Proyecto Ecoshell automóvil eléctrico reciclable
Diseñado con materiales ligeros y ecológicos, este prototipo promete ser una alternativa para la movilidad del futuro. Desarrollar mejores procesos y optimizar materiales son los siguientes pasos.
“Aunque este automóvil es únicamente un diseño, queremos trabajar en él para desarrollar un prototipo que muestre todas las cualidades que hemos conseguido”: doctor Robla Villalba.
Por Antonia Tapia / Imágenes: cortesía de José Ignacio Robla Villalba.
El desarrollo de materiales innovadores para la fabricación de un coche eléctrico superligero, bajo una propuesta en la que participan diversos investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, ya es una realidad y es un proyecto financiado por el 7° Programa Marco de la Unión Europea (EU Seventh Framework Programme), el cual lleva por nombre Ecoshell (Development of new light high-performance environmentally benign composites made of biomaterials and bio-resins for electric car application).
Al respecto, Constructor Eléctrico dialogó con el doctor José Ignacio Robla Villalba, investigador del Proyecto Ecoshell y científico titular del Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (Cenim) del CSIC.
“El objetivo del proyecto Ecoshell, en primer lugar, es el diseño de un vehículo eléctrico de bajo consumo, construido con materiales ecológicos y completamente reciclables. Además, se planea diseñar una planta de montaje con mínimas emisiones y con el máximo respeto al medioambiente, tanto en la fase de construcción y puesta en marcha, como en el proceso de producción de los vehículos”.
El automóvil eléctrico, indicó el científico, se ha diseñado con materiales ligeros a base de fibras naturales y biorresinas de origen natural. Es completamente reciclable. Pertenece a las categorías L6 o L7e y su estructura se encuentra construida con materiales ecológicos.
“Como consecuencia de su ligereza, el vehículo tendría un bajo consumo, lo cual implica también una mejora medioambiental”. Otro de los retos de Ecoshell, explica el doctor Robla Villalba, ha sido diseñar una planta de montaje ecológica que tenga bajo índice de impacto ecológico y de emisiones de CO2, la cual se construyó con materiales ciento por ciento reciclables.
Para la financiación de este proyecto se elaboró una propuesta en el periodo 2009-2010, aunque fue de 2011 hasta diciembre de 2013 que comenzó a desarrollarse. Desde el punto de vista técnico, el proyecto finalizó el 31 de diciembre de 2013.
El investigador precisó que en el primer trimestre de 2014 se han enviado a los evaluadores europeos los informes finales económicos y técnicos del proyecto, y que dentro de seis meses se espera la evaluación final de la propuesta. También señaló que, a su juicio, se han cumplido todos los hitos de la propuesta.
Características del automóvil
Los componentes mecánicos y eléctricos del automóvil se han fabricado con materiales convencionales, ligeros, resistentes y ecológicos. En palabras del investigador, es un coche barato y práctico con un diseño atractivo.
“Para la carrocería hemos hecho una prolongada búsqueda de materiales que pudieran ser válidos para construir la estructura del vehículo. Han sido seleccionados y validados materiales ecológicos, como la espuma de poliuretano bio, la resina epoxi bio y la fibra de lino.
El coche desarrollado, afirma, es un modelo “utilitario” de tipo L7e (de menos de 400 kg), con un consumo muy bajo de energía que ronda los 4.83 kilowatts por hora para 100 kilómetros recorridos.
“Se ha analizado el ciclo de vida del vehículo en sí y todos los materiales y procesos implicados en su fabricación. Por todo ello, creemos que este vehículo sería una de las mejores alternativas a la movilidad en las grandes ciudades”.
En el proyecto, también se diseñó una planta de montaje con un impacto medioambiental mínimo, para lo que se han consultado y aplicado las normativas vigentes de la Unión Europea y se ha llevado a cabo un plan de calidad para la producción del vehículo.
“Aunque este automóvil es únicamente un diseño, queremos trabajar en él durante los próximos años para desarrollar un prototipo que demuestre todas las cualidades que hemos conseguido. Construirlo depende de que se obtenga financiación o que algún fabricante de coches decida fabricarlo para su evaluación”.
Cabe destacar que Ecoshell ha recibido el apoyo de un Consorcio Europeo formado por empresas, universidades e instituciones de Francia, Reino Unido, Finlandia, Alemania y España.
“En el proyecto Ecoshell hemos participado 10 socios: cinco franceses, dos ingleses, uno finlandés, uno alemán y nosotros. La empresa francesa Altran ha liderado dicha iniciativa.
”Por parte del CSIC hemos participado cuatro investigadores, dos titulados superiores y un ayudante de investigación. El total ha sido de unas 60 personas”.
El papel del CSIC
De acuerdo con lo que indicó el científico, el papel del CSIC en el proyecto ha consistido en desarrollar 11 paquetes de trabajo y seis de los 37 informes que integran la propuesta.
El Consejo ha llevado a cabo diversas tareas para apoyar al proyecto:
- Selección de materiales estructurales y pegamentos
- Caracterización de materiales: ensayos mecánicos, ensayos de degradabilidad y ensayos de ciclo de vida y fabricación de materiales compuestos y naturales para ensayo
- Validación final de todos los materiales ensayados
- Elaboración de los procedimientos de desmontaje y reciclado de todos los componentes del vehículo, de acuerdo con la normativa de la UE
- Estudios de los aspectos regulatorios y de certificación del vehículo
- Análisis del impacto medioambiental y cálculo de la huella de carbono de los procesos de fabricación, de los materiales de la estructura del vehículo y de la planta de montaje diseñada en el proyecto
- Desarrollo del plan de calidad para la fabricación del vehículo, en lo relativo a los materiales y a la planta de montaje
“El valor añadido de la experiencia del CSIC para el proyecto ha sido los conocimientos previos de su personal científico y técnico en todos los temas relacionados con las tareas del proyecto. Los temas de trabajo son pluridisciplinares”.
De igual modo, Robla Villalba agregó que el CSIC igualmente facilitó la infraestructura para realizar los trabajos de laboratorio y de taller; la estructura de gestión para la adecuada realización las tareas administrativas del proyecto, y la experiencia en la difusión y divulgación de los resultados.
Para finalizar, el investigador subrayó que, durante el desarrollo del proyecto, el desafío no radica únicamente en el desarrollo de materiales, sino en el rediseño de la estructura del vehículo, la arquitectura, las interfaces y los procesos de producción.
A futuro, en cuanto a los planes del proyecto, ya se encuentran analizando la posibilidad de presentar la propuesta en la convocatoria Horizonte 2020, la cual incluye la fabricación de un prototipo, comenta el investigador. Un paso más en el trayecto que debe recorrer un proyecto innovador amigable con el ambiente.
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