Columna

El mantenimiento

Por Javier Oropeza Ángeles.

El mantenimiento de las instalaciones eléctricas se debe realizar por personal capacitado y calificado; es decir, deben ser profesionales que tengan las habilidades y conocimientos relacionados con la construcción y el funcionamiento de las instalaciones y equipos eléctricos, y que han recibido capacitación en seguridad para reconocer y evitar los peligros implicados.

Si la persona no tiene los conocimientos sobre los riesgos en el manejo de la electricidad y no está capacitada, puede  ocurrir un accidente. Éste puede ocurrir por las siguientes causas: por las condiciones inseguras de la instalación eléctrica, por actos inseguros y por fallas en los equipos eléctricos.

Los actos inseguros se dan por una pobre conducta y pueden deberse a que la persona no tiene la habilidad necesaria para realizar su trabajo, no reconoce el peligro, no acostumbra terminar su trabajo, se distrae por un problema familiar o de trabajo, no conoce el equipo que va intervenir, no utiliza los planos eléctricos adecuados, sigue un procedimiento inadecuado, utiliza un equipo de protección personal defectuoso, no entiende la intención del trabajo no utiliza la herramienta aislada.

Los trabajadores siempre deben estar alerta; no deben confiarse y deben conocer los efectos en el cuerpo humano por descargas eléctricas y arcos eléctricos (Arc-Flash). En un accidente de alta tensión, la piel, los ojos, los oídos, la lengua, los órganos internos, nervios, músculos, el sistema esquelético, no sólo se ven afectados por el paso directo de la corriente eléctrica, sino por el calor radioactivo producido por un arco eléctrico.

Cuando ocurre una descarga eléctrica en el cuerpo humano, la corriente entrará en el cuerpo en el punto donde haga contacto con algún punto energizado y saldrá de él por el punto en que esté haciendo contacto con partes puestas a tierra (suelo, pared, tuberías metálicas, estructuras metálicas, etcétera).

Una corriente eléctrica de 23 miliamperes que pase a través del cuerpo humano provocará en él una descarga severa, pérdida del control muscular y dificultad para respirar; si la corriente eléctrica es de 100 miliamperes y dura 3 segundos, existirá la posibilidad de una fibrilación ventricular; si la corriente eléctrica es de 500 miliamperes (0.5 amperes) el corazón dejará de latir.

La fibrilación ventricular es una contracción muy rápida e irregular del corazón, que ocurre cuando el ritmo del corazón es interrumpido; en este momento es necesaria la intervención de un médico, debido a que en los primeros minutos se puede restablecer la actividad del corazón: se debe realizar, entre 3 y 4 minutos como máximo.

La víctima también puede estar sujeto a los siguientes tipos de lesión: quemaduras, heridas por contacto en baja tensión, heridas por acercamiento o contacto con alta y media tensión por la entrada y salida de la corriente eléctrica; lesiones en los huesos por caída, muerte del tejido y contracción del músculo; complicaciones de infección, lesiones internas y neurológicas.

Las acciones inmediatas que se deben realizar para rescatar a una persona que se accidente por energía eléctrica son: remover el peligro; si es posible, accionar los interruptores, para retirar la energía eléctrica del lugar, hay que tener en mente que la velocidad de las acciones es vital; si la persona está haciendo contacto con la energía eléctrica, primero analice la situación y realice la siguiente acción: nunca toque a la persona con la mano desnuda. Si cuenta con una pértiga de salvamento (de fibra de vidrio) utilícela y jale a persona, si no cuenta con ella, despegue a la persona utilizando guantes aislantes apropiados o con un objeto aislante.

Es importante que las personas tengan conocimientos en primeros auxilios y siempre mantenga la calma y analice la situación para asegurar que la víctima se encuentra en un lugar seguro.

En el lugar de trabajo es indispensable tener un procedimiento de rescate que indique los pasos por seguir en un evento de un accidente eléctrico para evitar el pánico y pérdidas.
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Javier Oropeza Ángeles
Especialista en temas de seguridad en instalaciones eléctricas. Es Ingeniero Electricista por la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica del IPN. Actualmente es perito auxiliar de la Administración de Justicia del Fuero Común del Distrito Federal. También es miembro activo del Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas.

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