Proyección desafiante
Ubicado en el mejor corredor de oficinas del centro de la Ciudad de México, Pedregal 24 conjuntó un diseño arquitectónico vanguardista, infraestructura innovadora y la mejor ingeniería. Sus rasgos de consumo eléctrico, habitabilidad, optimización de recursos e integración con el medioambiente le permitirán obtener la certificación LEED platino para nuevas construcciones
Por Christopher García / Bruno Martínez, fotografías
Más de 4 mil 400 metros cuadrados de terreno, 126 mil metros cuadrados de superficie de piso y más de 66 mil metros cuadrados de área rentable conforman Pedregal 24, una de las edificaciones más sobresalientes construidas en los últimos años en México.
Proyectado por la desarrolladora inmobiliaria Grupo DANHOS, el diseño arquitectónico del edificio fue concebido por el gran arquitecto mexicano Teodoro González de León. El desarrollo estructural de la edificación corrió a cargo de la firma internacional ARUP. El conjunto de ambos estudios permitió erigir una de las torres más impresionantes y seguras, llamada a convertirse en ícono de la Ciudad de México.
Desde el nivel de calle, el edificio se eleva hasta 133 metros. En el proyecto inicial, se habría elevado a mayor altura, pues se tenía contemplada la inclusión de los estacionamientos sobre el nivel del piso. Sin embargo, debido a restricciones del espacio aéreo, se decidió la construcción subterránea de 2 mil 300 cajones de estacionamiento, distribuidos en 16 niveles.
Infraestructura eléctrica
Para la electrificación de las 25 plantas, 16 niveles de estacionamiento, sistemas de iluminación exterior, entre otros espacios que conforman el proyecto, la empresa mexicana Equipos, Transformadores, Refacciones y Accesorios, S.A. de C.V. (ETRA), desplegó un proyecto equiparable al de los mejores desarrollos inmobiliarios del mundo.
A decir de su director General, el ingeniero René Vargas del Valle, el proyecto “nos planteó grandes retos de diseño de infraestructura eléctrica, ya que se tenía que conjugar la modernidad, la funcionalidad, la continuidad, el ahorro energético, la optimización de espacios y la fundamental estética; factores predominantes que el proyecto tenía que satisfacer. Con respecto a la tecnología, debía contar con todas las innovaciones que presentan los edificios más avanzados del mundo, control y automatización en las diferentes especialidades, aire acondicionado, alumbrado, control de accesos, control y asistencia para el tráfico en estacionamientos, entre otras exigencias”.
Al tratarse de un edificio de gran altura (133 metros desde el piso), con una demanda de energía eléctrica de 4 mil 886 kilowatts (con un promedio de 106 servicios) y su ubicación geográfica, la red existente de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no contaba con la capacidad para su conexión y suministro.
Esto implicó que la CFE solicitara la construcción de un circuito nuevo con una trayectoria de más de 4 kilómetros en tejido subterráneo, que parte del entronque ubicado en Reforma y Palmas y arriba al sitio de acometida localizado en la calle de Teapa. Para el recorrido bajo tierra, fueron necesarios 16 mil metros de cable de media tensión, clase 25 kilovolts.
Al tratarse de una instalación moderna, actual, segura, eficiente y de alto flujo vehicular, la implementación de los circuitos de 23 mil volts se realizó con apoyo de la última tecnología en instalaciones subterráneas (perforación horizontal dirigida), lo cual permitió minimizar las afectaciones a los colonos y reducir los tiempos de ejecución de la obra.
La acometida principal del edificio fue diseñada con equipos de seccionamiento de alta seguridad RM6 de tipo sumergible y tipo pedestal en hexafloruro de azufre. En la azotea del edificio, en el piso 17 y en el lobby se localizan tres cuartos eléctricos distintos que alojan el conjunto de equipos encargados de la transformación, adecuación, distribución, protección y suministro del fluido eléctrico a los distintos niveles de la obra.
En cada uno de ellos se cuenta con un seccionador SE-3, trifásico, aislado en SF6 como medio de extinción del arco de corriente de carga. La red de media tensión distribuye energía a seis subestaciones hipercompactas, clase 25 kilovolts, acopladas a transformadores encapsulados altamente confiables (tipo Thrial), los cuales son monitoreados vía remota para conocer su desempeño y anticipar cualquier disturbio. A su vez, dichos transformadores están acoplados a tableros autosoportados de distribución.
La infraestructura de media tensión del edificio cuenta con subestaciones particulares y compartidas, ubicadas estratégicamente, siendo ésta la columna vertebral del edificio, lo cual permitió reducir distancias de alimentadores logrando reducir los costos de instalación en baja tensión (instalación más costosa).
La distribución de la corriente a cada nivel se llevó a cabo mediante electroducto, tecnología de última generación capaz de reducir considerablemente los espacios necesarios para el tejido eléctrico y disminuir las pérdidas de energía. Fueron necesarios 400 metros de este equipo, capaz de trasladar una corriente de 1 mil 200 amperes, en tensión de 480 volts.
Mediante esta tecnología, la energía arriba a cada nivel a un transformador que recibe la corriente en 480 volts y la transforma a 220 para entregarla a los usuarios de cada piso. De manera individual, los inquilinos se encargan de los sistemas y del tejido eléctrico que les brindará alimentación eléctrica.
Todas las subestaciones cuentan con el respaldo de siete plantas de emergencia con motor de combustión interna a diésel al ciento por ciento de la capacidad total, lo que permite ofrecer energía a todo el edificio en caso de que se suscite la interrupción del fluido principal.
Para la transportación de los usuarios por los diferentes niveles, se instalaron ocho elevadores de la marca Otis, alimentados cada uno por un tablero de alimentación en baja tensión. El control de temperatura para los inquilinos se encuentra a cargo de tres torres de enfriamiento, diversas unidades manejadoras de aire y condensadoras para los sistemas individuales de las oficinas.
Respecto de la seguridad, en los 16 niveles de estacionamiento se instalaron sistemas de extracción e inyección de aire, que entran en funcionamiento cuando la concentración de gases pueda representar riesgos para la salud de los usuarios. Los cubos de escaleras se encuentran presurizados para evitar, asimismo, la concentración de humo nocivo en caso de incendio y permitir la libre evacuación de los inquilinos.
En cada nivel de estacionamiento se instalaron sensores de proximidad que detectan la presencia de usuarios. Esto permite que se enciendan y apaguen automáticamente ante la cercanía de personas, lo que deriva en ahorros considerables en el consumo de energía por iluminación.
Agradecemos al ingeniero René Vargas del Valle, director General de ETRA, por la información brindada y por las facilidades para realizar este reportaje. Asimismo, agradecemos a los ingenieros José Alfredo Herrera y Filiberto Maya, de ETRA, por su tiempo y disposición para el recorrido en las instalaciones eléctricas del proyecto. Además, agradecemos al ingeniero Sergio González, director de Operaciones de Grupo DANHOS, por las facilidades para el recorrido dentro de las instalaciones.