostenible de dicho recurso. El sistema está basado en en la norma ISO-50001, si bien no se busca la certificación de las empresas, sino la implementación de los sistemas de gestión de energía.
El programa, además, forma parte de la Global Superior Energy Performance Partership (GSEP), una iniciativa del Clean Energy Ministerial (CEM) y de un grupo de trabajo de la International Partership for Energy Efficiency Cooperation (IPPEC). La iniciativa cuenta con 11 países miembros y difunde la adopción de SGEn basados en la ISO-50001, tanto para la industria como para edificios comerciales en todo el mundo.
En la búsqueda de consultores certificados que acompañen continuamente el proceso, la Conuee ha identificado carencia de empresas de este tipo que creen proyectos de eficiencia energética bajo estándares internacionales. Para llenar este hueco, la Conuee tiene previsto el lanzamiento de un programa de certificación, que constará de un curso y un examen, y será válida en los países miembros.
Estrategias de ahorro
Para lograr una mejora real se debe recurrir a la implementación de diversas acciones, en las que será necesario sortear posibles obstáculos, así como estrategias deficientes y situaciones indeseables. La Pyme que busque mejorar su consumo energético debe tener claro de dónde parte, cómo debe actuar y a qué aspira, además de definir cómo está compuesta y el número de personas que toman parte de sus procesos y actividades, debido a que deberán participar del objetivo conjunto establecido en el esquema de mejora.
Algunas de las medidas que se pueden implementar para conservar la energía son bastante sencillas, como apagar luces y equipos al no utilizarlos; adquirir equipos más eficientes; ajustar termostatos a fin de reducir el consumo de aire acondicionado y calefacción, y hacer campañas de movilidad sostenible. Sin embargo, otras implican cierta inversión por parte de las Pymes.
En primera instancia, las estrategias de gestión y reducción del consumo deben iniciar con la recopilación de información relacionada con el gasto energético de la empresa, a fin de interpretarla, compararla y reportar los resultados que arroja el uso de distintos energéticos. Dicha acción se basa en la premisa de que sólo puede medirse lo que se conoce.
La recopilación de datos puede llevarse a cabo con apoyo de la guía de Medición y registro de la energía en las pequeñas y medianas empresas, puesta a disposición por la Conuee. El documento ofrece un análisis de las alternativas de reducción, mediante el monitoreo de costos y consumos de energía en instalaciones y procesos. Con ello, se señala, es posible reducir las facturas energéticas.
Una vez recopilada la información sobre el consumo, se deben vaciar los datos respecto del costo según la tarifa en una tabla (ver Tabla 3), con ayuda de las facturas para distintos periodos. Esto permitirá definir el costo real de la energía consumida por una empresa.
Para contar con una cifra fidedigna habrá que homogeneizar las unidades y asegurarse de que los datos coincidan con la información incluida en el Registro de Producción (ver Tablas 1 y 2).
Monitoreo de energía
Con el propósito de identificar oportunidades de ahorro de energía, así como usarla de manera eficiente, se deben llevar a cabo actividades orientadas a mejorar los distintos elementos que componen una Pyme:
- Inspección física del edificio, equipos y maquinaria
- Actividades enfocadas en los empleados
- Consideraciones organizacionales: capacitación del personal, asignación de responsables de energía, establecer equipos de mejora, entre otros
Un elemento útil para cuantificar la eficiencia de una Pyme es el índice energético. Este concepto se refiere a la cantidad total de energía consumida por unidad de producto fabricado o servicio ofrecido. Definir de la manera adecuada su índice energético le servirá a la Pyme tanto para monitorear como para evaluar las acciones de ahorro energético que pueden implementarse, con miras a optimizar el consumo.
En este punto, será necesario seleccionar un indicador específico para la relación entre el consumo de energía y la cantidad de producto obtenido o servicio prestado, debido a que esto hace posible identificar oportunidades de mejora en el proceso general o una mala operación.
En general, la importancia del índice energético es que permite identificar puntos mejorables en el consumo de energía, con el objetivo final de obtener el mismo nivel de producción con el mínimo de energía. Para lograrlo, será necesario apoyarse en acciones de administración de energía, llevadas a cabo por todo el personal. Cuando se implementan adecuadamente, pueden lograrse ahorros de 15 y hasta 20 por ciento sobre el consumo original.