Un viaje por el mundo en un avión solar
ABB y la organización Solar Impulse hicieron historia al completar el primer vuelo alrededor del mundo en una aeronave propulsada únicamente por la energía obtenida de la radiación del sol. Con este hecho, la compañía tecnológica demostró cómo la innovación y el espíritu pionero pueden hacer frente a los desafíos globales, hacia un camino más sustentable que demuestra el inmenso potencial de las renovables
Por Redacción
Suiza se distingue por su avanzada tecnología y compromiso con la sustentabilidad. Como una de las economías más competitivas del mundo, invierte tres por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) en las áreas de investigación y desarrollo, cifra récord a nivel global. De igual manera, las empresas de este país cuentan con una fuerza laboral altamente calificada en las industrias manufacturera, de electrónica e informática.
Por ello, en 2016, diversas compañías helvéticas establecieron una alianza para lograr un hito en la historia de la aeronáutica: un viaje por el mundo sin hacer uso de combustibles fósiles, gracias al proyecto Solar Impulse. El visionario detrás de esta iniciativa fue el piloto Bertrand Piccard, quien ya había recorrido varios países y surcado los cielos en globos aerostáticos.
Como él mismo relató durante su visita a México, el espíritu aventurero corre por sus venas, ya que pertenece a una familia de científicos y exploradores. “Todo lo que aprendí en mi país está relacionado con la innovación y mi familia me enseñó que siempre se puede ir más lejos de lo que uno cree. Hace 18 años empecé a preguntarme cómo se podía volar sin combustible y de forma limpia. Parecía un sueño loco, pero se convirtió en un proyecto verde”, afirmo el también médico.
Con una visión enfocada en el futuro, el progreso y las tecnologías limpias para una mejor calidad de vida, Piccard se asoció con su colega y compatriota André Borschberg a fin de hacer realidad una oportunidad única para las renovables: Solar Impulse II, un avión impulsado únicamente por energía solar, el segundo prototipo desarrollado por la compañía.
La aeronave fue fabricada con fibra de carbono y está equipada con 17 mil 248 celdas solares, cuatro motores eléctricos y baterías a base de un polímero de litio para moverse incluso de noche. A bordo del primer vuelo cero-combustible, los pilotos despegaron de Abu Dabi, la ciudad más poblada de los Emiratos Árabes Unidos, para recorrer una distancia total de más de 43 mil kilómetros.
El trayecto hizo escalas en cuatro de los cinco continentes y atravesó los océanos Atlántico y Pacífico, el Mar Mediterráneo y la Península Arábiga. Durante la ruta se establecieron 19 nuevos récords mundiales, entre ellos el de la mayor duración en un avión en solitario (117 horas y 52 minutos), obtenido por Borschberg en el tramo de Japón a Hawái, y la primera travesía del Océano Atlántico en un avión solar, alcanzado por Piccard.
Los socios en la aventura
Como dio a conocer el embajador Louis-José Touron, Suiza decidió promover a Solar Impulse desde sus primeros años, con apoyo político y financiero. “Como respaldo para esta iniciativa, científicos y técnicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) participaron en el diseño del avión solar. Proyectos innovadores como éste pueden prosperar en el terreno fértil del excelente sistema de educación suizo y en su larga tradición de cooperación entre los sectores público y privado”, afirmó en conferencia de prensa.
ABB fue uno de los patrocinadores de este proyecto, que rompió paradigmas en el sector de la transportación, al llevar a los cielos todos los avances que la compañía ha logrado. Igualmente, Solar Impulse II ha revelado que es posible conseguir un suministro eléctrico fiable 24/7, exclusivamente a partir de fuentes renovables, un precedente para la aviación a nivel mundial. “Esta colaboración entre dos líderes globales, que se caracterizan por ir más allá de los límites de la tecnología y la innovación, muestra el propósito de mover al mundo sin dañar el planeta. Para ABB es un orgullo haber contribuido a esta hazaña histórica, incorporando no sólo su tecnología si no a su gente, con ingenieros como integrantes de la tripulación en tierra”, declaró Pierre Comptdaer, director general de ABB México.
Mediante la combinación de sus respectivas fortalezas, Solar Impulse y ABB demostraron cómo una innovación se puede transformar en soluciones reales, pero sobre todo que la generación de energía puede realizarse de forma más eficiente y utilizarse para crear un mundo más limpio. “Tenemos mucho en común al ir más allá de las barreras de lo convencional con propuestas vanguardistas y amigables con el medio ambiente, además de promover el trabajo en equipo. Se trata de hacer realidad lo que dice nuestro lema: Escribir el futuro juntos”, concluyó Pierre Comptdaer.