Prototipo eficiente
El Multideportivo María del Carmen Peña, ubicado en Metepec, fue concebido como un proyecto base que se buscará implementar en diversas partes del país. Por su carácter social, reducir en cada aspecto posible su consumo energético era imprescindible, de suerte que se incluyeron tecnologías de automatización y alta eficiencia energética para optimizar su operación
Por Redacción / Bruno Martínez, fotografías
En las inmediaciones de Metepec, Estado de México, se inauguró en fechas pasadas el Multideportivo María del Carmen Peña, construido con el objetivo de ofrecer a los habitantes de la zona el acceso a actividades deportivas a precio accesible.
El proyecto, según relata el ingeniero Eloy Fabián Muñoz, quien estuvo a cargo de la revisión, forma parte de un programa de desarrollo lanzado por el gobierno municipal, que busca replicarse en diversas demarcaciones del estado y de todo el país.
De manera general, el deportivo alberga una alberca semiolímpica, con tres tinas de hidromasaje; un gimnasio completamente equipado para actividades cardiovasculares, así como áreas de entrenamiento, recreativas y culturales, distribuidas en ocho salones de usos múltiples. El edificio también cuenta con espacio para vestidores, regaderas, baño sauna, vapor y lockers.
En lo que respecta a las instalaciones para electrificar el lugar, se realizó una transición y acometida aérea-subterránea, con equipos TIM, medidores, equipos TC o transformadores de corrientes para la medición, los cuales envían señales a través de tubos de airado al nicho de medición.
La obra completa involucró el desarrollo de pozos de registro, la colocación de postes troncocónicos, tuberías de canalización y equipo de seguridad contra sobretensiones y descargas atmosféricas.
Sistemas de protección
En el techo del edificio, se instaló un sistema pararrayos, marca Parres, que protege al inmueble contra descargas atmosféricas. Su instalación fue necesaria debido a la ausencia de otras edificaciones elevadas en la cercanía, las cuales suelen recibir las descargas.
Desde la acometida, el complejo cuenta con equipos de seguridad, como apartarrayos, que protegen la instalación ante eventos de sobretensión. Este tipo de sistemas funciona al desviar la cantidad de energía presente y cuenta con elementos fulminantes que actúan y cortan la corriente. “La energía eléctrica busca las salidas por donde menor resistencia encuentra; cuando existe una sobretensión o sobrecorriente, la energía ocasiona daños en aparatos, infraestructura e incluso personas”, explica el ingeniero Muñoz.
Para evitar esto, una de las mejores soluciones es encaminar la energía por la ruta más segura: la puesta a tierra, “que funciona como una autopista que se coloca para que, en caso de falla, se vaya por la tierra. La energía presenta una tendencia natural a regresar a su origen. Cuando una instalación no tiene un buen sistema de puesta a tierra y además el neutro no se encuentra correctamente aterrizado en la subestación, la energía sale por un contacto o un regreso y es cuando se queman los aparatos”, ahonda.
Conductores de alimentación
El cableado está compuesto por cable XLP para tendido subterráneo con terminales 3M. “El cable de media tensión, al momento en el que circula corriente eléctrica, genera un campo magnético. Para dicho campo, se coloca una pantalla que induce una pequeña corriente en ésta y la manda a tierra”, explica el ingeniero Muñoz.
Interruptores
El conjunto de instalaciones cuenta con un interruptor principal de tipo electromagnético, ubicado a un costado del inmueble. En conjunto con un transformador trifásico de 500 kVA, el interruptor principal permite el suministro eléctrico hacia las distintas áreas del complejo.
El transformador recibe la energía proveniente de la acometida ubicada en las afueras del lugar. El cable de media tensión recorre una distancia aproximada de 300 metros (considerando derivaciones y pozos de registro) en tendido subterráneo.
Tras arribar al transfromador y vincularse con el interruptor principal, los conductores nuevamente se vinculan bajo tierra con los tableros de interruptores secundarios, ubicados en el cuarto eléctrico del deportivo.
Los interruptores son de tipo termomagnético. Cuentan con una parte magnética, integrada por una bobina que detecta cuando se presenta un cortocircuito. Dicho fenómeno inyecta una corriente muy grande que induce un solenoide, un sistema magneto y un alambre que provoca su movimiento y operación. “Los interruptores sirven para proteger contra cortocircuito y sobrecarga”, señala el ingeniero Muñoz.
El tablero principal y los secundarios están alojados en gabinetes tipo NEMA 3 y NEMA 1 para interiores e intemperie. Por norma, cada registro posee un electrodo de puesta a tierra. El neutro necesita estar unido en la barra del transformador para que al presentarse una falla, todo drene hacia la tierra y las protecciones ofrezcan una operación adecuada.
Sistemas alimentados
Para la instalación eléctrica referente al aire acondicionado, se instaló un tablero I-Line de Schneider Electric.
La ilumincación general de las distintas áreas se realizó con dos tipos de luminarios: LED y fluorescente compacto. En el primer caso, productos de la marca Magg se colocaron en cantidad reducida para la iluminación de la alberca y las tinas de hidromasaje. Los luminarios fluorescentes se emplearon en el gimnasio y las salas de usos múltiples.
La alimentación eléctrica del complejo se divide en cinco áreas principales: alberca, salones de usos múltiples, gimnasio, vestidores y cafetería y distracción.
Alrededor de la alberca se presenta un corredor de mantenimiento y servicio donde se realizó el alumbrado; también existe un foso con sistemas de bombas y filtros en el que se instalaron bombas de calor.
La estética y la eficiencia energética fueron elementos clave en el proyecto. Por ello, se instalaron controles Honeywell para vigilar las concentraciones de dióxido de carbono y equipos de climatización marca Trane, que dan prioridad al ahorro energético, sin sacrificar comodidad. Se cuenta con ductos en baños y regaderas, con sistemas de extracción marca Soler & Palau; tanques de agua caliente, calentadores para agua y un generador de vapor.
Para el ingeniero Muñoz, la flexibilidad y adaptabilidad al presupuesto que se manejó en el proyecto fue fundamental para satisfacer las necesidades del cliente. La obra completa tuvo un costo aproximado de 70 millones de pesos.
“Al cliente se le pueden ofrecer LED, sistemas de control y demás tecnología, pero lo importante es el presupuesto. La mejor obra no es necesariamente la que mejor tecnología utiliza, sino la que cumplió con los requerimientos y el presupuesto del cliente. Si además pudiste promover lo último en tecnología, es un plus. Idealmente empiezas con ello, pero muchas veces la gente no tiene la posibilidad de pagar por la tecnología o no están convencidos de su uso. Por más que le digas, si no quiere y no está convencido, no puedes hacer mucho. Debes trabajar con lo que el cliente te permite”, finaliza el ingeniero Muñoz Monter.