Un nuevo rumbo para las edificaciones
Con el establecimiento de la Hoja de Ruta para el Código y Normas de Eficiencia Energética para Edificaciones en México, la SENER, la CONUEE y la AIE han instaurado la política pública necesaria para consolidar al sector de la construcción y lograr una reducción de hasta 35 % en el consumo energético
Por Redacción
Existen cuatro principales fuentes de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI): la generación de electricidad, la industria, el transporte y las edificaciones. Según datos recabados por la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee), las edificaciones de uso habitacional, comercial y de servicios en México han registrado un crecimiento acelerado en los últimos tiempos.
Lo anterior es el resultado del incremento poblacional, la urbanización y el desarrollo económico, así como del alza en los niveles de vida, factores que, en su conjunto, llevarán a un aumento en la demanda energética de los edificios. Por ello, en los últimos 10 años, el consumo de energía ascendió en una tasa anual promedio de 3 por ciento, siendo el sector residencial, comercial y de servicios el principal consumidor (3 76.3 GWh en 2013, es decir, 37 por ciento de la demanda).
A este panorama, se suma el hecho de que el país cuenta con zonas de clima cálido, e incluso extremoso, que requieren confort térmico en los inmuebles. No en balde, los consumos eléctricos derivados de los sistemas de climatización son una parte esencial en este incremento, como reconoce el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN), emitido por la Secretaría de Energía (Sener).
Dado que el aire acondicionado es el principal factor de la demanda máxima de electricidad, que en regiones con altas temperaturas representa hasta 80 por ciento del consumo, las condiciones de diseño y construcción de las edificaciones tiene que llevarse a cabo en un marco diferente.
Aquí es donde radica la importancia de la elaboración de la Hoja de Ruta para el Código y Normas de Eficiencia Energética para Edificaciones en México, pues, como explica Odón de Buen, director general de la Conuee, todavía no hay un reglamento para la construcción que integre el concepto de eficiencia energética en el diseño de los inmuebles.
La iniciativa, presentada en mayo de 2017, impulsa el cumplimiento de las metas de eficiencia que establece la Ley de Transición Energética, así como el seguimiento a la Estrategia de Transición para Promover el Uso de Tecnologías y Combustibles más Limpios, instaurando las líneas de acción, con una visión a largo plazo. En ella trabajaron en conjunto la Sener y la Conuee, con el apoyo de la Agencia Internacional de Energía (AIE) y la colaboración de la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable en México (GIZ), la Agencia de Energía de Dinamarca (AED), el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), Calidad y Sustentabilidad en la Edificación (CASEDI) y WRI México.
De acuerdo con De Buen, la Hoja de Ruta propicia la adopción del Código de Conservación de Energía para las Edificaciones de México, por lo que incluye las Normas Oficiales Mexicanas relacionadas con la envolvente de edificios para uso habitacional y no residenciales en una plataforma (NOM-020-ENER-2011 y NOM-008-ENER-2001), con la finalidad de integrarlas a los reglamentos de construcción en todo el país.
Para un sector más eficiente
Entre las metas establecidas para 2020, se espera contar con un código avanzado que ofrezca ahorros energéticos adicionales a los constructores que elijan adoptar estas normas. Luego, en 2030, el objetivo es aplicar efectivamente un código de energía para las edificaciones en toda la República, con la finalidad de que, en 2050, los edificios que comúnmente se construyan sean cero emisiones.
De Buen precisa que a través del Internet de las Cosas es posible contar con sensores para dar un seguimiento casi instantáneo al consumo de energía y lograr controlar los sistemas de administración vía remota. “Entre más compleja sea una edificación, va a requerir mayor monitoreo, ya que la adopción de la tecnología brinda la posibilidad de detectar cómo están funcionando los equipos o sistemas para un aprovechamiento eficiente de los recursos”.
Aunado a esto, el diseño de la envolvente figura como un factor imprescindible para lograr el confort de manera integral (según las condiciones climáticas específicas de cada una de las ciudades del país), al incorporar los sistemas HVACR, de iluminación, bombas de agua o elevadores con un desempeño más eficiente.
“Al tema de las edificaciones no se le ha dado la importancia que merece, pues su creciente uso tiene un impacto tanto en la red eléctrica como en las emisiones de GEI. Esto debe ser atendido, de manera particular, a partir de la NOM y desde que inicia la obra. Es una labor para todos los involucrados en este sector, darle la relevancia que amerita y se acepte la idea de que exista una regulación para el consumo de la energía y una mayor integración de tecnologías que permitan modular la demanda”, afirma De Buen.
Uno de los grandes retos, agrega el director de la Conuee, está en las edificaciones del norte de México. Por las condiciones de temperatura, en localidades como Mexicali, los montos de las facturas por el servicio de electricidad pueden ser cinco veces mayores a los de la Ciudad de México en una casa de interés social. Esto ha contribuido a que las viviendas queden abandonadas, lo que representa una situación insalubre e insegura.
Así, es más económico que los inmuebles comerciales e industriales, pero también los de uso residencial, cuenten con una envolvente adecuada desde su construcción. Ésta debe cumplir con la NOM-020-ENER-2011 e integrar elementos de aislamiento térmico, enfatiza De Buen.
Para alcanzar la meta de que el país tenga edificios cero emisiones, es necesario reducir al mínimo el consumo de energía y fomentar el uso de fuentes renovables, lo que implica el establecimiento de un mercado energético verde con un balance entre el costo y el suministro.
Por ello, constructores, desarrolladores y responsables de obra electromecánica, así como organizaciones gubernamentales, deberán colaborar para garantizar la aplicación del marco normativo y lograr un entorno más eficiente. Esto requerirá de nuevos modelos de negocio y la utilización de materiales de aislamiento térmico y de construcción que vayan en línea con estas estrategias.
“Es relevante el papel de los gobiernos locales, pues no hay una noción clara del peso que tiene el consumo de energía en la huella de carbono. Entre más edificaciones haya en una ciudad, más aumenta esta huella. Tener edificios mal diseñados afecta el confort y productividad de las personas, además de generar altos costos, por lo que el inmueble podría requerir hasta el doble de energía por metro cuadrado”, concluye el director de la Conuee.