Opciones de financiamiento para implementación de renovables
Diversos programas se han diseñado para que las Pymes cuenten con más opciones para adoptar prácticas que les otorguen beneficios económicos. Uno de ellos es el Programa de Financiamiento de Generación Distribuida para Pymes y Uso Residencial, impulsado por el Fide, que busca crecer la participación de dichos entes económicos en el aprovechamiento de los recursos renovables
Por Karemm Danel / Bruno Martínez, fotografía
Pieza clave de la economía mundial por su aporte al Producto Interno Bruto, en México el 99.8 por ciento de las 4 millones 15 mil unidades empresariales son Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes). Ante su crecimiento, la urgencia de llevar a cabo prácticas amables con el medioambiente y en el marco de una reciente Reforma Energética, el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (Fide) puso en marcha el Programa de Financiamiento de Generación Distribuida para Pymes y Uso Residencial con energías renovables.
Dicho programa pretende cubrir un espectro más amplio que únicamente el de las Pymes y está enfocado en sistemas fotovoltaicos; además, abarca toda la República Mexicana, gracias a la presencia territorial del Fide, con 16 gerencias y 53 jefaturas de zona.
Para tener acceso al financiamiento, el Fide cuenta con una política crediticia que tiene que ver con que los créditos que otorga deben ser prácticamente sustentables con el ahorro energético, o bien, con el valor económico de la generación de energía que producen los sistemas. “Así que, prácticamente, se encuentra abierto tanto a la parte de la actividad económica como a la residencial. Nosotros, al recibir una solicitud determinada, evaluamos, de acuerdo con el consumo de energía que tiene el usuario, si ese proyecto es sustentable con los propios ahorros o la propia generación, en este caso, del sistema fotovoltaico”, explica el doctor Jaime Arceo Castro, subdirector Técnico del Fide en entrevista con Constructor Eléctrico.
El proceso implica una evaluación integral; la primera parte de éste se enfoca en el tema legal. Si se trata de una persona física y el sistema fotovoltaico se instalará en su casa, se verifica que la propiedad sea del solicitante. En cuanto a una persona moral, es decir, una empresa, se verifica la solvencia de ésta, a fin de minimizar los riesgos en la recuperación del crédito.
Posteriormente, se lleva a cabo la evaluación técnica, que consiste en garantizar que con el sistema propuesto se logran los beneficios esperados. Finalmente, se lleva a cabo una supervisión para constatar que los sistemas se encuentran correctamente instalados, sin mencionar que una de las garantías que ofrece el Fide es vigilar los aspectos fundamentales de lo que sería un sistema fotovoltaico. Este último paso intenta asegurar que la empresa que instalará el sistema es confiable, por lo que existe un registro de empresas que realiza una evaluación de manera previa, con el objetivo de otorgar una certificación de empresa confiable, a través de la cual se otorga el financiamiento. Adicionalmente, existe un sello de excelencia, el Sello Fide, una garantía de que el equipo instalado cumple con lo establecido en la norma en cuanto a eficiencia energética.
Ya con la empresa confiable y los equipos certificados se procede a la instalación. “Creo que hay bastantes experiencias en México de programas que han fracasado debido a fallas en este aspecto. Es una tecnología muy noble que debe tener garantía de operación durante muchos años; hay diferentes ofertas en cuanto a garantías, pero la que menos ofrece son 20 años en la operación de los paneles fotovoltaicos, conservando un nivel de eficiencia en la generación, y los inversores, al menos, de cinco a 10 años. Si están mal instalados, la garantía no procederá, porque no será falla del equipo, sino de la instalación. Entonces, para cubrir ese aspecto, el Fide, a partir de 2014, obtuvo la certificación como organismo con la capacidad y la autorización para certificar en estándares de competencia laboral. Lo que estamos pidiendo en el programa es que el personal que realice la instalación de los proyectos que financia el Fide esté certificado en un estándar de competencia específico, que es para sistemas fotovoltaicos y que ha desarrollado el Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales, perteneciente al sistema educativo nacional. Así que nosotros cubrimos dicho aspecto para cerrar un círculo virtuoso que garantice que el cliente que obtiene el financiamiento cuente con un buen sistema de generación fotovoltaica en su hogar o empresa”, indica el subdirector.
Beneficios del programa
Durante 2013, año en que arrancó el Programa, fue posible el financiamiento de 182 sistemas, 97 para la parte residencial y 85 para las Pymes. Con esta tendencia, a 2014 se alcanzaron 132 para el sector residencial y 161 para Pymes, situación incentivada por el interés de la industria.
Simultáneamente, incrementó la participación del Fide, puntualiza Jaime Arceo, siendo posible, en lo que va de 2015, en el área de energías renovables, solicitar que el Fondo para la Transición Energética y el Aprovechamiento Sustentable de la Energía (Fotease) autorizara un bono a quienes decidieran contratar un crédito con el Fide para instalar sistemas fotovoltaicos. Dicha solicitud fue aprobada, por lo que ya se está otorgando un incentivo que consiste en un descuento del 10 por ciento sobre el valor del proyecto, hasta una cantidad de 500 sistemas: 300 para Pymes y 200 para el sector residencial. Este incentivo se aprobó en mayo y para junio ya se contabilizaban 164 proyectos financiados.
