Crisis energética española
La nación ibérica atraviesa una crisis que ha tenido fuertes repercusiones en la industria eléctrica, la cual ha impactado en el uso de energías renovables. Un viraje necesario resulta indispensable para el repunte español.
En la actualidad, España cuenta con más de 1 mil centrales de generación de energía eléctrica, de las cuales, casi 900 son hidroeléctricas.
Por Antonia Tapia.
Anualmente, España gasta aproximadamente 60 millones de dólares en la importación de combustibles fósiles. Durante 2013 alcanzó el 17 por ciento en cuanto a generación y consumo de energías renovables, colocándose entre los primeros lugares. Sin embargo, la crisis económica española que se desató en 2008 ha tenido un fuerte impacto en este sector, el cual se espera que en los próximos meses protagonice duros recortes retroactivos.
El mercado eléctrico español se integra por cinco grandes empresas: Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa, Enel Viesgo y HC Energía, las cuales dominan el mercado y se conjuntan en la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa), agrupación que se creó en 1944 durante la dictadura franquista.
En España, estas firmas producen y distribuyen el 80 por ciento del total de la electricidad del país ibérico, mientras que el 20 por ciento restante corre a cargo de pequeñas sociedades que generan electricidad empleando energías renovables.
La energía eléctrica en este país se genera en 56 por ciento por medio de energías no renovables provenientes de combustibles fósiles; le siguen las energías renovables con un total de 35 % y, al final del listado, se localizan las centrales de ciclo combinado con 9 %.
Comunidades autónomas como Cataluña, Andalucía, Castilla y León, y Galicia son las mayores generadoras de electricidad. En cuanto a consumo, Cataluña, Asturias y el País Vasco tienen los índices de consumo más elevados, mientras que Castilla y León, Andalucía y Extremadura arrojan índices de consumo por debajo de la media.
El sector industrial y de la construcción son los mayores consumidores de electricidad, detrás de ellos se ubican el residencial, comercial y de servicios y el sector primario (agricultura, energía, entre otros).
La Red Eléctrica de España (REE) es la empresa que se encarga del transporte de electricidad de alta tensión y de operar el sistema eléctrico español, el cual se divide en dos zonas: Sistema Eléctrico Peninsular y no Peninsular (Islas Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla).
Por otro lado, empresas como Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa, Enel Viesgo y HC Energía son las encargadas del transporte de la energía eléctrica de baja tensión.
La longitud total de las líneas de transporte y distribución de energía eléctrica en España oscila los 950 mil kilómetros. La red española se interconecta directamente con las de Francia, Portugal, Andorra y Marruecos (a través del Estrecho de Gibraltar).
De acuerdo con datos de la REE, en febrero de 2014 la demanda de energía eléctrica en el sistema Peninsular alcanzó los 20 mil 279 GWh, 1.3 % menos que la de febrero de 2013.
La potencia eléctrica instalada en España, según datos de 2012, fue de 107 mil 615 MW y su demanda es de aproximadamente 43 mil 527 MW.
Por otro lado, en el sistema eléctrico peninsular la estructura de la potencia instalada con la que cuenta se distribuye de la siguiente manera: ciclo combinado 24.8 %; eólica 22.2 %; hidráulica 19.4 %; carbón 10.9 %; nuclear 7.7 %; cogeneración 7 %; solar fotovoltaica 4.3 %; solar térmica 2.2 %; térmica renovable 1 %, y combustible 0.5%.
La generación peninsular procedente de fuentes de energía renovables representó 59 % (eólica 28.3 %; solar térmica 0.5 %; hidráulica 26.8 %; solar fotovoltaica 2 %, y térmica renovable 1.4 %). Durante el mismo periodo, la generación de electricidad mediante fuentes no renovables alcanzó un total de 41 % (nuclear 22.3 %; cogeneración 9.6 %; ciclo combinado 5.7 %, y carbón 3.4 %).
