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Servicio, clave de su éxito

Desde su llegada a México, Alejandro del Castillo ha encabezado numerosas obras, pero también ha crecido profesional y personalmente. En entrevista, cuenta cómo ha sido su trayectoria.

“Toda obra es importante. No hay una que destaque más, porque toda obra es un desafío diferente, nuevo, en el que nuestros clientes nos hacen estar a la vanguardia”

Por Ana Eng y Antonio Nieto

Ha estado en Europa, donde encabezó obras del sector hotelero, y estudió en Argentina, su país natal; también, en República Dominicana, Costa Rica, Panamá, Cuba y Jamaica. En México, ha trabajado desde hace más de diez años, los cuales le han permitido incrementar su experiencia y conocimientos, pero también satisfacciones personales.

En su obra más reciente, Alejandro del Castillo se desempeñó como responsable de la instalación de talleres en el Aeropuerto de la Ciudad de México para la aerolínea Aeroméxico en Yarlan, empresa que da soluciones integrales en materia de operación de ahorro de energía e infraestructura.

Durante el tiempo que lleva en el país, ha encabezado varias obras importantes en toda la República; sin embargo, considera que un asunto pendiente es seguir con la profesionalización, como estudiar arquitectura. Reconoce que la actualización de conocimientos para la aplicación en el trabajo diario es indispensable; por ello, encomia la permanente capacitación en asuntos tecnológicos.

“La vida de contratista es un constante desafío, un aprendizaje permanente, aunque a veces deja un poco de sabor amargo por el estrés y porque no todo puede salir bien siempre”

Constructor Eléctrico (CE): ¿Qué estudió y en dónde?
Alejandro del Castillo (AC): En el Colegio Técnico C. Tomás Espora, Temperley, Buenos Aires, Argentina, y la licenciatura en Administración de Empresas, en Buenos Aires, pero siempre me he desarrollado en el campo de las telecomunicaciones e instalaciones.

CE: ¿Cómo se dio el desarrollo en esta área?
AC: Se da en España, tras haber vivido allá y participar en obras del sector hotelero, sobre todo en la parte de telecomunicaciones. Luego de varios años en Europa realizando instalaciones de tipo turístico en España, vine a México, a la Riviera Maya, y desde entonces hemos participado en 30 por ciento de la Riviera y El Caribe: República Dominicana, Costa Rica, Panamá, Cuba y Jamaica. Eso nos ha fortalecido respecto de todo este asunto; por ello, estamos haciendo instalaciones de potencia para la industria. Ahora nos encontramos en el Centro del país para ver obras de esta magnitud y una parte en el Norte, sobre todo por el sector industrial.

CE: ¿Cómo se involucra en la obra eléctrica?
AC: Luego de estar 10 años en la Riviera Maya, tras realizar obras de telecomunicaciones y automatización, vimos en el mercado la necesidad de proveer materiales de instalación eléctrica. Por mucho tiempo, hemos suministrado material a obras, y esto nos ha permitido involucrarnos y estar en contacto con los desarrollos eléctricos, suministro, como ahora en la parte de instalación.

CE: ¿Recuerda su primera obra eléctrica?
AC: Fue en el Centro de Convenciones de la cadena Iberostar. Es un sitio de gran importancia. Creo que es uno de los dos o tres más grandes de la Riviera Maya. Ésa fue una gran obra y, sobre todo, en tiempo récord: se llevó a cabo, desde cero, en cuatro meses, con una capacidad para 1 mil personas.

CE: ¿Cuál ha sido su mayor reto?
AC: La logística, porque nosotros hemos trabajado con muchos suministros de materiales que no sólo se fabrican en el país; entonces, al participar en muchos proyectos en todo El Caribe y en territorio mexicano, la logística representa un desafío día a día para poder cumplir con los tiempos más que con el trabajo en sí.

CE: ¿Cómo es el paso al liderazgo?
AC: No es fácil, se requiere de dedicación, sobre todo de mucha responsabilidad, al estar participando con un gran número de personas, aparte de dedicarle tiempo; pero uno, como empresario, sacrifica tiempo personal para poder cumplir metas. No es fácil y obviamente es importante contar con el apoyo de la familia.

