Datos a propósito del Día del Electricista
El Inegi dio a conocer el mes pasado la Encuesta Nacional de Empleo (Enoe) del tercer trimestre de año, mes en el que se celebra el día del electricista (27 de septiembre) y cuya fecha se asocia también a la nacionalización de la industria eléctrica.
Los datos arrojados por la Enoe revelan que en México existen 233 mil 699 personas que se dedican a reparar, dar mantenimiento a líneas, redes aéreas o subterráneas, transformadores, cuchillas y medidores para la transmisión y distribución de energía eléctrica, pero que también investigan todo lo relacionado con la electrotecnia y los sistemas de producción, transmisión y distribución y cogeneración eléctrica o reparan aparatos eléctricos y alumbrado público, entre otros.
De este mundo, de más de 233 mil electricistas, la mayoría se inserta a un mercado laboral complejo. La Encuesta revela que de cada 100 electricistas subordinados y remunerados, 66 están en un rango de entre más de dos y hasta cinco salarios mínimos, 22 ganan dos o menos y solamente 12 de ellos perciben más de cinco salarios mínimos.
Si se le colocan números y condiciones particulares, podríamos hablar de una persona “X” que percibe cinco salarios mínimos por mantenimiento a redes subterráneas y cuenta con una familia de cuatro integrantes en total. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el valor mensual por persona de una zona urbana para cubrir su canasta básica alimentaria es de 40.84. Es probable que “X” pueda cubrir con 10 mil 500 pesos las necesidades alimentarias de su familia, que sumarían un aproximado de 4 mil 912 pesos; pero, sin contemplar salud, vivienda, transporte, escuela, gastos de luz, agua, teléfono, cultura, vestido. Esta consideración la hago con el mayor rango de sueldo descrito por la Enoe y con el reajuste reciente del salario mínimo (70 pesos). ¿Serán suficientes cinco salarios mínimos? Imaginemos este mismo escenario, aunque con dos salarios mínimos.
De Latinoamérica, México es el país con el salario mínimo más bajo, incluso por debajo de Haití y Guatemala. Sin duda, en esta industria hay las excepciones, como la figura del empresario que entiende y que posee los medios para mejorar las condiciones laborales de sus empleados y va por encima de lo previsto en la ley.
Sin embargo, la Encuesta deja una estadística que lacera le memoria de las conquistas laborales y enturbia el panorama, y que, a su vez, contiene un estímulo para la reflexión y hacer consideraciones hacia el interior de las empresas, a pesar de que, igualmente, padecen el reciente modelo fiscal y los embates de la Reforma Energética. Es como si esta industria se encontrara imbuida en un círculo en el que los tomadores de decisiones no están dentro y cuyas consideraciones son derroche de ignorancia o un despótico poder político.
No obstante, los datos de la Enoe son capaces de aportar al reconocimiento de estos trabajadores electricistas y reescribir el concepto de responsabilidad social para seguirlos celebrando cada año con un reconocimiento más tangible que el aplauso.
Antonio Nieto
Director Editorial de Grupo Editorial Puntual Media
@NietoAntonioH