Infraestructura para el porteo de hidroelectricidad
Dos centrales hidroeléctricas de pequeña producción se están desarrollando en Jalisco, cuya energía generada se entregará a la CFE para abastecer a la red general. A fin de interconectar ambos proyectos, la compañía IME Ingeniería ha desplegado sus capacidades. El objetivo: desarrollar la infraestructura que permita aprovechar la energía generada por ambas centrales
Por Christopher García / Francisco González, fotografías
En el municipio Unión de Tula, localizado a 200 kilómetros de la capital de Jalisco, se desarrollan actualmente dos centrales hidroeléctricas de pequeña producción que se planea entren en funcionamiento en marzo de 2016, inyectando 7.4 y 5.76 megawatts de electricidad, respectivamente, a la Red General de Distribución nacional.
Ambos proyectos, desarrollados por las empresas españolas Energy Resources y Gestamp, aprovecharán la caída de agua de dos represas, propiedad de la Comisión Nacional del Agua, cuyo impulso natural se dirigirá hacia las turbinas para generar electricidad. Dichos proyectos hidroeléctricos, que se han denominado Hidroeléctrica Trigomil e Hidroeléctrica Tacotán, se encuentran aún en fase de construcción, a cargo de la compañía Iberdrola.
Sin embargo, la generación de la electricidad mediante el flujo del agua es sólo el punto de partida de ambos proyectos. Para que los diferentes usuarios atendidos por la red eléctrica nacional puedan aprovecharla, es necesario trasladar la energía a una subestación eléctrica, desde donde es posible distribuirla a las diversas zonas que requieran del fluido.
Para ello, la compañía mexicana IME Ingeniería se ha encargado de desarrollar un proyecto de infraestructura para interconectar ambas hidroeléctricas con la subestación eléctrica San Clemente, que se encargará de suministrar la energía a los poblados y municipios cercanos.
De acuerdo con la información proporcionada por el maestro en Ingeniería Eléctrica Jorge Ortiz Ramírez, director de Operaciones de IME Ingeniería, las obras desarrolladas por la empresa para interconectar ambas centrales de generación están conformadas por dos líneas de transmisión en 23 kV, de 30 y 18 kilómetros, respectivamente. Asimismo, se desarrollaron dos bahías y alimentadores en 23 kV en la subestación eléctrica de la central generadora, y dos bahías y alimentadores adicionales en la subestación San Clemente, lugar al que llega la energía generada por los proyectos.
Asimismo, se instaló un transformador en 115 / 69 / 23 kV, 20 MVA, en la subestación eléctrica San Clemente de la División de Distribución Jalisco de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para sustituir al transformador que operaba hasta ahora; además de que se realizarán mejoras a la subestación, las cuales contemplan la instalación de sistemas de telemetría, reemplazo de protecciones y el desarrollo de un cuarto eléctrico para las labores propias del sitio.
Gestación del proyecto
El ingeniero Jorge Ortiz relata que el desarrollo de ambas centrales hidroeléctricas consiste en un proceso de varios años. Según el Título de Permiso de Pequeña Producción de Energía Eléctrica, otorgado por la Comisión Reguladora de Energía a los desarrolladores del proyecto, “El programa de obras a desarrollarse por la permisionaria [Hidroeléctrica Tacotán] dio inicio en 2006, con las actividades administrativas y legales previas y la obtención de permisos”.
Desde entonces, casi 10 años después, los dos proyectos están casi listos para entrar en funciones. Jorge Ortiz explica que el tiempo transcurrido hasta ahora se debe, en gran medida, a los estudios de factibilidad que deben realizarse antes de comenzar con el desarrollo del proyecto, los cuales toman en consideración las posibilidades de generación que presenta el sitio, la rentabilidad del proyecto, el impacto ambiental que se generará, así como la obtención de distintos permisos y las negociaciones que deben realizarse con las autoridades federales y los pobladores de la zona. Una vez obtenidos permisos y acuerdos y que se cuenta con la información suficiente para garantizar el éxito del proyecto, es posible iniciarlo.
En el caso de los trabajos necesarios para la instalación de las líneas de transmisión es preciso llevar a cabo estudios y labores similares. De hecho, comenta el ingeniero Ortiz: “Como encargados de la obra, tenemos que realizar un estudio y entregar una declaratoria de impacto ambiental, en la que garantizamos que la biodiversidad de la zona no se verá afectada. Esto implica la recopilación de información sobre la flora y la fauna del sitio, la cual debe relocalizarse cuando exista riesgo de afectación como resultado de los trabajos que se llevarán a cabo”.