CE: ¿Aproximadamente cuántas obras ha encabezado?
AC: Es un poco difícil recordarlo, yo tengo una trayectoria de más de 15 años y puedo decir que hemos participado en más de 400 obras de diversos tamaños.

CE: ¿Cuál ha sido la más importante?
AC: Considero que toda obra es importante. No hay una que destaque más, porque toda obra es un desafío diferente, nuevo, en el que nuestros clientes nos hacen estar a la vanguardia. Luego entonces, para mí es muy importante cada obra y cumplir con lo que el cliente quiere. Hay un lema que dice “No es sólo la obra, el 50 por ciento del desafío es servicio”. Nuestro planteamiento es servicio aparte del trabajo; nuestro desarrollo es darle buen servicio al cliente. Esto ha sido el secreto de nuestro éxito.

CE: ¿Qué le ha dejado la vida de contratista?
AC: Estoy muy a gusto, contento de hacer lo que hago. Es un constante desafío, un aprendizaje permanente, aunque a veces deja un poco de sabor amargo por el estrés y porque no todo puede salir bien siempre, ya que estamos sujetos a que las cosas también salgan mal y tengamos nuestra capacidad para salir de esos pequeños problemas eventuales; pero estoy muy contento con lo que hago. Es un trabajo que no es para todo mundo, porque hay mucha presión, pero es lo que nos gusta hacer, y ser, sobre todo, libres.

CE: ¿Quiénes han sido sus maestros?
AC: Los mismos contratistas, empresas que nos han contratado, que nos han impulsado y, en cierta forma, exigido estar a la vanguardia de la tecnología. Nos han demandado tener un constante desarrollo y aprendizaje en control, automatización, energía, en instalaciones industriales, especiales. Ésa fue nuestra motivación. Podría citar nombres de algunas compañías, pero son demasiadas y crearía un conflicto por no poder nombrarlas a todas, pero han sido empresas importantes en el sector hotelero de Europa.

CE: ¿Cómo ha dividido la vida laboral de la familiar?
AC: Prácticamente, le dedico entre 10 y 12 horas diarias a mi trabajo, y siempre trato de tener una balanza para poder dedicarle tiempo a mi familia. Ellos me apoyan y parte del tiempo del trabajo lo comparten conmigo. Tengo hijos mayores que me acompañan y, obviamente, mi esposa y yo compartimos y disfrutamos el trabajo de manera conjunta.

CE: ¿Cuánto tiempo tiene en México y por qué trabajar aquí?
AC: Llevo 11 años y llegué a hacer una obra a México por azar del destino. Decidí quedarme porque me han recibido muy bien, me han dado todo, y hay muchas posibilidades de progresar. Hay mucho trabajo que se puede hacer. México me ha dado una hija mexicana y estoy muy feliz de tenerla. Ése es uno de los motivos mayores.

CE: Profesionalmente, ¿hay una meta que le haga falta cumplir?
AC: Sí, constantemente busco hacer una licenciatura en México, como en arquitectura. Debemos tomar, de manera permanente, cursos de aprendizaje de cosas nuevas que debemos instalar respecto de tecnologías. Esto es un aprendizaje que debe ser constante, además de entretenido. Como metas, se trata de seguir adelante y seguir creciendo y fortalecerse, personal y empresarialmente.
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Edificio de talleres en el AICM


Todas las obras cuentan con especificaciones de seguridad y apego irrestricto a normas o reglamentos; sin embargo, llevar a cabo una instalación eléctrica en una zona crítica como un aeropuerto implica la mayor de las ingenierías.

Soluciones de eficiencia: tecnología de inducción magnética, envolvente del edificio para reducción de carga térmica y ruido, sky lights y más.

La instalación eléctrica del edificio de talleres de Aeroméxico, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), es una obra ambiciosa, pues la seguridad que demanda es decisiva. Esta instalación eléctrica estuvo a cargo de Yarlan, ?empresa que además de hacer obras de gran envergadura, también provee de soluciones de ahorro de energía, la cual participó con labores en media y baja tensión. Para esta construcción, no suministraron materiales –algo típico en las obras que realizan–, pero sí han tenido control sobre su suministro. El objetivo fue realizar la reingeniería y adecuación de la instalación, pero principalmente se trata de la mano de obra de toda la instalación eléctrica.

