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Cómo detectar y evitar riesgos

La seguridad eléctrica consiste en acatar lo establecido en los reglamentos y normas relacionadas con las instalaciones eléctricas, su mantenimiento y uso. A través de la concienciación de los usuarios y de quienes trabajan en la industria se puede lograr una cultura de prevención y detección de riesgos. Para conseguirlo, se requiere de la aplicación puntual de regulaciones en el sector eléctrico y de la construcción

Por Irayda Rodríguez

La seguridad es uno de los temas más recurrentes en la actualidad. Ya sea que se trate de una vivienda, una instalación comercial o industrial, el marco regulatorio para cada una de ellas indica los puntos básicos que se deben cumplir para su operación de manera segura. Son estos reglamentos los que establecen los parámetros para la construcción de instalaciones eléctricas, el mantenimiento preventivo que requieren para evitar accidentes y las recomendaciones necesarias para mantener al mínimo los accidentes relacionados con el manejo de la corriente eléctrica.

“Es necesario que aprendamos a convivir de manera correcta con la electricidad. Sin la energía eléctrica, difícilmente podemos hacer hoy en día alguna actividad, pero no hay que perder de vista que hay reglas que debemos de utilizar para evitar riesgos”, explica María del Carmen Ruiz Cruz, coordinadora del Programa Casa Segura, iniciativa auspiciada por la Asociación Internacional del Cobre (ICA, por sus siglas en inglés), que busca hacer conciencia y orientar sobre los riesgos de accidentes causados por instalaciones eléctricas obsoletas o inadecuadas y el impacto de éstas en el consumo adicional de energía.

Según datos recabados por este programa, en colaboración con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), del total de accidentes provocados en inmuebles mexicanos, 41 % es ocasionado por el mal uso de la energía eléctrica. Igualmente, del total de los incendios registrados en inmuebles del país, 61 % fue causado por un cortocircuito. Por eso, es fundamental desarrollar una cultura de prevención, en la que el mantenimiento periódico de las instalaciones sea una de las claves para evitar accidentes, más allá de tener que aplicar una solución cuando se presenta una situación de emergencia o el daño de los dispositivos conectados a la corriente.

Focos rojos con la electricidad

De acuerdo con información proporcionada por la Secretaría de Protección Civil de la Ciudad de México, estos son los principales focos de riesgo a nivel eléctrico en el hogar, las oficinas y la industria:

  • La sobrecarga de los multicontactos
  • Tratar de realizar reparaciones en las instalaciones eléctricas (cables, switch, focos) sin tomar las medidas de precaución básicas (utilizar guantes, desconectar la luz, etcétera)
  • Realizar reparaciones de aparatos electrodomésticos sin contar con la capacitación para hacerlo
  • No colocar tapas a las tomas de corriente o interruptores, lo cual pone en riesgo que niños inserten objetos en su interior
  • Utilizar secadoras o aparatos para el cabello en un lugar con agua, como el baño, o dejarlos conectados al ducharse
  • Hacer uso del celular u otros aparatos eléctricos durante la ducha
  • Los defectos internos en microondas, secadoras, hornos, extractores, tostador de pan, refrigeradores y otros equipos
  • Descuidar la sustitución de cables desgastados y en mal estado
  • Tener contacto con cables de mediana o alta tensión al barrer o brincar azoteas, o realizar labores de mantenimiento, etcétera
  • No utilizar herramientas destinadas para trabajo eléctrico, así como equipo de autoprotección (guantes, uniforme, zapatos de goma)
  • Tener descuidos al tocar cables de mediana o alta tensión con herramientas o aparatos de trabajo

Ante estos factores, pueden ocurrir lesiones derivadas del contacto con la corriente eléctrica, que abarcan desde caídas y quemaduras hasta la electrocución, que llega a comprometer la vida de las personas. Cuando la electricidad circula por el cuerpo, puede interferir con el funcionamiento de órganos como el corazón, los pulmones y los riñones, o derivar en la destrucción de músculos, nervios y tejidos. Los datos recabados por el Programa Casa Segura indican que 45 % de los pacientes que ingresan a los hospitales por quemaduras se debió a causas eléctricas, y que un incendio derivado del mal estado o uso de una instalación puede acabar con una casa en tan sólo 48 segundos.

