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El Papalote levanta el vuelo

Uno de los museos más emblemáticos y formativos de Ciudad de México está celebrando su 25 aniversario. Bajo el lema “Toco, juego y aprendo” experimentó una remodelación para brindar a sus visitantes un mejor servicio, mediante instalaciones más cómodas y funcionales, así como la producción de experiencias de aprendizaje más significativas y memorables a través de sus múltiples salas de exhibición. Un pilar para su renovación ha sido el cumplimiento de sus objetivos en materia de sustentabilidad, lo que le ha permitido reducir hasta 90 y 25 por ciento en su consumo de agua y electricidad, respectivamente

Por Irayda Rodríguez / Fotografías Rubén Darío Betancourt

Los icónicos torreones geométricos del museo permiten el paso de luz natural y el paso de corrientes de aire para ventilar los espacios y reducir el consumo de energía en iluminación y aire acondicionado

A un costado de Periférico Sur, enclavado en el corazón de la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec de la capital mexicana, salta a la vista un inmueble de seductoras formas geométricas e inconfundibles mosaicos azules.

Este espacio, que antaño perteneció a una fábrica de vidrio, alberga una travesía de aprendizaje y diversión: el Papalote Museo del Niño. En su interior, el ideal clásico de la educación griega (paideia) se convierte en realidad, a saber, la producción de saber bajo el paradigma del juego (paidia) y ocio del niño (pais).

Platón lo define como nadie en La República, cuando habla de supeditar la paidia a la paideia, es decir, la actividad de aprender jugando, una idea que se refleja en el conocido lema de este inmueble: “Toco, juego y aprendo”.

Inaugurado en 1993, como una iniciativa de la entonces primera dama del país y de un grupo de empresarios, fue el primer museo interactivo para la niñez en México. En un área aproximada de 24 mil metros cuadrados, el despacho de LEGORRETA® Arquitectos se hizo cargo del proyecto.

El mayor desafío fue que las formas materiales y colores del recinto fueran fáciles de comprender y estimularan la imaginación de los visitantes. El resultado, de acuerdo con la firma de arquitectos, fue un museo interactivo, “un edificio humano, alegre y emocionante que evoca la cultura y el carácter del país; un testamento visual de la posesión más preciada de los mexicanos: sus niños”.

El humedal del Papalote mantiene fresco el clima del inmueble y contribuye al almacenamiento de agua subterránea

Rostro flamante y sustentablemus
Luego de dos décadas de su fundación, se atendió la necesidad de aumentar su capacidad para atender la incesante demanda de usuarios, que va de 700 a 750 mil personas por año. A la par, se tomó la decisión de cambiar la sede por una más funcional, extensa y, sobre todo, sustentable.

De este modo, el despacho LEGORRETA® puso manos a la obra para cumplir con una serie de objetivos y ofrecer un rostro completamente nuevo al Papalote, mediante la remodelación de su estructura, con la ampliación de áreas tanto interiores como exteriores.

Algunas de las acciones de remozamiento fueron la ampliación del vestíbulo y de la zona de exhibiciones; construcción de un salón de usos múltiples para organizar eventos; taquillas y una zona de comida nuevas; creación de una bahía de autobuses para grupos escolares; jardines, sanitarios y estacionamientos más grandes, entre otras.

En el vestíbulo, la luz y ventilación naturales se aprovechan al máximo mediante un pergolado de cristal que filtra los rayos UV y da sombra gracias a una malla metálica

Ahora, el Papalote Museo del Niño cuenta con una planta de tratamiento de agua de 700 metros cuadrados, con una capacidad de producción de 50 metros cúbicos al día. También dispone de un pozo de captación de agua pluvial, cuyo recurso es utilizado para el riego de jardines y los WC de los sanitarios.

Como se dio a conocer en un comunicado oficial, el proyecto también contempló la museografía vegetal al aire libre, desarrollada por los arquitectos Ambrosi/Etchegaray, en colaboración con Entorno Taller de Paisaje. De este modo, como parte de las obras de remodelación, se colocó un humedal en los jardines del museo y un techo verde en la azotea del salón de usos múltiples. Estas zonas son de gran utilidad para mantener fresco el clima y almacenar el agua subterránea.

Más luminosidad y frescura
Como narra Fernando Karam, director de Servicios al Público del Papalote Museo del Niño, en entrevista paraConstructor Eléctrico, se trata de un lugar icónico que, sin embargo, “en la época que fue construido, las reglas ambientales eran diferentes a las de la actualidad. Por eso, esta remodelación que duró más de dos años, con el objetivo de hacer un edificio más sustentable, cómodo, seguro y amigable con el medioambiente, con un mayor aprovechamiento de la energía y de los recursos disponibles, como la luz del Sol y la lluvia”.

