Columna

Robo de energía y su influencia en la evolución de las redes eléctricas

Eduardo Sánchez de Aparicio Ibarra.

“Las redes en México no son iguales a las redes eléctricas de otros países, por lo que las soluciones deben ser un traje a la medida”.

La Comisión Federal de Electricidad divide las pérdidas de energía en técnicas y no técnicas. Las pérdidas técnicas están relacionadas con la resistencia de los conductores, la eficiencia de las uniones y conexiones, los efectos térmicos, la longitud de la red, etcétera; es decir, están ligadas al diseño, ingeniería y eficiencia de la red (elementos y equipos). Las pérdidas no técnicas están relacionadas con factores externos a la red. Uno de los más importantes son las pérdidas relacionadas con el robo de energía, los conocidos “diablitos”.

La CFE reporta aproximadamente 30 por ciento de pérdidas eléctricas relacionadas con el robo de energía en la zona metropolitana y un promedio de 10 por ciento en el resto de la República (aunque existen ciudades, como Acapulco, las cuales también alcanzan hasta 30 por ciento). En términos financieros, se estima que la CFE tiene pérdidas por 30 mil millones de pesos, lo que significa que deja de facturar alrededor de 12 por ciento de sus ventas. Es por ello que en los últimos años se han desarrollado soluciones que le permiten a CFE “incrementar el blindaje” de sus redes para evitar o minimizar el robo de energía, así como mejorar las conexiones eléctricas existentes.

En algunas divisiones, la CFE ha iniciado el remplazo de los conductores aéreos de baja tensión desnudos debido a que tienen un fácil acceso para las conexiones ilícitas, además de elevadas fallas (a consecuencia de la lluvia, fuertes vientos), contactos accidentales y riesgo para los usuarios, entre otros. El cambio de esta red ha sido por conductores aislados trenzados y, en algunos casos, hasta los conductores de acometida se han remplazado por cables concéntricos (pantalla de tierra alrededor del conductor aislado) que aumentan la seguridad y minimizan el robo de energía.

Los fabricantes eléctricos han evolucionado junto con CFE y se han desarrollado conexiones eléctricas más eficientes, estéticas (mínimo ruido visual), confiables y humanamente seguras, sin dejar de pensar en los instaladores para que puedan realizar su trabajo con menor riesgo y mayor eficacia. Lo importante es que las soluciones se ajusten a las necesidades de CFE y de los usuarios, no a la inversa.

Los desarrollos para disminuir las pérdidas técnicas y no técnicas varían, dependiendo, inclusive, de los diferentes estados y ciudades del país. Existen ciudades que requieren una reingeniería completa y colocan la medición de la energía completamente fuera del alcance del usuario, y otras donde requieren sistemas de conexión con acceso controlado (candados de alta seguridad) que funcionan como interfaces para interconectar la red secundaria de baja tensión de la CFE con las acometidas eléctricas residenciales y comerciales. El objetivo de estas interfaces es poder administrar, proteger e incrementar la confiabilidad de las conexiones eléctricas, así como minimizar el robo de energía.

Se sabe que esta práctica en la República Mexicana es un tema que genera preocupación y que, además de representar un impacto financiero de gran importancia, es también un tema que se relaciona con la seguridad de los usuarios y la infraestructura de la CFE, por lo que es un hecho que en los próximos años continuarán los desarrollos enfocados a mejorar las redes, equipos y sistemas de conexión para incrementar la calidad de la energía y minimizar su robo.
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Eduardo Sánchez de Aparicio Ibarra
Director de Ingeniería & Desarrollo SIGTRONIC/BASFORM y coordinador Subcomité de Accesorios y Herrajes para Cable, en el IEEE Sección México.

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