Contratista

La mejor obra su vida

Morelia ha visto el compromiso y la dedicación que el ingeniero Melchor Ibarra ha puesto en manos de sus clientes. Su responsabilidad con el país y su empresa han dado como resultado una constructora fuerte y exitosa.

“Nuestro lema y la camiseta que traen nuestros muchachos: Cumplir con nuestros clientes”.

Antonio Nieto / Bruno Martínez, fotografías.

El camino del ingeniero Fabricio Antonio Melchor Ibarra al frente de Ingeniería Mecánica Eléctrica y Civil Aplicada (IMECA) ha sido intenso y de una trayectoria que siempre fue en ascenso. Su tenacidad y conocimientos como empresario han puesto las condiciones para ser un noble de la ingeniería electromecánica michoacana y de todo México.

Dentro de su perspectiva del sector, no olvida que la premisa básica es la atención al cliente y la puntualidad en la entrega de proyectos. Ha usado estas premisas como los principales valores empresariales. Además, refiere, ha logrado dividir sistemáticamente el trabajo y la familia, un logro del cual se ufana.

“Algo que aprendí es que las cosas no son gratis: siempre hay que empeñarse”.

Constructor Eléctrico (CE): Cómo es tu primer acercamiento en el sector en el que te desempeñas
Fabricio Antonio Melchor Ibarra (FMI): Yo estudié en Monterrey la carrera de ingeniero Mecánico Eléctrico. Trabajé un año y medio en ACRA fibras químicas, que es una planta donde se fabrica poliéster y nylon, del grupo industrial Alfa; ahí me desarrollé en el área de proyectos y vi que la construcción era mi futuro.

Estuve trabajando 18 meses ahí. Por cuestiones de convicción personal decidí regresar a Morelia, porque mi meta siempre fue salir a estudiar algo para regresar y generar cosas nuevas y diferentes. Mi plan nunca fue ir allá, aprender y quedarme en Monterrey.

CE: Por qué decidiste entrar en el sector eléctrico
FMI: Por el mercado. Como ingeniero Mecánico Eléctrico, tenía la opción de decidir entre esas dos áreas, y me di cuenta que en la ingeniería mecánica era muy poco el mercado, porque hay relativamente poca industria. Cuando estaba en Monterrey, me di cuenta que no había mucho desarrollo en ese sentido.

CE: Ya en el ramo de la construcción eléctrica, cómo es el primer abordaje
FMI: Empecé con obras pequeñas hechas con mis propias manos en ingeniería eléctrica. Comencé por hacer locales, departamentos y casas pequeñas. Fue una transición muy difícil que duró un año.

Me di cuenta que el mercado no era igual, y que el poder económico tampoco era parejo, que había muchas necesidades. Empecé con lo básico: a hacer locales, departamentos, casas de interés social, contratos de dos locales, seis departamentos, 20 casas, y así fue subiendo. De esta manera, me relacioné con los demás, conocí gente; tomaba la agenda telefónica y veía constructoras y los visitaba. De cada 50 que visitaba, una me decía que sí. Fue un año muy difícil. La empresa era solamente yo, en ese tiempo.

CE: Cuál fue tu primer trabajo
FMI: Lo primero que hice fue un local de una carnicería con su cámara de refrigeración. Ése fue mi primer trabajo. Nada del otro mundo: contactos, apagadores y un arrancador para la cámara de refrigeración fue lo que instalé.

CE: Cuál fue el detonante para tu crecimiento
FMI: Al decidir irme por la construcción, buscar muchos clientes y obtener respuesta de muy pocos, opté por aumentar mis conocimientos en el área e inicié una maestría en Administración de Empresas, aquí mismo, en Morelia, en la Universidad La Salle. Curiosamente ahí me empecé a juntar y conocer a otros constructores con un perfil distinto y que sus empresas no estaban en el directorio telefónico porque tenían mercados cautivos, no necesitaban publicidad.

Esos compañeros de trabajo empezaron a ser mis primeros clientes importantes (que ya tenían un desarrollo de 50 o 100 casas, un edificio de departamentos de cuatro o cinco niveles). Así trabajé durante dos años hasta que pude hacerme de infraestructura: de nuestro primer camión, nuestra primera grúa… y empecé a desarrollar las urbanizaciones eléctricas. Eso fue más o menos en 1988.