Para febrero de 2014, la demanda de energía eléctrica en el conjunto de los sistemas no peninsulares disminuyó 3.1 % en comparación con la de febrero de 2013. En Baleares el descenso representó 9.8 %, en Canarias 0.6 % y en Ceuta y Melilla 14.4 % y 3.7 %, respectivamente.
En el conjunto de los sistemas eléctricos no peninsulares la estructura de la potencia instalada se distribuye de la siguiente manera: ciclo combinado 66.3 %; turbina de gas 47.2 %; turbina de vapor 22.4 %; carbón 20.5 %; motores diésel 25.7 %; eólica 4.7 %; solar fotovoltaica 8.4 %; cogeneración 6.4 %, y térmica renovable 0.2 %.
Según indica la REE, durante este tiempo el precio final de la demanda peninsular se ha situado en €33.01 MWh, lo que significa 34.2 por ciento menos que el costo durante el mes previo y 44.1 por ciento menos que en el mismo mes del año anterior. El precio medio del mercado diario marcó en febrero un nuevo mínimo histórico, debido a la elevada producción eólica e hidráulica, que han sido la primera y segunda tecnología, respectivamente, con más generación en la estructura de producción del sistema.
Centrales generadoras
En España, la construcción de la gran mayoría de las centrales generadoras de electricidad se registraron entre 1960 y 1980, tiempo en el que se construyeron grandes centrales hidráulicas, térmicas y nucleares. La hidroelectricidad vivió su época de oro entre la década de 1920 y la de 1960, pero en 1970 la producción térmica la desbancó del primer puesto, gracias a que se le incentivó enérgicamente y a su alto consumo de petróleo importado; sin embargo, la gran crisis energética determinó que el carbón se volviera a utilizar en las centrales térmicas.
En la actualidad, España cuenta con más de 1 mil centrales de producción de energía eléctrica, de las cuales, casi 900 son hidroeléctricas, 200 son térmicas convencionales y sólo nueve nucleares. También existe un creciente número de centrales eólicas, de biomasa y de centrales fotovoltaicas.
Además de éstas, existen otras instalaciones capaces de producir electricidad en industrias con sistemas de cogeneración y pequeñas instalaciones de paneles fotovoltaicos.
En cuanto a distribución geográfica, gran parte de las centrales se concentran en el Norte del país, zona en donde se localizan mayores recursos hidráulicos y abundantes reservas de carbón. Hoy en día, en la zona no montañosa de la gran meseta central se han instalado muchos parques eólicos.
En cuanto a la energía eólica, según datos de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), la potencia que se instaló a finales de 2013 fue de 22 mil 959 MW. Este tipo de energía fue la primera tecnología en el sistema eléctrico en ese año con una producción de 54 mil 478 GWh y una cobertura de 20.9 % de la demanda eléctrica.
En España, más de 20 mil personas trabajan en el sector eólico, el cual exporta tecnología por un valor de 1 mil 933 millones de euros al año, e invierte en I+D alrededor de 85.5 millones de euros anuales. Del mismo modo, la energía aporta directa e indirectamente 2 mil 623 millones de euros al Producto Interno Bruto (PIB) en el que representa 0.24 %.
En cuanto a energía solar termoeléctrica, de acuerdo con cifras de la Asociación Española de la Industria Solar Termoeléctrica (Protermosolar), existen en el país 50 centrales en operación, cuya producción en marzo de 2014 representó 398 GWh. Este sector genera 17 mil 816 puestos laborales.
Según la Asociación Nacional de Productores de energía fotovoltaica (Anpier), España es uno de los protagonistas mundiales en lo que se refiere a energía fotovoltaica. En 2008 y a nivel mundial, fue de los países con más potencia fotovoltaica instalada con 2 mil 708 MW. Las regulaciones del sector que posteriormente se originaron frenaron este desarrollo; en 2011 únicamente se instalaron 354 MW, es decir, 2 % del total de la Unión Europea. En 2012 la potencia total fotovoltaica instalada en España ascendió a 4 mil 243 MW.