“Todos los usuarios estamos expuestos a descargas eléctricas. En muchas ocasiones, por negligencia o porque no tenemos el conocimiento de nuestra instalación, cometemos acciones que nos ponen en peligro, los descuidos son los riesgos a los que todos los días se enfrenta una familia o el personal de una industria. No se trata sólo de perder un aparato o quedarnos sin luz momentáneamente, derivado de estos accidentes se puede perder el patrimonio o, incluso, la vida”, asegura María del Carmen.

Prevención, la clave

Entre las medidas de seguridad para prevenir accidentes, proporcionados por la Secretaría de Protección Civil CDMX en diferentes niveles, se enlistan:

  • Evitar que niñas y niños jueguen con apagadores, lámparas o aparatos eléctricos
  • Cubrir los enchufes con una tapa especial
  • No sobrecargar la corriente eléctrica y evitar el uso de multicontactos
  • Identificar y reemplazar extensiones, cables tomacorrientes y apagadores en mal estado
  • Alejarse de los cables de electricidad al barrer la azotea o tender la ropa
  • No conectar aparatos que se hayan mojado o cables sin clavija
  • No usar tomas de corriente y aparatos eléctricos durante la ducha
  • Almacenar materiales inflamables o solventes lejos de instalaciones eléctricas
  • Solicitar la ayuda de un técnico especializado para realizar cualquier reparación en las instalaciones eléctricas y desconectar el interruptor general antes de iniciar cualquier arreglo
  • No podar árboles o hacer trabajos de mantenimiento en la fachada de un inmueble cercano a cables de luz
  • Evitar hacer uso de los “diablitos” para evadir el pago por el suministro de energía eléctrica
  • Utilizar uniforme adecuado que cubra totalmente brazos, pecho y piernas
  • No realizar reparaciones en aparatos eléctricos sin antes desconectarlos
  • No portar anillos, pulseras o relojes ni objetos metálicos cuando se trabaje en una instalación eléctrica

Además de estos puntos, la coordinadora señala que el acelerado avance de la tecnología, en décadas recientes, produjo un incremento en el uso de aparatos eléctricos y electrodomésticos, el cual no fue acompañado por una adecuación en la instalación eléctrica de los inmuebles. “No se sabe el desgaste, y si los usuarios se conectan por un desconocimiento total, provocan riesgos de accidentes e incendios, los cuales se generan por nulo mantenimiento de las instalaciones”, agrega la coordinadora.

Es así que las revisiones periódicas y el mantenimiento preventivo es indispensable para detectar cualquier variación de voltaje o calentamiento inusual en la infraestructura, solicitando el servicio de personal calificado para garantizar la seguridad. “Como usuarios podemos encontrar elementos que tienen daño físico visible. No nos acostumbremos a convivir de manera incorrecta con la electricidad. Si descubrimos que hay variaciones de tensión, el voltaje baja cuando usamos demasiados aparatos, hay un calentamiento anormal o escuchamos algún ruido causado por arqueamiento en los puntos, es necesario modificar la instalación, sobre todo si la capacidad de carga necesaria para el equipo que estamos utilizando es rebasada.

“Es importante incluir un plan de mantenimiento preventivo y reacondicionamiento de los inmuebles. Muchos de los riesgos y situaciones podrían disminuir con una revisión periódica anual. Las instalaciones eléctricas juegan dos papeles: una en la parte de seguridad y otra en la parte de eficiencia energética que, al final, nos lleva a un ahorro familiar o en la operación de una industria”, explica María del Carmen Ruiz.

A la par, el marco regulatorio mexicano establece diversos estatutos que advierten los criterios de seguridad y cumplimiento obligatorio, de alcance nacional, en materia de instalaciones eléctricas. Normas como la NMX-J-604-ANCE- vigente (Instalación Eléctrica, Métodos de Diagnóstico y Reacondicionamiento de Instalaciones Eléctricas en Operación, Especificaciones) determinan que, primero, debe realizarse una inspección visual y después una revisión con instrumentos de medición, mientras que el programa de mantenimiento preventivo periódico, que ya se mencionó, está establecido en la norma NOM-002-STPS-2010.

Finalmente, para el caso de las viviendas, la NOM-001-SEDE-2012 recomienda revisar la instalación eléctrica de cualquier edificio por lo menos cada cinco años. De igual forma, es vital impulsar la certificación del personal que participe en los procesos de revisión, supervisión, diseño, construcción, reparación o actualización de una instalación eléctrica mediante el Estándar EC0118 (Realización de Instalaciones Eléctricas en Edificación de Vivienda).

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