Respecto de los beneficios, el experto resalta que en este corto periodo el Fide ha financiado 639 sistemas, que representan, en cuanto a la cobertura de equipo, poco más de 12 mil paneles fotovoltaicos instalados. Esta cifra se traduce en una capacidad instalada de más de 3 megawatts, que supone, de acuerdo con la irradiación solar en la que se han instalado, una generación de 7.1 gigawatts hora; dicha capacidad va acompañada de una reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero, resultado de sustituir parte de la energía que se estaba consumiendo con los proyectos anteriores.
Para el subdirector Técnico del Fide, esto representa beneficios muy considerables. “En cuanto a lo económico, hemos evaluado que con estos sistemas los ahorros que están obteniendo los beneficiarios de sistemas fotovoltaicos de los programas del Fide rebasan los 23 millones de pesos anuales”.
El doctor Arceo explica que un programa de características muy similares fue impulsado por el Fide también para sistemas de cogeneración: “En el mismo sentido que planteamos la cuestión de sistemas fotovoltaicos, también lo hicimos para los sistemas de cogeneración eficiente, donde el Fotease también autorizó que pudiéramos utilizar un estímulo económico para la instalación de seis sistemas de cogeneración eficiente en el que, ya por la magnitud, representa un estímulo de mayor consideración económica que en la parte de sistemas fotovoltaicos, los cuales, en promedio, en el rubro residencial, cuestan de 200 a 250 mil pesos o menos; mientras que en las empresas se van a 8 kilowatts o más, que representa estímulos de 25 a 60 mil pesos”.
Ahonda: “En la parte de cogeneración, los sistemas son de mayor cuantía. Por ejemplo, uno de medio megawatt, que se trata de aquel sistema que no requiere un trámite previo ante la Comisión Reguladora de Energía, cuesta aproximadamente 8 millones de pesos. Entonces, el estímulo que se da en ese caso equivale a 800 mil pesos, que ya es significativo, sobre todo en un sistema con un periodo de recuperación muy corto. Ésas son las dos áreas que estamos cubriendo, la parte de energías renovables y la parte de la cogeneración eficiente, que también se clasifica como energía limpia”. Ante la anterior desconfianza de las empresas para recurrir a este tipo de apoyo, explica que quizás al principio pensaban que por la tarifa no sería rentable la inversión, sobre todo la tarifa 1-2, porque la tarifa DAC sin duda es rentable; mientras que las otras tarifas, por decir, la comercial en baja tensión, no lo es, por lo que no hacen muy rentable un sistemas fotovoltaico; en cambio, en estas tarifas de baja tensión en pequeñas empresas sí, pues al hacer una corrida y obtener algunos ahorros en la tarifa, que se compone del cargo por demanda y cargo por consumo, normalmente una empresa contrata una demanda de equis cantidad y el consumo es el que va saliendo, pero cuando baja la contratación sobre una demanda, también se tendrá un ahorro, por lo que se instala un sistema complementario que baje precisamente ese compromiso de demanda, obteniendo así una ventaja sobre la situación anterior. De esta manera, las empresas se dieron cuenta de que sí es rentable y nosotros vemos que efectivamente obtendrán ahorros, lo cual resulta vital, porque si se obtienen buenos resultados, no habrá riesgo en el pago del crédito. De manera general, las empresas cada día se incorporan más, aunque otras lo hacen para obtener la distinción de que están usando energías renovables”.
Objetivos máximos
El Fide se encuentra alineado a los objetivos nacionales de la política energética en torno a la Reforma Energética y al Programa de Sustitución de Recursos Fósiles.
Su compromiso en cuanto a la sustitución del consumo de energías provenientes de recursos fósiles con renovables está muy bien establecido en el marco jurídico. Para 2024 se pretende pasar de 60 a 65 % el uso de combustibles fósiles,” algo que no nos dice mucho, pero que si analizamos el volumen, me parece que es una meta muy ambiciosa en la que es necesario que todos participemos”.
¿Qué hacer para acceder al financiamiento?
El doctor Jaime Arceo indica que quien desee poner un sistema en casa puede ingresar a la página de internet del Fide, en la que encontrará de 70 a 80 empresas que pueden realizar el proceso.
La empresa seleccionada preparará un anteproyecto especificando el costo; éste deberá registrarse en el Fide con el propósito de que la persona solicite la cantidad correspondiente. Así, se procederá a la evaluación de viabilidad.
Al autorizar el crédito, se firma un contrato entre la persona física que está solicitando la instalación del sistema fotovoltaico, la empresa instaladora y el Fide. “Esto se debe a que nosotros no vamos a entregar el dinero a la persona física que quiere el sistema, sino a la empresa para que pueda ejecutar el trabajo. El cliente firma el contrato, comprometiéndose a pagar, y nosotros supervisamos que se ejecute el trabajo de manera correcta; una vez instalado y verificado, pedimos que se lleve a cabo la verificación de la generación durante cierto periodo de tiempo; posteriormente, el cliente firma aceptando que ya está ejecutando el trabajo, y es hasta entonces que nosotros le pagamos la obra a la empresa”, finaliza el subdirector Técnico del Fide.