El país también cuenta con 22 plantas de biogás industrial cuya producción proviene casi en 90 por ciento de vertederos y depuradoras. Comunidades como Andalucía, Galicia y Castilla y León llevan la delantera en cuanto al uso de esta fuente energética y son comunidades donde existe un sector forestal desarrollado que posibilita su expansión. Andalucía, por ejemplo, encabeza la producción de energía eléctrica mediante biomasa y es una zona en la que existen 18 plantas de generación eléctrica con una capacidad total instalada de 208 mil 70 MW.
En los últimos años, el sector de los biocombustibles ha presentado un incremento y se han establecido diversos mecanismos de fomento para su empleo, sobre todo en el sector transporte.
Por otro lado, la energía geotérmica presenta gran potencial y existen aproximadamente 150 MW instalados.
La liberalización del mercado
En 1986 la entrada de España a la Comunidad Europea obligó a que adaptara su legislación a los objetivos comunitarios de liberalización e introducción a la competencia del mercado de la electricidad; por otro lado, a finales de 1990, el mercado eléctrico comenzó su proceso de liberalización. Dentro de ese contexto, las reglas del mercado mayorista que representaron cinco grandes empresas: Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa, Enel Viesgo y HC Energía, son las que han tenido mayor incidencia y presión dentro de la política energética española.
Del mismo modo, de la mano del neoliberalismo, las reformas estructurales que tuvieron lugar en Latinoamérica en 1990 permitieron la privatización de empresas estatales. Este contexto posibilitó que las inversiones españolas primaran en el sector energético, sobre todo en el de hidrocarburos en países como Brasil, México, Chile, Colombia, Venezuela y Argentina.
En estos días, gran parte de las inversiones españolas se enfocan en el sector de servicios e infraestructuras, donde el sector energético concentra el 22.6 por ciento. Muchas de ellas se registran en el apartado de energías renovables.
Crisis económica y recorte a las renovables
La crisis económica de 2008 significó un duro golpe para el sector de las energías renovables. A la fecha, diversas asociaciones de renovables de ámbito estatal como Anpier, Protermosolar, Asociación de Productores de Energías Renovables (Appa) y la Unión Española Fotovoltaica (Unef) han denunciado que el gobierno español, a través de la propuesta de orden de parámetros retributivos y el Real Decreto sobre Renovables, encamina, según expresan en un comunicado de prensa, a aniquilar las energías renovables. Del mismo modo, indican que la reforma del sistema eléctrico se ha limitado a poner en marcha medidas meramente recaudatorias que recaen fundamentalmente sobre las energías renovables y los consumidores.
En lo que a renovables se refiere, el comunicado afirma que el ajuste de las medidas que se llevan a cabo desde 2011, junto con lo que se contempla en la propuesta de orden, reducirá los ingresos previstos por el sector para 2014 en más de 3 mil 400 millones de euros.
Representantes de la Dirección General de Energía de la Comisión Europea también han criticado al gobierno español por los recortes, pues, según expresan en el informe Design features of support schemes for renewable electricity, dañan las inversiones, encarecen la financiación de proyectos y penalizan el autoconsumo con impuestos que hacen inviable su inversión y amortización a corto plazo.
El tipo de medidas que ha adoptado el Gobierno de España pone en riesgo el objetivo de la Comisión Europea en cuanto a energías renovables con miras a 2020, el cual determina que la cuota de los países europeos en cuanto al consumo final de energía proveniente de este tipo de fuentes sea de 20 por ciento. Actualmente, España registra 15 por ciento de consumo proveniente de estas fuentes.
Las medidas tomadas por el Gobierno Español ponen en riesgo el objetivo de la Comisión Europea, el cual determina que la cuota de los países europeos en cuanto a consumo final proveniente de fuentes renovables sea de 20 %, pues España sólo registra 15 %
————————————————————————————————————————————————-