Posteriormente, conocí gente de la CFE, y ellos también me empezaron a dar pequeños contratos. Yo no digo que es éxito, pues cumplía con mis clientes, aunque fueran mis compañeros de la maestría. Si decía que una obra estaría en tres meses, en ese tiempo estaba la obra. Si decía que una obra costaba 100 mil pesos, costaba lo dicho. Si decía que una obra iba a ser confiable, de calidad y con buenos materiales, así se hacía.

Le empezó a gustar mi servicio a los clientes y, de hecho, ahora es parte de nuestro lema y la camiseta que traen nuestros muchachos: “Cumplir con nuestros clientes”, y ésa ha sido siempre nuestra filosofía.

CE: Qué has tenido que hacer como empresario para alcanzar el éxito y llegar al nivel en el que te encuentras
FMI: Considero que ha sido trabajo constante. Algo que aprendí de la gente de Monterrey es que las cosas no son gratis: siempre hay que empeñarse. La cultura del esfuerzo constante que aprendí de allá, tanto en la escuela como en ACRA, para mí eso fue: esfuerzo constante. Llevar una vida moderada, administrarte, cuidar y separar los recursos de la empresa de nuestros recursos es como hemos vivido, con un salario, y uno muy similar al de nuestros demás compañeros de trabajo. Los lujos no llegan, sino después de un buen tiempo.

CE: Cuál es el panorama en la industria de la construcción eléctrica en Morelia
FMI: Limitada, pero nosotros no sólo vemos Michoacán, sino todo el país. Tenemos clientes de todo México, y nos llaman a hacer obras. Por lo tanto, la perspectiva que tengo es de crecimiento constante, sostenido, de abundancia de oportunidades y de trabajo. En lo personal, no veo nubarrones, veo cosas positivas y muchas oportunidades.

CE: ¿Su visión no cambia pesar del decremento de oportunidades en el país o en la región?
FMI: Nosotros siempre nos hemos adelantado. Cuando vimos que el mercado de la vivienda venía hacia abajo, fuimos a otros sectores, al industrial, comercial, del entretenimiento… Y así fue cómo cubrimos las carencias en los desarrollos de vivienda de interés social.

CE: Cómo ha sido este trayecto entre tu trabajo y la atención a tu familia
FMI: Mi familia siempre se ha encontrado por arriba de la empresa. Ha sido un largo aprendizaje. No todo es perfecto, pero te vas dando cuenta que no todo es trabajo, que tener mucho trabajo y el corazón vacío no funciona.

Mi esposa ha sido un elemento de unión en la empresa. En el área de recursos humanos, ha hecho crecer a la gente, los ha capacitado personalmente, los ha motivado a ser mejor, a crecer en su persona, en su matrimonio, en su casa y con sus hijos. Ha sido una gran aliada, porque sin ella no sería posible todo esto: ella es dueña de la mitad de la empresa. Su apoyo como socia ha sido un factor importante para continuar con este proyecto.

CE: Cómo surge la idea de crear una asociación de contratistas electromecánicos en la región
FMI: Nos juntamos dos personas con una misma visión. Una fue el ingeniero José de Jesús Moreno, ex gerente de la División Centro Occidente, ya jubilado, y yo. Los dos tuvimos una visión común que fue ponernos de acuerdo con la CFE y los constructores de obra eléctrica del Estado para beneficiar a nuestros clientes.

Los que nos contratan para hacer las instalaciones eléctricas son los que le compran la energía eléctrica a la CFE. La intención era ponernos de acuerdo para reducir los tiempos de entrega de las obras, para mejorar la calidad, para reducir los costos, para beneficiar en una relación ganar-ganar todos. Ese siempre fue nuestro ideal y para eso establecimos un foro anual, cada septiembre, que es la única ocasión en que nos juntamos todos los constructores del Estado. El foro ha tenido una asistencia de entre 100 y 150 personas.

CE: Con qué enseñanza te quedas después de 15 años de trabajo
FMI: Me quedo con la enseñanza de que todo con fe se puede lograr. En esta vida lo primordial es la esencia del ser: si tú estás bien contigo mismo, con los tuyos, con tus empleados y trabajadores, con tus clientes, siempre te va a ir bien y vas a lograr todo invariablemente.
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Altozano la otra ciudad de Morelia
Luego de 12 años de trabajos, la ingeniería de IMECA ha concluido una de las mayores obras eléctricas de México: el complejo Altozano, en La Nueva Morelia, una ciudad para iluminarse.

Para el complejo Altozano era muy importante considerar viviendas de vanguardia.

