El punto de partida
Evitar los daños que provoca una mala instalación eléctrica sólo es posible cuando se conoce a cabalidad el significado de seguridad.
Por Víctor M. Rodríguez Reyna.
En 2009 560 decesos por electrocución de los cuales 31.4 % fueron en casa habitación.
La seguridad es una postura conceptual que parte de un marco de referencia de lo que un individuo u organización practica en su quehacer cotidiano; es decir, es inherente a su ser.
No solamente tiene que ver con las previsiones empresariales en este campo, tampoco es suficiente estar atentos a la manera en que se ejecutan los trabajos eléctricos, ni basta tomar precauciones para dar cumplimiento a las normas y estándares eléctricos. Para identificar si el concepto está inmerso dentro de un individuo o empresa, simplemente hay que observar su conducta diaria.
Las sociedades urbanas latinoamericanas están plagadas de actos inseguros que parten, por lo general, de una falta de cultura cívica para convivir en armonía con su entorno. Por ejemplo, si una persona está acostumbrada a saltarse la fila de autos para “ganar tiempo” o conduce su auto de una manera arriesgada al rebasar, ya sea por la derecha o la izquierda, o se aproxima a centímetros del auto que tiene enfrente, cuando circula a alta velocidad, entonces su actuar diario es inseguro. Aunque ese individuo trabaje en una empresa transnacional, líder en su campo, seguirá siendo un riesgo latente, tanto para él mismo, como para los demás.
Del mismo modo, si los que estamos en el campo de la electricidad no contamos con el hilo de tierra y con un sistema de puesta a tierra efectivo en nuestros hogares, conconocimiento de que un corto circuito puede electrocutar a un ser querido. Entonces la seguridad queda sólo en el plano de las palabras, de la mera discusión teórica, académica o empresarial, pues nuestros actos u omisiones delatan que no forma parte de nuestra esencia: no se registra en nuestro marco conceptual de referencia.
Causas y responsables de los accidentes
Elemento humano y/o proyectos
• Descuido, confianza, imprudencia o distracción
• Instalaciones defectuosas y peligrosas
• Conexiones temporales
• Instalaciones con defectos temporales
• Olvido o incumplimiento de estándares de seguridad
• Tareas afectadas por personal no calificado
Estado, autoridades y asociaciones
• Debilidad o ausencia de investigación de incidentes y accidentes eléctricos
• Ignorancia o debilidad en competencias de los técnicos electricistas o de los ejecutores de los trabajos eléctricos
• Cultura de seguridad eléctrica débil
• Ausencias, lagunas o demoras injustificadas en normalización
• Desconocimiento de la mitigación del accidente eléctrico, es decir, de cómo se puede aminorar el riesgo de accidente eléctrico
Fabricantes, clientes, proveedores
• Material que no cumple con estándares de seguridad
• Falta de vigilancia y control
• Diseños inadecuados
• Instalaciones con circuitos eléctricos escasos y sobrecargados
• Falta de señalizaciones
• Debilidad en los procedimientos de mantenimiento
Estadísticas de electrocución y riesgo eléctrico
De las cifras disponibles para México, en 2009, conforme a un estudio de la Federación de Colegios de Ingenieros Mecánicos, Electricistas, Electrónicos (FECIME), basado en información del Inegi, se presentaron 560 muertes por electrocución, de las cuales el 31.4 por ciento ocurrieron en casa habitación. Esto representa un deceso cada 48 horas a causa de accidentes eléctricos en casa.
Por otra parte, los reportes estadísticos del Programa Casa Segura, aplicadas a cuatro ciudades (Distrito Federal, Monterrey, Guadalajara y Puebla), concluyeron que el ciento por ciento de la muestra seleccionada de viviendas representa un riesgo para sus habitantes.
Dicho estudio expone que los accidentes eléctricos se deben a una multiplicidad de factores, entre los que destacan la antigüedad de la vivienda y la demanda eléctrica de sus habitantes, así como el mantenimiento que se ha dado a la instalación.
En todos los casos, el común denominador es la falta de información acerca de los requisitos que debe cumplir su instalación eléctrica y el cuidado que deben dar a sus componentes.
Para caracterizar la magnitud de este problema, se debe tomar en cuenta que las cuatro ciudades contaban, en 2009, con alrededor de 2 millones 560 mil viviendas con más de 20 años de antigüedad.
Esto aumenta el riesgo de un accidente eléctrico, por la sencilla razón de que la mayoría de esos inmuebles fueron construidos cuando no existían los hornos de microondas, lámparas con focos de halógeno de alta potencia, pantallas de plasma, ni había crecido de una manera casi exponencial la adquisición de computadoras y otros dispositivos digitales de audio y video.
Esta modificación del patrón del consumo doméstico provocó una situación imprevista: la infraestructura eléctrica (conformada por cables alimentadores, cables de distribución, tomacorrientes, arquitectura eléctrica, capacidad de corriente de los interruptores o dispositivos de protección y otros componentes diversos).
Es decir, la construcción no está preparada para soportar tantos aparatos conectados al mismo tiempo, por lo que el uso de los multicontactos se ha convertido en una práctica común, sin embargo pocas personas saben que es uno de los mayores riesgos para sufrir corto circuito.
En otros países latinoamericanos, la situación es similar; por ejemplo, en Colombia, de 2006 a 2008, se registraron 435 muertes por electrocución. Dicha cifra refleja que el 10 por ciento de las muertes por accidente registradas en ese país se deben a la causa mencionada. Y de los incendios, en ese país, en 2008, el 35 por ciento fue por incidentes eléctricos.
La anterior síntesis es enunciativa, no limitativa, de las causas que con mayor frecuencia provocan un evento de riesgo eléctrico. Como se observa en una de ellas, no se cuentan con estadísticas de la caracterización y estudio de los accidentes eléctricos que permitan abordarlos y tender puentes para resolverlos de una mejor manera.
Intensidad de corriente dañina para el cuerpo
No es del todo grato abordar este tema; sin embargo, es necesario contar con información fidedigna que promueva la seguridad en nuestras actividades eléctricas. Por ello, es preferible tomar en cuenta que, en el caso de una descarga eléctrica, circulará corriente por el cuerpo humano hasta que se cierre el circuito eléctrico del cual forma parte.
Los valores de la intensidad de corriente y los efectos de la misma están representados en el cuadro 1.
Finalmente, se debe insistir en la importancia de que un equipo eléctrico posea una adecuada puesta a tierra; de otra manera, es un riesgo latente, por lo que es conveniente para el caso específico de nuestros hogares.
Cuadro 1. Intensidad de corriente y efecto en las personas | |||
Situación | Duración | Hombre | Mujer |
Umbral de sensación | 1mA | 0.7mA | |
Descarga s/pérdida de control muscular | 1.8mA | 1.2mA | |
Descarga c/pérdida de control muscular | 23mA | 15mA | |
Descarga severa c/riesgo de fibrilación ventricular | 3 seg | 100mA | 1100mA |
Descarga severa c/riesgo de fibrilación ventricular | 1 seg | 200mA | 200mA |
Paro de actividad de corazón | 500mA | 500mA | |
Quemaduras tejido muscular | 1.5AMP | 1.5AMP |
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Víctor M. Rodríguez Reyna
Egresado de la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Cuenta con más de 30 años de experiencia profesional en la administración de soluciones de ingeniería. Actualmente, es socio-director de Capacitores Alpes Technologies (México), fabricante francés y especialista en calidad y ahorro de energía.