Trabajo en la hidroeléctrica y recorrido hasta la subestación
El municipio Unión de Tula se localiza a aproximadamente 15 kilómetros de la subestación eléctrica San Clemente. En él, la Presa General Ramón Corona, propiedad de la Comisión Nacional del Agua, será una de las represas empleadas para la generación de energía eléctrica que se entregará a la CFE, a través de un contrato de pequeña producción otorgado por el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace).
La labor de transmisión eléctrica inicia justo en el sitio donde se ubican las hidroeléctricas. Los conductores parten de los generadores que producen la energía. De inmediato, se dirigen hacia un túnel que atraviesa la roca montañosa y por donde el agua cae a través de un sistema de tubería, tras ser redireccionada desde la parte alta de la represa. Dicho túnel es aprovechado por las líneas de transmisión, donde se instalaron cables de energía en media tensión, a fin de que operara bajo las condiciones requeridas.
Después de cumplir su labor en las turbinas generadoras, el agua se libera nuevamente hacia su cauce natural, que forma parte del río Ayuquila, cuyo recurso hídrico es empleado para labores de riego, abastecimiento a las comunidades cercanas, además de ser rico en pez tilapia.
La línea de transmisión recorre una distancia de 70 metros desde la casa de máquinas hasta la entrada del túnel; más tarde, avanza 300 metros más a través de éste, hasta desembocar en la salida opuesta, donde continúa su recorrido durante 350 metros hacia la parte alta de la represa.
A la salida del túnel, el cable de energía está colocado en charola elevada, a una altura de aproximadamente 2.50 metros, debido a que las condiciones de dureza de la roca impiden canalizarlo mediante tendido subterráneo. Una vez alcanzada la parte superior de la represa, una serie de postes de concreto, instalados específicamente para tal labor, se encargan de continuar con el recorrido en tendido aéreo hacia la subestación eléctrica San Clemente. Cabe señalar que los más de 700 metros de recorrido desde la turbina hasta los postes se realiza con un solo conductor, sin empalmes, lo que implica una labor cuidadosa para evitar daños internos y externos sobre el cable, con la finalidad de que opere en óptimas condiciones.
Al dejar el área de la Presa General Ramón Corona, comienza un recorrido de 30 kilómetros en tendido aéreo, mediante una línea de transmisión de 23 kV, hasta alcanzar la subestación. Un total de 15 kilómetros del recorrido se lleva a cabo en campo virgen, atravesando tramos de montaña, debido a que el camino hacia la presa dibuja una gran cantidad de curvas y exigiría la instalación de mayor cantidad de cable, postes y crucetas. La mitad restante del recorrido se realiza por el tramo carretero que parte de Unión de Tula y atraviesa municipios como Villa Corona, Cocula, Ojo de Agua, Cofradía de Duendes, entre otros.
Para el tendido de las líneas de transmisión se emplearon alrededor de 650 postes de concreto, algunos de los cuales cuentan con retenidas para mantener la vertical, dado que gran parte del terreno se emplea para el cultivo y presenta condiciones cenagosas. Para el montaje de los postes y sus retenidas se cavaron 2 mil 200 cepas, tanto en carretera como en campo virgen.
Al llegar a la subestación eléctrica San Clemente, operada por la CFE, se realiza la interconexión también en tendido aéreo. Entre las labores involucradas en el proyecto se incluye la instalación de un transformador de 20 MVA, compartido con la Hidroeléctrica Tacotán, además del reemplazo de los equipos de protección, el desarrollo de una bahía de maniobra y un alimentador en 23 kV.
Adicionalmente, fue necesaria la instalación de equipos de protección, comunicación, medición y control, que permitan operar con seguridad y confiabilidad el esquema de suministro de energía eléctrica establecido por el Cenace. Estos trabajos, finalmente, permitirán conectar la central hidroeléctrica con la red general de distribución.
El ingeniero Jorge Ortiz comenta que para las labores realizadas se requirió la participación de 50 personas trabajando al unísono en el proyecto, a fin de concluir con el proyecto en el tiempo establecido.
Datos generales del proyecto de infraestructura para la Hidroeléctrica Trigomil
- Empresa a cargo del proyecto: IME Ingeniería
- Elaboración de estudios y declaratoria de impacto ambiental
- 1 año de trabajo para las labores en la subestación San Clemente
- 1 año de trabajo para el desarrollo de las líneas de transmisión en media tensión
- 50 personas trabajando de manera permanente
- 4 MW de capacidad de generación
- 650 postes de concreto para las líneas de transmisión
- 2 mil 200 cepas para la instalación de postes de concreto
- 15 kilómetros de línea de trasmisión en media tensión en tramo carretero
- 15 kilómetros de línea de transmisión en media tensión en campo virgen
- 720 metros de cable de energía en línea única, sin empalmes