Mundial Sustentable
Bajo el marco del torneo más importante de futbol a nivel mundial, las edificaciones de los estadios de Brasil adoptaron tendencias sustentables. Estas iniciativas amigables con el medioambiente permitieron que algunos estadios brasileños recibieran la certificación LEED, galardón que se otorga a edificaciones que poseen rasgos de eficiencia en consumo energético.
Por Manuel Merelles
Los estadios Mineirão de Belo Horizonte y Castelão de Fortaleza fueron los únicos estadios que se concluyeron dentro del plazo estipulado por la FIFA para la Copa Confederaciones, mientras que la entrega del resto de los inmuebles se retrasó, detalle que generó algunos inconvenientes a las autoridades brasileñas y los responsables del organismo mundial.
El Arena Pernambuco, en el poblado de Recife, se proyectó totalmente desde cero, mientras que el Fonte Nova, en Salvador, también se construyó desde los cimientos, pero respetando el diseño de su predecesor, el antiguo estadio del centro de la capital de Bahía.
Los otros tres estadios –el Castelão, el Mineirão y el Maracaná– preservaron gran parte de su estructura original que los consagraron como tres de los mayores referentes del futbol brasileño.
Uno de los principales estadios del país sudamericano y estandarte de la selección “verdeamarela” es el mítico Maracaná, sede de la final de la Copa Confederaciones 2013, también de innumerables encuentros de la selección brasileña como local y, actualmente, del Mundial 2014.
Este estadio, que dio nombre al histórico “maracanazo” de 1950, después de la derrota del conjunto brasileño frente a la selección representativa de Uruguay, se rediseñó. Los arquitectos decidieron conservar únicamente la característica fachada elíptica, mientras realizaron una profunda acometida que cambió prácticamente todo el interior del recinto.
El nuevo Maracaná luce una cubierta de lona tensada y un solo piso de gradas con un mosaico formado por 76 mil 804 asientos amarillos, azules y blancos que junto con el verde del césped conforman los colores de la bandera carioca.
A través de las reformas tecnológicas que presenta el innovador estadio, el Maracaná reduce el consumo de agua en un 30 por ciento a través del uso de cisternas que captan y filtran la lluvia, para después regar el campo y abastecer los retretes. Asimismo, alcanzará un ahorro de hasta 8 por ciento en el consumo energético, gracias a los 23 mil 500 focos tipo led de bajo consumo y a las placas solares instaladas en el techo.
Estas medidas ayudarán a reducir el impacto financiero del capital invertido en las adecuaciones y reformas realizadas en el inmueble, las cuales ascendieron a 560 millones de dólares, aproximadamente, situando al estadio Maracaná como el más caro del certamen.
Otro de los estadios renovados para el cotejo mundialista fue el estadio Castelão que, alejado de la zona capital, requirió de una menor inversión –costó 246 millones de dólares– debido a que mantuvo intacto cerca de 75 por ciento del antiguo estadio de Fortaleza, el cual se construyó en 1973.
Entre las alteraciones que sufrió el inmueble se encuentran la destrucción de una tribuna, también se rehízo el anillo inferior y se creó una nueva fachada de acero inoxidable y vidrio, en la que sobresalen 60 pilares metálicos de 42 metros de altura que sostienen la cobertura.
Con una capacidad para albergar 64 mil 846 aficionados y sede de una de las semifinales, el Castelão recibió el distintivo LEED Platino, la categoría más elevada de la certificación.
El renovado Castelão también ha incorporado a sus instalaciones un museo del futbol del estado de Ceará, que se ubica entre los dos pisos de gradas y que cuenta con una espectacular vista al campo.
Otro de los recintos es el estadio Mineirão, el coliseo de la ciudad de Belo Horizonte, que desde su inauguración en la década de 1960 ha sido uno de los más emblemáticos de Brasil.
Entre los cambios que se llevaron a cabo en la casa del club brasileño Cruzeiro se encuentran la reducción de su capacidad a 62 mil 547 espectadores, la eliminación de puntos ciegos, el acercamiento de las gradas al césped y la modernización de todas sus instalaciones.
Los responsables de esta reestructura conservaron intacta la fachada original de cemento desnudo, protegida como patrimonio histórico nacional y que forma parte del paisaje más característico de dicha zona.
El estadio Fonte Nova de Salvador cuenta con 48 mil 747 localidades y es otro de los inmuebles donde se buscó conservar la memoria futbolística de su diseño, respetando el mismo concepto arquitectónico que su homónimo antecesor, enclavado en el centro de la ciudad.
Se mantuvo la forma en herradura de la estructura sin gradas detrás de una de las porterías, lo que permitió tener un escenario espectacular, desde el terreno de juego, de la laguna Dique do Tororó.
El Arena Pernambuco, ideado desde su origen y construido en el término municipal de São Lourenço da Mata, en el límite con Recife, la capital del estado de Pernambuco, cuenta con un aforo de 44 mil 248 visitantes y es el estadio de menor capacidad en la competición.
Por otro lado, forma parte de un gran complejo urbanístico al que se le dio el nombre de Ciudad del Mundial, que incluye la construcción de 4 mil 500 apartamentos, zonas de ocio y un campus universitario.
Este proyecto, que de acuerdo a las proyecciones se concluye en 2025, pretende impulsar el crecimiento de la región. Contó con el apoyo de fondos privados y exigió inversiones de cerca de 3 mil 900 millones de reales (unos 1 mil 855 millones de dólares).
Cada estadio cuenta con inmejorables condiciones de visibilidad y confort; a la par, incorporan innovaciones tecnológicas sostenibles para reducir el consumo energético.
————————————————————————————————————————————————-