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La energía en un grano de café

Por Ángel Martínez / Fotografías: cortesía Nestlé

Es probable que el próximo café soluble que alguien deguste haya implicado, en alguna parte de su proceso, la utilización de una energía renovable tan desaprovechada en el país como lo es el bagazo, residuos orgánicos que, una vez tratados, pueden colaborar significativamente en la generación de energía limpia por biomasa. De hecho, hace no mucho, este tipo de energía fue el eje principal de una investigación de Constructor Eléctrico. En él se planteaba la siguiente pregunta: ¿Es tiempo para la biomasa?. En ese momento, el doctor Huacuz Villamar fue contundente: En el plano mexicano, a 15 años, no hay un plan de acción efectivo, por lo menos desde el Gobierno, en el que se incluya a esta renovable.

Quizá por ello cause singular reconocimiento saber que, desde 2007, Grupo Nestlé de México ha implementado un plan de acción en el que las energías limpias tomaron un papel protagónico. Así lo relata Francis Pérez, directora de Creación de Valor Compartido y Sustentabilidad para esta compañía: “Nestlé es una empresa que está comprometida con la mejora continua y con la estrategia de valor compartido. Por ello, desde 2007, definió áreas de acción sobre el agua y el medioambiente como pilares. Hoy podemos decir que desde 2013, 80 por ciento de la energía eléctrica es abastecida desde parques eólicos. También, en 2013, iniciamos con la operación de la caldera de biomasa, en Toluca, la cual se abastece con todo el bagazo residual del café soluble que se elabora. Esta caldera aporta 50 por ciento de los requerimientos de los procesos de vapor que se necesitan ahí, al tiempo que nos permite ahorrar 30 por ciento del consumo del gas de esa instalación”.

De este modo, la compañía de origen suizo también ha incursionado en la ocupación de la energía fotovoltaica y térmica, y desde el año pasado contaba ya con un caudal de 800 paneles solares. Todo ello, en resumen, contribuye de manera considerable a la mitigación de las emisiones de CO2, al reducir más de 37 por ciento de gases de efecto invernadero (GEI) por tonelada producida. “En sí, a 2015, esto puede traducirse en la eliminación de emisiones de CO2 en 71 por ciento, comparado con una base-line en 2005, lo cual significaría sacar de circulación alrededor de 46 mil automóviles”, especifica.

“La fábrica de Toluca, en donde se producen los chocolates, utiliza más de 50 por ciento de energía renovable para su elaboración, sobre todo en energía eléctrica. Y, en general, todas las plantas del país operan mínimo con un porcentaje de 22 por ciento en participación de las energías renovables”. Los 1 mil millones de pesos que hasta el momento se han invertido en estos medios de generación de energía alternativos, se han traducido más que en un ahorro económico en una satisfacción de reconocimiento por varios organismos tanto públicos como privados. Así, por ejemplo, hace tres años, Walmart le otorgó el Reconocimiento como el Proveedor Sustentable y también fueron merecedores del reconocimiento internacional Mireck por ser pioneros en energías limpias.

Ello ha valido los costos, según declara la directora, pues sabe reconocer que uno de los primeros retos que tuvieron que superar fue el hecho de que no se contara con la tecnología necesaria en el país. Asimismo, reconoce que otro de los impedimentos para cubrir al ciento por ciento las necesidades de sus plantas con energías renovables es que no siempre se pueden utilizar en todos sus procesos. No obstante, ve un panorama positivo no sólo para las renovables en general sino para sus procesos, pues su plan de acción incluye una visión integral que no se queda sólo en la instalación de las renovables. Abarca, por ejemplo, una cadena de valor en la que se trabaja y capacita a todos los agricultores con los que la compañía tiene injerencia.

De este modo, la directora de la división refiere que en los casos en los que ha sido viable, han promovido la instalación de biodigestores y paneles solares en los ranchos productores de leche, a fin de que el agua que se utiliza para su elaboración sea reutilizable. “Más de 50 % de la leche que compramos es leche que ha sido tratada a través de un biodigestor, el cual produce la energía eléctrica necesaria. Respecto a los ranchos más pequeños, promovemos el manejo de lombricomposta para la generación de residuos orgánicos y neutralizados, y que puedan servir en la certificación del suelo y el abono de los cultivos. No solamente hacemos lombricomposta, también financiamos la utilización de paneles soles. Hasta 2015, tuvimos más de 118 proyectos en ranchos que utilizaron energías renovables. En temas medioambientales estamos impulsando el sistema de riego eficiente, de tal manera que se haga un uso adecuado del agua”, agrega.

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Participación de las renovables en Nestlé

Los cambios siempre son buenos

A través de su Resumen de Rendimiento, Nestlé proporciona algunos números que dan muestra de las ganancias en términos del medioambiente que obtuvieron en el periodo pasado gracias a las medidas adoptadas. Así, por ejemplo, la empresa logró pasar de tres puntos porcentuales su consumo de la energía total utilizada (de 96.8 en 2014 a 93.8 petajoules en 2015) e incrementó en 0.7 por ciento la utilización de energías limpias (de 14.7 por ciento en 2014 a 15.4 en 2015). Del mismo modo, se detalla que todo ello repercutió en una disminución de GEI en 0.21 millones de toneladas de C02, al pasar de 3.91 en 2014 a 3.70 el año pasado.

Cuestionada sobre la Reforma Energética, la directora ve como un gran avance los cambios legislativos y celebra el hecho de que Nestlé, de cierta manera, haya rebasado por mucho las metas de participación de energía renovable. “Más de 22 % de la energía demandada por Nestlé proviene de renovables –es decir, el doble de lo que estipula la legislación mexicana: 35 % hacia 2030–. Respecto a todos los cambios, creemos que tener un mercado abierto para la comercialización tiene que fomentar la competitividad dentro de la estrategia de cambio climático, mejorar los costos a futuro, pero, sobre todo, la generación eficiente de energía, que es algo que el país necesita dentro de su estrategia de cambio climático”.

El nuevo objetivo para 2020 (reducir los GEI por tonelada de producto en las operaciones de fabricación 35 % desde 2010) se ajusta a los requisitos científicos de limitar el calentamiento a menos de 2 °C. “Refleja nuestros esfuerzos por seguir reduciendo las emisiones directas e indirectas de GEI y aumentar nuestro uso de electricidad renovable, en sintonía con las conclusiones de la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU de París 2015 (COP21)”.

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