En la India, la generación de energía no es el problema
A pesar de que el país asiático depende para producir energía en gran medida del carbón, su difícil situación no radica en ese rubro, sino en la distribución y transmisión deficientes que generan pérdidas incuantificables para su sector eléctrico.
Las situaciones que parecen desventajosas en principio pueden tornarse una enorme oportunidad para el desarrollo de los inversionistas.
Por Christopher M. García.
Los países que están en vías de desarrollo e intentan ingresar en el llamado “primer mundo” tienen mucho trabajo por hacer en relación con la demanda eléctrica de sus ciudadanos. Los planes para nuevos complejos de generación energética a largo plazo han probado ser una buena solución para la falta de generación, si bien no han acabado con todos los conflictos. Mucha atención suele dársele al tema de la generación y las fuentes renovables, pero naciones como la India muestran que no son las únicas áreas que deben atenderse.
Hace más de dos décadas que dicho país abrió sus puertas a la inversión privada en el rubro de la generación de energía. Desde entonces, la capacidad instalada se ha elevado considerablemente, al punto de estar catalogada como la quinta entre las naciones con mayor caudal de producción energética. Hasta noviembre de 2011, la India registraba una capacidad instalada de 185.5 gigawatts, cantidad que contrasta sobremanera con la cifra de noviembre de 2004: 113.5 GW.
La inversión proveniente de la iniciativa privada produjo este aumento drástico que representa más de 60 por ciento extra en capacidad de generación. La apertura nacional hacia dicho sector tuvo como objetivos paliar las carencias respecto del suministro eléctrico que, a pesar de los avances, perviven en las zonas más alejadas de las urbes industriales, y fabricar opciones que suplieran las deficiencias de suministro de combustible en zonas alejadas de la ciudad o aisladas.
Dichas zonas han originado fuentes de energía cautiva que dan solución a los continuos cortes en el suministro eléctrico y a las tarifas elevadas que suelen imponerse a los consumidores intensivos. Por otro lado, también han hecho que toda la energía producida por ellos, autogeneradores, que no se llega a utilizar termina perdiéndose por la falta de conexión a la red principal o, simplemente, porque los sistemas de transferencia no son adecuados.
En lo que respecta a las zonas rurales y que no cuentan con corriente eléctrica, las opciones para eliminar la situación desfavorable se basan en la energía solar (ya sea fotovoltaica o térmica), principalmente, con la cual se pretende acabar con el problema para finales del año en curso. El escenario contrasta con la realidad, pues entre las fuentes de energía renovable, la que cuenta con mayores índices de produ-cción es la eólica y, aún así, su aportación es mínima.
A este respecto, sobresale que la promoción de consciencia medioambiental no juegue un papel tan importante en el desarrollo de nuevos complejos energéticos, como en la mayoría de los países del mundo. Además, muchos ciudadanos indios, comentan los impulsores de nuevas tecnologías, son reacios a éstas y necesitan tener la certeza de su buen funcionamiento para decidirse a adoptarla. Esto, aunado a la alta dependencia de los financiamientos institucionales, origina una gran proclividad hacia los proyectos locales.
En principio, los inversores foráneos tendrán que aportar una gran suma económica, pero las ventajas que pueden obtener tras los primeros pasos, una vez ganada la confianza del usuario, superan por mucho los esfuerzos iniciales. Esto se debe a que el ciudadano de la India cuenta con poco conocimiento sobre las nuevas tecnologías, debido a su reticencia a la aventura, y un buen marco de difusión, que incluya los pormenores del desarrollo y los equipos que se estarán introduciendo, serán suficientes para suprimir el conflicto.
Como se menciona en párrafos anteriores, la infraestructura ausente y las dificultades de acceso pueden constituir una limitante para las iniciativas de generación, una vez que se llegue al punto de distribuir lo obtenido. No obstante, esa misma situación puede transformarse en una ventaja. Las oportunidades de desarrollar plantas que garanticen un suministro adecuado y una distribución oportuna no son amplias: son inmensas.
Se sabe que en la India el sector industrial es responsable del mayor consumo energético de la nación, pues su cifra de gasto asciende a casi 50 por ciento del total. Este número se torna más impactante cuando se toman en cuenta las tarifas impuestas por la red general eléctrica. El consumo principal dentro del sector lo realizan las industrias textiles, químicas, de hierro y acero. Para contrarrestar el pago excesivo que implica tal consumo, se han dado muchas libertades a la creación autónoma –la mencionada energía cautiva–, pero en esos desarrollos se pierde mucho.
Aún así, en este tipo de trabajos la inversión foránea puede encontrar un gran campo para invertir y hacer negocios, no sólo como impulsores para el desarrollo de nuevas tecnologías, sino con la implementación de sistemas de abasto y distribución más eficaces que los que existen actualmente. Mucho ha avanzado el país asiático en las mejoras para la producción energética, pero todavía queda mucho campo por recorrer y amplias posibilidades que abordar.
Basta recordar que su industria depende en gran parte del consumo carbonífero, lo cual representa un problema monetario y ambiental, dadas las grandes cantidades de CO2 que libera la quema de este mineral. En términos porcentuales, 59 es la cifra que representa la generación a base de carbón, seguida de 26 por ciento que corresponde a la energía hidráulica, 10 por ciento del gas y el restante cinco por ciento que se divide entre las distintas posibilidades de las fuentes renovables.
Entre ellas, la eólica asume el rol de líder con dos por ciento de la generación eléctrica, en igualdad de condiciones con la energía nuclear. Pero, se saben las ventajas que ostenta aquélla en relación con ésta, lo que la coloca como un nicho más prometedor para los inversionistas que estén interesados en el sector energético.
Fuentes de energía eléctrica en la nación |
Otra limitante para el sector son las pérdidas por robos y pillaje, situaciones difíciles de controlar y predecir, aunque pueden contrarrestarse con el mismo desarrollo de complejos energéticos, pues se daría origen a ofertas laborales cuantiosas que se tornan atractivas para el gobierno de la nación receptora.
En lo correspondiente a la distribución de la energía, la ayuda debe ir dirigida hacia las zonas que no cuentan con suministro o cuyo consumo se ve limitado por los problemas de la infraestructura de repartición. Muchos de los problemas en este rubro surgen debido a que el Estado se encarga de realizar casi la totalidad de las labores. Un 93 por ciento de las actividades las realizan los SEB (State Electricity Boards), en cada uno de los estados de la nación. El siete por ciento restante corre a cargo de la iniciativa privada, que ya se encuentra realizando labores de distribución en distintas regiones.
Como medida de mejoramiento, los diferentes estados han llegado al acuerdo de privatizar paulatinamente la distribución de energía, comenzando por zonas en las que la labor sea plausible. Una vez afianzada la labor en ellas, se deberá extender la iniciativa a las demás zonas urbanas y rurales del país. En este sentido, la India es una nación altamente receptiva a los desarrollos que no provienen del gobierno y abre sus brazos para recibir propuestas que puedan ayudar a resolver las principales problemáticas que enfrenta.
El gobierno mexicano actual ya ha dado el primer paso al fortalecer los lazos comerciales con la nación peninsular. La gama de posibilidades que se extiende sobre el horizonte del desarrollo está a disposición del postor más adecuado y de quien ofrezca las mejores plataformas de progreso.
Los desarrollos de energía renovable son plausibles si se establece una plataforma de distribución adecuada.
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