El macroproyecto de Altozano, La nueva Morelia, constituye la construcción de una ciudad en la parte alta de la capital de Michoacán. El espacio se compone de desarrollos de centros comerciales, universidades, centros recreativos, unidades residenciales, departamentos, corporativos, hospitales, etcétera. “Es el centro más innovador de Latinoamérica”, se lee en su página web.

Uno de los rasgos más destacados, por su innovación arquitectónica, es el centro comercial Paseo Altozano, donde convergen distintos locales comerciales, desde Liverpool, Starbucks, Sears hasta restaurantes tipo gourmet y un Cinemex. Está catalogado como el más grande del mundo. Tal es el tamaño del este centro comercial, que Felipe Calderón y el entonces gobernador del estado, Leonel Godoy, inauguraron el sitio.

El centro comercial cuenta con 135 mil metros cuadrados de construcción, sobre una superficie de 200 mil metros cuadrados, con 85 mil metros cuadrados de superficie comercial. Paseo Altozano se compone de tres pisos y un estacionamiento para 3 mil 800 vehículos.

Otro gran atractivo de este gran complejo es un campo de golf de 19 hoyos, diseñado por un despacho reconocido internacionalmente. Las sorpresas no terminan ahí: el completo incluye también grandes edificios departamentales de más de 10 pisos, casas, etcétera.

Como el complejo se trata de una pequeña ciudad, ésta tendría la obligación de brindar todos los servicios; así lo es el Megaproyecto Altozano, que cuenta con una oferta educativa de todos los niveles, desde maternal hasta posgrados.

El Tecnológico de Monterrey, la Universidad Vasco de Quiroga, así como el Instituto Valladolid y el Thomas Jefferson son algunas de las instituciones de prestigio.

Además, Altozano también ofrece a los visitantes hospedaje a través de hoteles de varias categorías y restaurantes de la más alta cocina mexicana e internacional.

Darle vida a través de la energía fue un desafío que IMECA tomó durante 12 años. El resultado se ha traducido en eficiencia y en seguridad en todo Altozano.

Todo comenzó en 2001 con la construcción del Tecnológico de Monterrey, campus Morelia, donde la empresa, que dirige el ingeniero Fabricio Melchor Ibarra, participó con un contrato de agua potable, agua contra incendios, aire comprimido y la acometida eléctrica subterránea en media tensión, la cual consta de 1.5 km de longitud total en dos circuitos 3F-4H a 13 mil 200 Volts con cable de energía de aluminio Cal. 500 MCM.

Con esta importante obra base, se eregió lo que hoy es el área de crecimiento más grande e importante de Morelia, y que consta de 900 hectáreas para su desarrollo.

Durante más de 11 años, IMECA ha estado en todos los proyectos de Altozano: las redes eléctricas subterráneas en media tensión requeridas para su desarrollo; las redes eléctricas de distribución en baja tensión y las redes eléctricas de baja tensión para utilización requeridas para la operación de estos proyectos.

La empresa ha prestado su ingeniería para electrificar el Campo de Golf de 19 Hoyos; la Casa Club Altozano; el complejo Torres Monarca; la Torre Vivalto; el complejo Torres Panorama; Restaurant el Hoyo 19; acometida en media tensión para el centro comercial Waltmart Altozano; múltiples conjuntos habitacionales de interés medio residencial que suman más de 3 mil lotes; diversas obras de servicio complementarios, como locales comerciales kínderes, escuelas, pozos de agua, plantas de tratamiento, sistemas de bombeo, alumbrado público, etcétera.

IMECA no sólo se encargó de instalaciones de alta, media y baja en este megaproyecto, también llevó a cabo la iluminación en Paseo Altozano en las lonarias, las cuales tienen juegos de luz que forman haces nocturnos de varias tonalidades.

En términos generales, se puede decir que IMECA está edificando en Altozano La Nueva Morelia con servicios eléctricos de clase mundial, pues cuenta con SE de Potencia con todas sus acometidas en alta y media subterráneas; todas las redes de media y baja tensión también son totalmente subterráneas; transformadores sumergibles, seccionadores sumergibles y concentraciones de medidores interiores, lo que trae como beneficio el nuevo impacto visual de las instalaciones eléctricas en todo el desarrollo.

A la cabeza del proyecto estuvo el ingeniero Fabricio Melchor Ibarra, quien en el recorrido por este sitio reconoció la ardua labor de un proyecto como éste. Además, destacó el esfuerzo para brindar el mejor servicio de ingeniería e instalación, y el respeto de toda la normatividad vigente.

La ciudad electrificada por IMECA ha tenido un impacto internacional. Los inversionistas ya proyectan emular este complejo en otras latitudes de la República.
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