La planta de emergencia cuenta con una potencia de 800 kW

Para ello, se adecuaron las diversas áreas del inmueble, a fin de aprovechar al máximo el paso de luz y ventilación naturales. Éste fue el caso del vestíbulo principal, dotado de iluminación inteligente (tipo led) y de un pergolado de cristal con una película que filtra los rayos UV y da sombra gracias a una malla metálica.

Igualmente, se instaló un sistema de ventilación natural para evitar el uso de aire acondicionado, así como una planta para tratar y reciclar las aguas grises y negras, la cual posee un sistema de recolección de agua de lluvia. Lo anterior dio como resultado un 25 por ciento menos en el consumo de energía y 90 por ciento de reducción en el de agua.

Sin duda, uno de los espacios más atractivos de este recinto es su Megapantalla, cuyo videoproyector también fue renovado y trabaja con dos lámparas de 15 mil watts de potencia. Éstas demandan climatización mecánica para funcionar en óptimas condiciones, durante las siete funciones en 3D que ofrece el museo diariamente.

A lo anterior, se suma una plataforma de automatización instalada en un dispositivo móvil, la cual permite regular en todo momento la iluminación y ventilación del inmueble, para la creación de ambientes, así como controlar el encendido y apagado de las luces led dependiendo de las operaciones. Esto se logró al separar los circuitos, como parte del  proyecto de remodelación, informa Karam.

El Papalote cuenta con dos subestaciones, las cuales suministran de energía a cada una de las zonas del recinto

Un esfuerzo conjunto
Al ser una Asociación Civil sin fines de lucro, el edificio opera bajo el mandato y respaldo de un Consejo Directivo, encabezado por el ingeniero Mauricio Amodío Herrera. Su renovación requirió una inversión de 659 millones de pesos, resultado de la alianza entre el gobierno, la iniciativa privada y la sociedad civil.

De esta cifra, el Gobierno de la Ciudad de México aportó 378 millones de pesos y el resto provino de una campaña de recaudación de fondos, liderada por el licenciado Héctor Hernández Pons, integrante del Consejo Directivo, que se destinó a la renovación de contenidos y la producción de las exhibiciones que hoy conforman la oferta del museo.

A partir de agosto de 2016, Papalote mostró su nueva faceta con experiencias diseñadas para fomentar el libre aprendizaje, así como la convivencia e interacción entre niños y padres de familia. “Está conformado por cinco salas temáticas permanentes [Hay una estrella en ti, Mi cuerpo, México vivo, Mi hogar y Mi familia, y Mi ciudad], un Laboratorio de ideas y una sala de 620 metros cuadrados para exhibiciones nacionales e internacionales”, indica el directivo.

El sistema de gestión del inmueble controla los niveles de iluminación mediante un dispositivo móvil de fácil manejo

Energía garantizada e ininterrumpida
En cuanto a la distribución de energía, la estrecha relación entre el museo y la Comisión Federal de Electricidad facilitó la comparación entre los gastos totales y la puesta en práctica de estrategias para garantizar consumos más eficientes.

Para cubrir la demanda de las diferentes zonas del recinto se cuenta con dos subestaciones: una para el museo, las oficinas y los servidores, y otra para la Megapantalla, el Domodigital y los exteriores secos y tableros, asegura Karam.

La acometida de 13 mil V está ubicada del lado de avenida de los Constituyentes, desde la que se hace una derivación para alimentar a una de las subestaciones con una distribución en 460 V. Cabe señalar que este voltaje ayuda a disminuir el consumo de energía en la instalación

El UPS del Papalote Museo del Niño protege a los proyectores del Domodigital

La renovación también incluyó la sustitución de los transformadores de tipo seco, los tableros en las subestaciones y los conductores que antes eran de cobre y ahora son de aluminio para garantizar la eficiencia energética. La planta de emergencia, a su vez, tiene una potencia de 800 kW, funciona a diésel y cuenta con una capacidad de entrar en operación a los 14 segundos de que se registra una falla en el suministro eléctrico.

Finalmente, con el propósito de garantizar una operación ininterrumpida, se instaló un Sistema de Alimentación Ininterrumpida (UPS, por sus siglas en inglés) de 80 kW, el cual brinda soporte a los proyectores del Domodigital y los protege contra descargas, apagones, subidas y bajadas de tensión.

Remodelación del Papalote Museo del Niño
Ubicación: Ciudad de México
Área: 24,000 m²
Arquitecto Asociado: TDM Arquitectos
Arquitectura de Interiores: Legorreta / TDM Arquitectos
Arquitectura de Paisaje: Ambrosi/Etchegaray
Año: 2016

Fuente: LEGORRETA®

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