El desarrollo empieza en el momento en que Aeroméxico define la necesidad de ampliar sus talleres y abrir un nuevo hangar para servicio de sus aviones. Se define la participación de tres empresas constructoras por sus especialidades: una que hace el hangar propiamente; otra que hace todos los trabajos de cimentaciones y estructuras de concreto, y la tercera, que es la que ejecuta toda la obra relacionada con los edificios y sus instalaciones, con la cual la empresa contratista se integró desde hace tiempo, apoyando, entre otras obras, en el Aeropuerto de Cancún.

Para dar una solución como proyectista, se buscó hacer una instalación interesante y económicamente favorable para ambas partes. La coordinación de obra fue un aspecto de suma importancia, pues debe ser, obligadamente, muy precisa por los tiempos, ya que se trata de una obra de ejecución de corto tiempo. La logística para coordinar a todos los fabricantes de manera que se puedan acoplar con el suministro en tiempo justo para no atrasar la entrega de obra ha sido todo un desafío.

Por tratarse de una obra federal, la obra adquiere mayor relevancia, pues las exigencias en seguridad fueron mayúsculas

Seguridad
Este tema adquiere mayor importancia al tratarse de una obra federal. De por sí, ya es un desafío lograr trabajar con una empresa como Aeroméxico. Son muchas las normas, requerimientos de seguridad. Hay una serie de restricciones en cuanto al tipo de equipo que se debe utilizar en el anillo de media tensión que alimenta al AICM. Además, se debe trabajar sin afectar las operaciones del lugar. Por lo tanto, tiene varios matices. Se trata de que la obra no ocasione percances, por ello los parámetros son tan altos que se exige tener cero accidentes.

El contratista está basado en requerimientos normales, rutas de evacuación, tener el ciento por ciento de las personas como ordena la ley, con Seguro Social, tener pláticas de seguridad periódicamente, crear conciencia de las medidas de seguridad: usar cascos permanentemente, chalecos, etcétera. También, obedecer a la NOM 001, los códigos del AICM y las normas internas de Aeroméxico.

Por otro lado, la eficiencia energética tiene interesantes aportes, pues es una de las áreas que domina la empresa contratista. Como se habla de una obra industrial, se ha hecho un estudio, sobre todo en la parte de iluminación. En esta obra, los hangares no van a estar iluminados con lo que habitualmente se utiliza, pues habrá tecnología de inducción magnética, la cual permite ahorros de energía y una vida de la iluminación eficiente.

También hubo soluciones respecto del envolvente del edificio para reducir la carga térmica y el ruido; de esa manera, los aires acondicionados se redujeron en tamaño y consumo, así como el uso de sky lights o domos para utilizar la luz solar y mantener el alumbrado apagado la mayor parte del tiempo.

Alrededor de 60 personas participaron en este emplazamiento eléctrico. Se incorpora cada semana más personal, debido a que los tiempos de entrega se deben cumplir, aspecto que se ve afectado por retrasos en el suministro de materiales.

Respecto de la alimentación principal, ésta viene de una subestación que se encuentra dentro del mismo Aeropuerto, no como se estila típicamente: una acometida de una subestación exterior.

Conexión permanente
El 28 de septiembre de 2011, se colapsó el AICM, debido a un corto circuito que dañó la iluminación de las pistas. Un total de 230 vuelos se vieron afectados; el caos fue general. Este incidente pone de relieve la seguridad de la conexión.

Por ello, Yarlan ha puesto especial cuidado al momento de elegir los suministros de materiales, sobre todo transformadores; se cuenta con un control estricto, no sólo del propio, sino el de la unidad verificadora del Aeropuerto que constantemente supervisa y realiza asesorías para que esto pueda volver a ocurrir, sobre todo en tableros o acometidas generales y transformadores.

Existe todo un estudio de coordinación de protecciones para que operen los relevadores de protección en cada tablero y hasta la subestación. Por otro lado, en cuestión de falla de la red, se cuenta con equipos de generación de energía en combinación con UPS estáticos para cargas críticas, como los sites de cómputo.
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